La plantación de trepadoras va asociada ineludiblemente a las estructuras sobre las cuales se va a desarrollar.
Cenadores, pérgolas, celosías, vallas… son estructuras existentes o de nueva creación en las que necesitaremos recurrir a la plantación de trepadoras para obtener un conjunto espectacular, ya no sólo desde un punto de vista ornamental sino también de bienestar.
Entre las trepadoras de hoja caduca que pueden utilizarse en pérgolas, cenadores, celosías, etc. se encuentran especies como: Ampelopsis veitchii, Bignonia capensis, Bignonia capreolata, Bignonia grandiflora, Bignonia jasminoides, Bignonia tweediana, Campsis grandiflora, Campsis radicans, Campsis x tagliabuana, Jasminum nudiflorum, Lonicera caprifolium, Lonicera fragrantissima, Lonicera japonica, Parthenocissus quinquefolia, Parthenocissus tricuspidata, Rosa banksiae, Solanum wendlandii, Thunbergia grandiflora, Vitis coignetiae, Vitis vinífera, Wisteria floribunda, Wisteria sinensis, etc.
Y entre las trepadoras de hoja perenne que pueden utilizarse en pérgolas, cenadores, celosías, etc. se encuentran especies como: Allamanda cathartica, Bougainvillea spp, Hedera canariensis ‘Gloire de Marengo’, Hedera colchica, Hedera helix, Jasminum azoricum, Jasminum fruticans, Jasminum grandiflorum, Jasminum humile, Jasminum mesnyi, Jasminum officinale, Jasminum sambac, Lonicera periclymenum, Mandevilla laxa, Pandorea jasminoides, Passiflora caerulea, Passiflora edulis, Passiflora quadrangularis, Plumbago auriculata, Solanum jasminoides, Trachelospermum jasminoides…
Según la estructura y superficie a cubrir recurriremos a una u otra especie. De igual forma, a la hora de la plantación de trepadoras tendremos en cuenta el terreno sobre las que vivirán. Recordemos que son muchos años los que van a vivir y es una pena ver en el tiempo que no son capaces de desarrollar más por falta de tierra útil.
Si las trepadoras van a desarrollarse sobre una pared de la vivienda, se recomienda utilizar especies de hoja caduca para que en invierno no acumule humedad en las paredes.
Por otra parte, lo ideal en cada unidad de plantación es utilizar la misma especie y si es posible, la misma variedad. Con ello conseguiremos una mayor uniformidad en el desarrollo, armonía de color tanto en hojas como en floración, así como una mejora y eficiencia en el control de plagas y enfermedades, podas, guiado, abonado, etc.
La plantación de trepadoras puede realizarse en cualquier momento del año si se compran en contenedor. De comprarlas a raíz desnuda, sólo podremos hacerlo durante su reposo vegetativo… en invierno.
El guiado será constante en el tiempo, procurando que las ramas no tomen excesiva fuerza fuera del espacio deseado ya que se lignifican en el tiempo y esto dificulta su guiado pudiéndose producir roturas no deseadas.
Para la plantación de trepadoras seguiremos los siguientes pasos:
El método es cavar un hoyo del doble del diámetro del cepellón como mínimo, procurando que este esté a unos 30 centímetros alejado de la pared. Aprovecharemos para mejorar las características del terreno.
Para ello añadiremos de un 20 a un 40% de sustrato universal o de plantación sobre el mayor volumen de tierra posible. Recordemos que las trepadoras vivirán mucho tiempo en ese espacio. Mezclaremos homogéneamente.
También aprovecharemos para incorporar un buen abono orgánico o de liberación lenta como fertilización de fondo.
El añadir estas mejoras en el terreno, también ayudará a mantener una mayor humedad a disposición de la planta.
Llenaremos el hoyo con agua para que la humedad se reparta como un gran bulbo húmedo alrededor de la zona de plantación.
Entresacaremos algunas de las raíces que se encuentran en la parte exterior del cepellón con cuidado de no romperlas en exceso para facilitar su dispersión. Esto es muy importante, sobre todo si la planta está mucho tiempo en la maceta y sus raíces se encuentran fuertemente enrolladas.
Durante la plantación procuraremos que el nivel de plantación sea unos 3 ó 5 centímetros por encima del que la planta tiene en su cepellón. Con ello ayudaremos a emitir nuevas raíces por encima de la base del tallo.
Cubriremos el hoyo con la tierra mejorada, la aprisionaremos muy ligeramente y regaremos abundantemente. Podemos hacer un pequeño montículo alrededor de la zona de plantación para favorecer la acumulación del agua de riego, sobre todo durante los dos primeros meses de la plantación.
Sujetaremos los tallos guía a la estructura, distribúyelos de manera uniforme y extiéndelos a lo ancho por la parte inferior. Los podaremos si es preciso para favorecer su brotación.
Estos atados deben de hacerse con rafias que no estrangulen ni dañen a las ramas. Dejemos la mayor holgura posible ya que los tallos engordan con el tiempo.
Si lo deseamos, podemos extender una fina capa de varios centímetros de mantillo después de haber empapado bien la tierra, así reduciremos la perdida de agua y servirá de enmienda orgánica durante los siguientes meses.