La Santolina en jardín es una de las protagonistas dentro de las plantas aromáticas y medicinales en España, junto a otras como el romero, la salvia, la lavanda o el tomillo. Pertenece a la familia Compositae (Asteraceae) y es originaria del Sur de Europa, encontrándose también en el norte de África y en Norteamérica. Su nombre botánico es Santolina chamaecyparissus
Su valor ornamental en jardinería reside en su forma algodonosa como planta adulta, la forma y color de sus hojas y en especial, en sus flores, que con sus toques dorados contrastan muy bien con el fondo grisáceo de su masa foliar.
Como planta silvestre, la debe de ubicarse en el jardín a pleno sol. Por su rusticidad, tolera muy bien el frío e incluso heladas como las que se suelen dar en los climas mediterráneos.
Su utilización en jardinería está indicada en muchos casos y de ahí su popularidad. Por ejemplo, se utilizan en rocallas, en zonas para cubrir grandes superficies a modo de alfombra herbácea de color gris, y en la creación de borduras para limitar distintas áreas.
Como también es muy resistente a la sequía (por lo que la frecuencia de riegos debe de ser más bien escasa), la hace una planta ideal para la xerojardinería.
Para su plantación, puede comprarse principalmente en otoño y primavera en viveros, centros de jardinería y tiendas especializadas en macetas de porte pequeño a medio, equivalentes a de 10 a 17 centímetros de diámetro.
La densidad de plantación en el jardín dependerá del tiempo en el que deseemos cubrir el terreno. Si es en borduras, las plantas se deben poner cada 40 centímetros. Si es para crear masas foliares o cubre suelos, entre 4 y 6 plantas por metro cuadrado es lo más indicado.
Sus requerimientos en cuanto a suelo, es muy importante evitar los suelos arcillosos o con mucha materia orgánica. Prefiere suelos muy bien drenados y con un nivel de nutrientes moderado. Esto es muy importante a la hora de combinar diferentes especies en una misma zona, ya que los requerimientos de cultivo deben de ser similares para el buen desarrollo de todas ellas.
En cuanto al abonado, el utilizado como mantenimiento en el jardín es suficiente, recordando que no debe de ser muy rico en nitrógeno, incluso en primavera. Un tipo 18-12-24 es muy recomendable. Y siempre a las dosis más bajas aconsejadas por el fabricante del fertilizante.
Recordemos que la Santolina chamaecyparissus es una planta muy rústica. Por ello no suele presentar problemas de plagas y enfermedades, siendo su principal problema llegado el caso los pulgones. Su control es muy fácil mediante la aplicación de insecticidas sistémicos.
La multiplicación de la Santolina chamaecyparissus es bastante sencilla. Puede ser por semilla, aunque las empresas dedicadas a ello lo realizan mediante esquejes tiernos. Si se hace en el ámbito del aficionado, la época más indicada es a finales de primavera con esquejes tiernos, y a principios de otoño con esquejes más endurecidos, casi leñosos.
El momento ideal de su poda de la Santolina en el jardín, en España, es en otoño después de florecer. Durante el año, siempre es interesante el ir eliminando las flores marchitas y las ramas muy crecidas como podas de mantenimiento. Las podas más enérgicas se pueden realizar cada dos años y en este caso a principios de la primavera.