Sant Jordi, un libro y una rosa. Un evento en Catalunya lleno tradición y emociones, con una de las participaciones más multitudinarias y comprometidas socialmente y que año tras año mantiene su intensidad.
El día 23 de abril se celebra el día de Sant Jordi y conmemora la muerte de Jorge de Capadocia el 23 de abril del año 303. San Jorge es considerado patrón de diversas naciones y territorios, entre ellos Inglaterra, Georgia, Etiopía, Bulgaria y Portugal. En España es patrón de Aragón y de Catalunya, así como de las localidades de Cáceres y Alcoy, entre otras. San Jordi es también patrón de los scouts, por lo que el 23 de abril es el día del Scout.
Esta fecha está declarada por la Unesco como el día del libro. El motivo es que además, en este día se conmemora la muerte de dos grandes plumas de la Historia de la Literatura: Miguel de Cervantes y William Shakespeare.
Este 23 de abril se celebra la diada de Sant Jordi, una fiesta muy especial en toda Catalunya y que invita a los ciudadanos a salir a la calle y regalar la rosa y el libro a su pareja. Las mujeres reciben una rosa de su amado y ellos son recompensados con un libro.
Las rosas comercializadas este día se cuentan por millones. La rosa roja es la que siempre triunfa a la hora de regalarla a tu pareja, pero en los últimos años también vemos rosa de diferentes colores (rosa, blanco, azul, amarillo, naranja, lila, verde, con purpurina y con los colores del arco iris) ya que cada color tiene su significado especial.
Este día es tan especial para el comercio de la rosa, que representa el 60% del total de las rosas vendidas anualmente en Catalunya.
La tradición del libro es sencilla de explicar; en este día se conmemora la muerte de dos grandes plumas de la Historia de la Literatura: Miguel de Cervantes y William Shakespeare.
En cuanto a la tradición de regalar una rosa a la persona amada, se cree que se remonta probablemente hasta el siglo XV. Algunas versiones hacen coincidir esta práctica con la Feria de las rosas o de los enamorados que tenía lugar en Barcelona durante el verano. Es un hecho constatado que en aquella época ya se repartían rosas a las mujeres que asistían a la misa oficiada en la capilla de Sant Jordi del Palacio de la Generalitat de Catalunya en esta fecha.
La rosa siempre va acompañada de una señera y una espiga de trigo. El color tradicional rojo de la rosa simboliza la pasión, la señera al patrón de Catalunya y la espiga de trigo representa la fertilidad.
Sant Jordi, un libro y una rosa… el tema de la rosa también está rodeada por una aureola de romanticismo que la hace especial. Y más cuando hay una leyenda medieval.
Según esta, había una vez un monstruo que vivía en un lago al lado de una pequeña ciudad. Su presencia tenía atemorizada a toda la población y su aliento llegaba hasta el interior del recinto amurallado. Para evitar su ira y no tentar su ferocidad, los ciudadanos tenían que llevarle cada día dos ovejas.
Pero las ovejas se acabaron y el cruel animal amenazaba con atacar y arrasar toda la población. Por eso el rey decidió que se le iban a entregar personas y mandó que todos los padres diesen a sus hijos, uno por uno, a la fiera.
Siguiendo un sistema de azar… un día le tocó a la hija del Rey. Este, lleno de pesar, dijo al pueblo que repartiría todos sus bienes si la princesa era dispensada de su muerte segura.
El pueblo no lo quiso, incluso amenazaron con quemar el palacio real, por eso aceptó y libró a su hija a la bestia.
Cuando la princesa ya había hecho gran parte del camino sola, pasó por allí un caballero sobre un gran corcel blanco. Este, viendo a la doncella desconsolada le preguntó qué le pasaba. Ella se lo explicó y, cuando se percató de que el dragón se acercaba hacia donde estaban, el caballero tomó la lanza y se enfrentó con la cruel fiera.
Sant Jordi, que era el caballero, hirió gravemente la bestia, la ató con el ceñidor de la princesa y lo pasearon por toda la ciudad como un perro indefenso para demostrar que estaba vencido.
Finalmente, el caballero le clavó con fuerza su lanza y lo mató definitivamente.
De su sangre, nació un rosal bellísimo, del cual cortó la rosa más hermosa para entregársela a la dama.