La plantación en una maceta, contenedor o jardinera es una práctica cultural en jardinería que comparte los mismos principios técnicos. La elección del recipiente o la especie a plantar marcará la diferencia y estará orientada al uso y disfrute que pretendemos con ella.
Los elementos necesarios para la plantación son los básicos: la o las plantas a plantar, el recipiente (maceta, contenedor o jardinera) y un sustrato. La necesidad de herramientas, guantes o tutores ya están supeditadas a su necesidad concreta según cada caso.
Macetas, contenedores o jardineras para plantación
La elección de la maceta, el contenedor o la jardinera para la plantación es un elemento tan importante como la de las plantas a plantar en ellas. El surtido en el mercado es inmenso, por lo tanto no hay excusa para no elegir la adecuada.
Por una parte está la estética de la misma ya que debe contribuir a la estética no sólo del conjunto sino del lugar en la que van a estar. Así las hay fabricadas en barro, plástico, resina, madera, cerámica, gres, metal, mimbre,… así como especiales para cultivo, para bonsáis, para estanque,… e incluso de luz con las que permiten su iluminación y crear ambientes espectaculares o hidrojardineras para ayudar a su mantenimiento. Incluiríamos en este mismo capítulo las cubremacetas para decorar aquellas que deseamos mantener y los platos para recoger el agua tras cada riego.
En el caso de un trasplante elegiremos siempre una maceta, contenedor o jardinera de tamaño ligeramente mayor al que se encuentra la planta a trasplantar. No mucho mayor, simplemente unos cinco a diez centímetros más con el objetivo de proporciónarle un volumen razonable alrededor del cepellón de partida.
Sustrato para trasplante
El sustrato para trasplante debe ser siempre el adecuado a la especie a plantar. Por ejemplo si son cactus o plantas crasas será un sustrato ligero, bien aireado y con buen drenaje; para plantas acidófilas como camelia, azalea u hortensia será un sustrato turboso con un pH ácido, etc.
A partir de ahí podemos adquirir un sustrato prefabricado que los hay especialmente formulados para un importante grupo de plantas:
- Sustrato para geranios
- Sustrato para cítricos
- Sustrato para hortensias y azaleas
- Sustrato para rosales
- Sustrato para cactus
- Sustrato para orquídeas
- Sustrato para plantas de marihuana
También hay sustratos más generalistas como:
- Sustrato universal
- Sustrato para plantas de interior
- Sustrato para plantas de exterior
- Sustrato para huerto urbano
- Sustrato para planta verde
- Sustrato para realizar esquejes
- Sustrato para plantación
- Sustrato para bonsáis
- Sustrato para semilleros
- Sustrato para planta de flor
- Sustrato de tierra ácida
- Sustrato para estanques y plantas acuáticas
- Sustrato para plantas de jardín
- Sustrato para plantas de balcón
- Sustrato para plantas mediterráneas
- Sustrato para hortalizas
- Sustrato para bayas comestibles
En todos los casos podemos utilizarlos directamente o mejorar, si procede, sus características aportándoles por ejemplo arena para mejorar su aireación o arcilla para compactarlos. La mejora se puede deber tanto a las necesidades de una variedad concreta o a unas condiciones climáticas de una zona determinada.
Entre las materias primas con las que podremos fabricarlos o mejorar los prefabricados se encuentran la tierra de jardín, mantillo, compost, turba rubia o negra, corteza de pino, estiércol, arcilla expandida, perlita, etc. sin olvidar un fertilizante para aportarlo como abonado de fondo.
Herramientas de jardinería para trasplantes
Entre las herramientas de jardinería para el trasplante, al hacerse sobre macetas, contenedores o jardineras, no necesitaremos palas, azadas, rastrillos, etc. sino simplemente unos guantes, unas tijeras de podar y un trasplantador o pequeña pala de mano, así como una regadera si no disponemos de manguera.
Los guantes son básicamente por cuestión de limpieza y no ensuciarse las manos más allá de lo necesario, las tijeras para recortar ramas y raíces dañadas o innecesarias, el trasplantador en caso de plantación de bulbos o una pequeña pala de mano para ‘abrir’ el cepellón con el objetivo de estimular la nueva emisión de raíces y la regadera, como es obvio, para el riego tras el trasplante.
Cómo plantar en una maceta, contenedor o jardinera
Una vez tengamos todos los elementos necesarios y no antes ya se puede proceder a la plantación. Para ello, los pasos a seguir para la plantación son generalmente los siguientes:
- Cogeremos el recipiente y pondremos, salvo que se trate de una hidrojardinera que no hace falta, una base de unos dos a cuatro centímetros de grava, arcilla expandida, guijarros, etc. para facilitar el drenaje.
- Pondremos sobre ella unos centímetros del sustrato a utilizar para el trasplante. La altura del mismo será la necesaria para que la planta trasplantada quede al mismo nivel o ligeramente inferior al que tiene en su cepellón actual.
- Retiraremos la maceta con la que viene la planta, eliminaremos un par de centímetros de la parte superior del cepellón en el que suele estar acumulada sales de abonado y restos de hojas secas, y si posee un bloque de raíces muy compacto y saturado las rasgaremos ligeramente en superficie para favorecer la emisión de nuevas.
- Si viene a raíz desnuda retiraremos el envoltorio de protección con el que se suelen servir, cortaremos aquellas raíces rotas o dañadas.
- Colocaremos la planta bien asentada en el interior del nuevo recipiente y de forma centrada. En el caso de jardineras, se suelen plantar más de una planta, por lo que las distribuiremos a lo largo de las mismas.
- Rellenaremos con el sustrato adecuado los espacios libres alrededor del cepellón original y presionaremos este nuevo sustrato ligeramente.
- Procederemos a realizar un primer riego copioso para asentar bien el sustrato.
Pasado unos minutos, podremos rellenar de sustrato si vemos que su nivel ha bajado y volveremos a realizar un segundo riego, este ya más moderado. - En el caso de que se necesite un tutor, lo pondremos durante la plantación y fijaremos la planta.
Un aspecto a tener en cuenta es que la maceta, contenedor o jardinera drene bien ya que de no ser así puede provocar la pudrición de la planta. Una vez plantada, se limpiará el recipiente y colocará en el sitio previsto para él y evitaremos moverlo de sitio para que la planta se aclimate a este nuevo espacio.
Si plantamos bulbos o pequeñas plantas hortícolas, el método es más sencillo aún:
- Rellenaremos la maceta, contenedor o jardinera con el sustrato elegido.
- Enterraremos los bulbos a la profundidad recomendada para cada especie, o plantaremos las plántulas hortícolas hasta el nivel de su pequeño cepellón.
- Presionaremos ligeramente el sustrato.
- Regaremos copiosamente para asentar el sustrato. El resto de riegos serán distanciados y moderados, de acuerdo a las necesidades de cada especie plantada.
- Colocaremos el recipiente en su lugar previsto y definitivo.
Por último, en cuestión de riego deberán ser distanciados en el tiempo para mantener el sustrato húmedo y no encharcado. En cuanto al abonado, si no hemos utilizado un fertilizante de liberación lenta, lo haremos a partir del mes de plantación con el fertilizante y dosis recomendado para cada especie.