Entre las plantas acuáticas, dentro del grupo de rivera o margen, se encuentra la popular Typha latifolia. Es una planta perenne y rizomatosa que tiende a expandirse con facilidad y en condiciones óptimas puede alcanzar fácilmente de uno a tres metros de altura. Por ello, es recomendable utilizarse en estanques de dimensiones importantes. Existe también la Typha minima, algo más pequeña aunque más delicada.
La Typha latifolia pertenece a la familia de las Typhaceas y se le conoce popularmente con nombres como espadaña, anea, puros, bohordo, artibia, espata-ihia, lezka, totora, enea, junco, bayón, bayunco, junco de la pasión, Maza de agua… Sus tallos son cilíndricos y sus hojas casi todas basales y lineares.
En cuanto a sus flores, emergen sobre el follaje en una especie de tallo y son unisexuales dispuestas en un espádice compacto con aspecto de puro. Sus flores femeninas están situadas en su parte inferior, es la parte más ancha y de color castaño oscuro o negro. Las flores masculinas se sitúan en la zona superior que es algo más estrecha y amarillenta. Las dos partes de la inflorescencia aparecen normalmente contiguas y sin dejar espacio entre ellas.
Estos escapos florales, suelen ser recolectados antes de su madurez para ser utilizados como adornos ornamentales. Si se recolectan en su madurez, se deshacen con cierta facilidad.
La Typha latifolia florece en España sobre el verano, entre los meses de mayo y agosto. Es fácil encontrarla en casi todo el territorio peninsular de forma salvaje en los suelos inundados de las orillas de cursos de agua, charcas y canalizaciones.
Como decimos, es una planta catalogada dentro del grupo de rivera o margen, haciéndola ideal en jardinería para ser plantada en zonas perimetrales en estanque y lagunas. Pueden estar sumergidas total o parcialmente, aunque evitando que supere el nivel del agua los 30 ó 40 centímetros.
También es una planta de crecimiento rápido, muy rústica y al desarrollarse fácilmente por rizomas, la podemos catalogar como planta invasora. Por ello debemos controlar que no invada el espacio de otras plantas que también queramos preservar.
Su multiplicación es muy sencilla mediante la división de matas, fraccionando sus rizomas. La época ideal puede ser después de su floración. También puede reproducirse por semilla, pero se recomienda la primera opción por su facilidad, rapidez y seguridad.
Como curiosidad, antiguamente se han utilizado las hojas de Typha latifolia para la elaboración artesanal de canastos y bases de sillas y sillones.