Este conjunto está formado por quince lagunas de aguas trasparentes e intenso color azul turquesa y constituyen un complejo sistema lagunar a lo largo de 30 kilómetros. El parque natural de Las Lagunas de Ruidera se encuentra en los límites de las provincias de Ciudad Real y Albacete dentro de la comunidad de Castilla La Mancha (España). Sin duda es un paraje de gran belleza con singularidades paisajísticas y geológicas.
El Parque natural de Las Lagunas de Ruidera, de clima mediterráneo templado, aporta una nota de frescor y casi de irrealidad en la Mancha llana y seca. Sus quince lagunas se rebosan e inundan unas a otras formando cascadas y saltos debido a formaciones geológicas como las barreras travertínicas, siendo uno de los rasgos más característico de este parque natural.
Declarada como parque natural en el año 1979 por el Gobierno de Castilla-La Mancha, Ruidera alberga en sus 3.772 hectáreas una sorprendente riqueza biológica con gran diversidad de especies animales y plantas, montés de encinares y sabinares, sotos, arboledas de álamos, y vegetación palustre como la Masiega o la Enea.
Destacar que Ruidera también es Reserva de la Biosfera de La Mancha húmeda desde el año 1981 y fue declarada zona de especial protección para las aves en 1988.
Por sus peculiares climáticas y hidrogeológicas conforma un ecosistema de gran riqueza y diversidad botánica, abarcanco un sinfín de comunidades vegetales, que va desde la vegetación propia de los ambientes secos y mediterráneos del Campo de Montiel, con mesetas y extensiones esteparias, pasando por distintos ambientes con especies rupícolas, propias de los roquedos y cortados calizos que conforman el Valle del Guadiana, sotos y bosques de galería, vegetación palustre de las orillas de las lagunas, y las formaciones vegetales de los fondos lagunares con gran diversidad de algas sumergidas.
El humedal lo conforma sus lagunas, destacando la vegetación palustre que suele encontrarse bordeando la mayoría de las lagunas, una banda de vegetación emergente, más o menos ancha según la naturaleza de la laguna, volumen embalsado y períodos de inundación. La vegetación emergente está formada en su mayoría por masiega (Cladium Mariscus), carrizales (phragmites australis), eneares (thypa dominguensis, Thypha latifolia) y juncos (Scirpus lacustris).
Bajo el agua se encuentra una gran diversidad de especies de algas entre las que se encuentran la Chara vulgaris, Chara hispida, Chara major Jopozorra (Myriophylum verticillatum) y el Potamogetum pectinatus. Es de destacar la existencia de una pequeña planta acuática, llamada Utricularia australis, pequeña planta carnívora de flores amarillas, que con unos pequeños “utriculos” o bolsas, captura pulgas de agua, de donde obtiene los nutrientes que necesita.
Bordeando las lagunas de Ruidera, en los fondos de los valles y cortados… encontramos pequeños bosques de galería formados principalmente de árboles de hoja caduca como Álamos negros (Populus nigra) y Álamos blancos (Populus alba), junto con higueras (ficus carica), olmedas, sauces y fresnos, zarzales, y otras especies de arbustos, así como especies de frutales asilvestradas.
Ya en el monte, la vegetación mediterránea reinante en el entorno de Ruidera crea un gran contraste con la vegetación acuática de las lagunas. El monte de Ruidera se encuentra sobre un terreno rojizo y enmarcado en roquedos, formado principalmente de Encina (Quercus rotundifolia). Fruto de las repoblaciones encontramos pinares (P. halepensis), cipreses y otras coníferas, como comunidades más representativas de este paisaje. En altitudes superiores a los 800 ó 950 metros encontraremos cada vez más Sabina Albar (Juniperos thurifera) como especie principal, junto con Enebros (Junipeurs oxycedrus), algunas Encinas (Quercus ilex) aisladas y Coscoja (Quercus coccifera).
Destacar que en aquellos lugares donde la presión del pastoreo se ha visto reducida, la vegetación se ha vuelto a recuperar con tomillares y romerales abiertos, además de aparecer una gran diversidad de arbustos como la Iniesta (cytisus scopairus) el Torvisco (Dafne gnidium), Espinos (Rhamnus lycioides), Retamas (Retama sphaerocarpa), Labiérnagos (phillyrea angustifolia), o Cornicabras (pistacia terebinthus).
Por último, en aquellos lugares formados por la acción del propio río, constituyen ambientes rupícolas de gran interés botánico, donde podemos encontrar diversas especies como pequeños helechos del genero Asplenium, matas de Anthirhinum australes, hierbas como la Xaxifraga tridactylites y otras especies propias de estos suelos calizos.