Los frutos son las estructuras de las plantas con flores que se originan tras la fecundación y que contienen las semillas. Su principal misión… la protección y dispersión de estas semillas.
Los hay de todas las formas, tamaños y colores… incluso de sabores. Hasta el extremo que en ocasiones definimos sabores y colores mencionando a una fruta en cuestión: es de color naranja, sabe a fresa…
Así como las flores atraen a los insectos para que transporten su polen para su fecundación, también hay muchos frutos que tratan de atraer a ciertos animales para que les ayuden a dispersar sus semillas. Si un animal come un fruto, muchas de las semillas que este contiene terminan por caer con suerte en un lugar idóneo para su germinación.
Existen diversos tipos de frutos y varias maneras de clasificarlos. Un ejemplo de ello son los frutos dulces, los secos, los exóticos o tropicales… Decimos que los hay con corteza cuando nos referimos al plátano o la naranja, con cáscara en el caso de las nueces o avellanas… o con piel como las uvas o ciruelas.
Muchas plantas se cultivan porque dan frutos comestibles y a menudo fragantes, sabrosos y jugosos. Los podemos comer directamente, cocinados e incluso utilizarlos para elaborar dulces, jugos, helados y bebidas.