Poda en rosales arbustivos y de copa
Por lo general, la poda durante el reposo vegetativo del rosal se realiza en zonas geográficas como España desde finales de diciembre a mediados de febrero. La intensidad de esta poda dependerá de los propósitos que se persigan: si la poda es enérgica el número de flores es más limitado pero de mejor calidad… y si por el contrario es más ‘suave’, el número será mayor pero de menor tamaño. Paralelamente, se trabajará esta poda para dar a la planta de rosal una forma ornamental más adecuada a nuestros propósitos.
Básicamente se pueden realizarse varios tipos de poda dependiendo de la modalidad de rosal de que se trate. Los hay arbustivos de tallo bajo, de copa o llorones, trepadores y sarmentosos. Por lo tanto, la poda de formación varía según el tipo de rosal y el fin ornamental que se persiga.
Poda en rosales arbustivos
En el caso de los de los rosales de tipo arbustivos. Ya sean de porte arbustivos bajo o de tallo alto, se podan muy poco durante el primer o segundo año, con objeto de observar y tutelar su desarrollo, ala vez de permitir el afianzamiento del rosal en el terreno.
Como norma general, durante estos dos primeros años se deben dejar sólo tres o cuatro ramas formando el esqueleto estructural del rosal, únicamente podando durante el primer año aquellas ramas muy ahiladas, eliminando algo del follaje central si es muy denso, así como las flores ya pasadas; éstas deberán retirarse a lo largo de toda la floración junto con la denominada poda en verde.
Debemos de tener en cuenta que este tipo de rosal, sus flores sólo nacen de los tallos que se hayan producido en el año. Y con respecto a los tallos que broten por debajo del punto injertado deben ser eliminados ya que restan fuerza al rosal y además son de la variedad del porta injertos y no de la variedad comercial que deseamos disfrutar.
Poda en rosales de copa
La poda en los rosales de copa tiene como objetivo el de mantener su ‘forma de arbolito’ con copa redondeada. Los tres primeros años se mantendrá una poda muy corta dejando solamente dos brotes como base estructural, aumentando uno más cada año siguiente. También se deben de eliminar aquellas ramas que desequilibren la copa estéticamente.
Como en los rosales arbustivos, emiten tallos en la base y tronco que corresponden al porta injertos y que deben ser eliminados nada más asomen las yemas.
Poda en rosales trepadores y sarmentosos
Por lo general, la poda durante el reposo vegetativo del rosal se realiza en zonas geográficas como España desde finales de diciembre a mediados de febrero.
La intensidad de esta poda dependerá de los propósitos que se persigan: si la poda es enérgica el número de flores es más limitado pero de mejor calidad… y si por el contrario es más ’suave’, el número será mayor pero de menor tamaño. Paralelamente, se trabajará esta poda para dar a la planta de rosal una forma ornamental más adecuada a nuestros propósitos.
Poda en rosales trepadores
En el caso de los rosales trepadores, solamente se podan cuando las ramas se presentan muy entrelazadas, además de aquellas que ya se encuentren secas o que invadan zonas indeseadas. En general es conveniente dejar que se desarrollen libremente ya que esto forma parte de la ‘estética libre’ de este tipo de rosal.
Poda en rosales sarmentosos
La poda en los rosales sarmentosos sí requieren que sea muy cuidada. Las flores salen únicamente de las ramas del mismo año y que proceden de ramas que ya tienen dos años. Por ello se evitará podar las ramas durante el primer año.
Sin embargo, es importante el saber que estas ramas se producen a partir de la mitad superior del tallo, con lo cual, si deseamos que las flores se produzcan a baja altura, tendremos que podar los tallos a la mitad de su longitud desde el primer año, repitiendo la operación al año siguiente y así, a los dos años obtendremos flores desde baja altura.
A partir de aquí, actuar recortando únicamente las puntas cada año hasta los cuatro años, en que es conveniente el podar desde la base de los tallos que soportan las ramas floríferas y de esta forma, permitir la renovación del rosal.
Consejos sobre la poda del rosal
Entre los consejos de la poda del rosal están el que puede ser realizada en dos épocas del año claramente distintas en función de la técnica empleada y objetivos perseguidos: la poda durante su ‘reposo vegetativo’ y la poda ‘en verde’.
Cuando hablamos de la poda del rosal, normalmente se entiende como la realizada durante su reposo invernal y vegetativo… cuando la planta se encuentra sin hojas. Es la poda más severa y se aprovecha para rejuvenecer y reestructurar a la planta. Esta se realiza en zonas geográficas como España entre los meses de finales de diciembre a mediados de febrero normalmente, y consiste en eliminar prácticamente todas sus ramas dejando sólo aquellas imprescindibles y en su justa longitud.
En cambio, la denominada poda ‘en verde’ del rosal consiste en pequeñas podas de ramas y tallos florales realizados durante el resto del año, persiguiendo principalmente la limpieza (flores ya marchitas, ramas dañadas por el viento, etc.) y formación de mantenimiento del rosal (ramas excesivamente largas, desarrollando en zonas no deseadas…).
En todos lo casos, es muy importante que los cortes deben de realizarse con tijeras en buen estado para que estos sean limpios y no ‘machaquen el tallo en su zona de corte’. De no ser así, a parte de una pésima estética, la cicatrización no será rápida y correcta favoreciendo el riesgo de enfermedades innecesariamente.
Otro aspecto a tener muy en cuenta es el lugar concreto del corte durante la poda del rosal. Este debe de tener en cuenta dos aspectos. uno el realizarse sobre un centímetro sobre la última yema a respetar. Así, tras la brotación su estética será mejor ya que se evitan los trozos de tallo sobresalientes sin sentido. Y otro, el que la última yema respetada de cada rama esté orientada hacia la zona donde deseemo que se desarrolle el rosal. Por ejemplo, si al podar el rosal dejamos que todas las últimas yemas respetadas estén orientadas hacia el interior de la planta… crearemos un entramado de ramas antiestético condensadas en el interior del rosal.