Con más de 3.000 especies de palmeras en la tierra, las hay de origen desértico como las que recordamos en los típicos oasis y las de origen tropical o subtropical, como las que vemos en las bonitas playas y zonas boscosas donde hay mucho calor y una humedad alta.
Las palmeras son hierbas gigantes, elegantes y con una belleza exótica. Es falso que las palmeras y los árboles sean lo mismo ya que nada tienen que ver entre sí. Estas tienen un falso tronco que no engorda en el tiempo y si lo cortamos, vemos que carecen de anillos… al contrario de lo que pasa en los árboles.
Y si nos fijamos, sólo crecen en vertical con un punto de crecimiento apical. Su mayor atractivo son las hojas y según de qué tipo se trate, las podemos plantar en el jardín (Phoenix, Washingtonia, Chamareops, Livinstonia…) o tenerlas en macetas dentro de casa como plantas de interior (Kentias, Chamaedoreas, Arecas, etc.).
Las hay de todos los tamaños y se reproducen por semillas. Normalmente suelen ser pequeñas aunque también las hay muy grandes como las del Cocos nicífera, que si no recordamos muy bien como es esta palmera… seguro que sí recordamos lo bueno que están sus frutos (coco) cuando nos los comemos.