Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han logrado identificar una proteína, bautizada como NINJA (Novel-Interactor of JAZ), clave en la activación del jasmonato. Esta hormona, descubierta al analizar el aroma del jazmín (al que debe su nombre, del inglés jasmine), actúa como centinela de la planta ante potenciales peligros, como por ejemplo el ataque de patógenos o insectos, y su alarma desencadena todo un conjunto de reacciones químicas como defensa. El trabajo aparece publicado en el último número de la revista Nature.
El estudio ha sido dirigido por el investigador del CSIC Roberto Solano en el Centro Nacional de Biotecnología (CSIC), en Madrid, cuyo equipo ya descifró el mecanismo de acción del jasmonato en un anterior trabajo, publicado también por la revista Nature. En esta ocasión, los investigadores han profundizado en los procesos que inician la respuesta defensiva de las plantas para determinar que NINJA es un factor clave en la reprogramación genética que desencadena la hormona. “Este hallazgo puede tener una gran relevancia en el desarrollo de soluciones agronómicas y medioambientales a los problemas tanto en cultivos como en ecosistemas”, apunta Solano.
En condiciones normales, las plantas mantienen inactivo uno de sus factores de transcripción, MYC2, gracias a la acción de una familia de proteínas represoras que los propios investigadores bautizaron como JAZ en su anterior estudio. Este proceso logra mantener inactiva la batería de genes de defensa que sólo se ponen en funcionamiento mediante la señal de alarma que inicia el jasmonato y, en él, NINJA juega un papel crucial.
¿Cómo se defiende una planta frente a agresiones?
Al contrario que los animales, las plantas optaron por la inmovilidad a lo largo de su historia evolutiva. Este hecho suscitó que, para garantizar su supervivencia, se vieran obligadas a desarrollar complejos sistemas de alarma protagonizados por hormonas como el jasmonato, que perciben el peligro y desencadenan una reacción química para evitarlo.
Desde su descubrimiento, hace 45 años, en el aroma del jazmín, existen numerosas evidencias de que el jasmonato es fundamental para la supervivencia de las plantas en la naturaleza, dado que regula su respuesta a muchas situaciones de estrés, como el ataque de patógenos o insectos, la sequía o variaciones extremas de la temperatura ambiental, explica el investigador del CSIC. Solano recuerda asimismo que se ha descrito una actividad antitumoral del jasmonato en células animales en cultivo, una línea de investigación todavía en desarrollo.