Lilium henryi

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Flores de Lilium henryi

El Lilium henryi es una planta bulbosa muy interesante para cultivarla de forma naturizada en jardines, tanto públicos como privados.

El que viva bien sobre terrenos pesados y arcillosos, sumado a su gran rusticidad, permite plantarla y disfrutarla en especies donde otras bulbosas de flor no vegetan con éxito.

Por otra parte, gracias a estas características, las empresas genetistas ha desarrollado, a partir de Lilium henryi original, distintas plantas híbridas y genotipos, con virtudes orientadas a una mayor floración, crecimiento más vigoroso y compacto.

El Lilium henryi está englobado dentro del grupo denominado bulbos de primavera. Esto quiere decir que podemos encontrar sus bulbos en los centros de jardinería, floristerías, centros comerciales y tiendas especializadas, normalmente entre los meses de febrero y abril (hemisferio norte). Recordemos, para no caer en error, que se llaman bulbos de primavera porque son los apropiados para plantarse solamente durante este periodo de tiempo, aunque su floración se sitúe durante el verano e incluso otoño.

Cómo es la planta de Lilium henryi.

La especie de Lilium henryi es una planta bulbosa de flor perteneciente a la familia Liliaceae. Es originaria de la región montañosa central de China en Guizhou, Hubei, Jiangxi y gracias a su valor ornamental, actualmente es cultivada en jardines de los cinco continentes.

Como planta se puede calificar de grandes dimensiones. En su vida silvestre alcanza hasta el metro y medio de altura. En cambio, en cultivo, estas crecen con más vigor y pueden superar los dos y medio. En cuanto a la superficie a cubrir, está sobre el metro y medio por planta.

Como planta bulbosa, produce estos órganos de reserva que sirve también como su principal método de multiplicación. Estos son de tamaño más bien pequeño, pero, en cambio, los produce en una buena cantidad.

Respecto a sus tallos, son muy largos, de desarrollo vertical y de color verde con tendencia al marrón púrpura según pasa el tiempo.

Sus hojas son de color verde oscuro, con forma lanceolada, alargadas, estrechas y puntiagudas. Suelen medir en torno a los quince centímetros de longitud. Crecen en pares en forma opuestas sobre los tallos. Destacar que las hojas superiores, más próximas a las inflorescencias, son ovaladas y menos largas que las del resto de la planta.

Su principal atractivo ornamental reside en sus atractivas flores de color naranja con puntos oscuros, si bien, carece de aroma. En el hemisferio norte florecen durante los meses de julio y agosto.

Flores de Lilium henryi

Las flores de Lilium henryi.

Las flores de Lilium henryi se desarrollan a lo largo de inflorescencias altas y largas asentadas en los extremos de sus largos tallos. Son de tamaño grande, ya que pueden alcanzar los doce centímetros de diámetro.

Como hemos avanzado, florece durante los meses de julio y agosto.

Son muy decorativas y exóticas. Crecen en modo colgantes y se desarrollan de forma invertida, presentando sus pétalos curvados hacia el exterior. Estos son de color es naranja brillante, presentando pequeños dibujos lineales de color negro, además de pequeños relieves prominentes de aspecto cilíndrico, cercanos a la garganta de la flor.

Sus estambres son largos y sobresalientes del área de los pétalos. Sus filamentos son color verde claro, con los extremos de color naranja más o menos oscuro, dependiendo de la madurez de la flor. En cuanto a sus anteras, parte terminal del estambre de una flor, con forma de saco pequeño donde se produce y se guarda el polen, son de color pardo amarillento, que oscurece según su madurez.

A diferencia de otras especies de Lilium, las flores de Lilium henryi no son aromáticas. Los ejemplares jóvenes desarrollan pocas flores, al contrario que los ejemplares ya establecidos varios años, los cuales pueden llegar a producir más de quince flores por cada tallo.

Flores de Lilium henryi

El Lilium henryi en el jardín y sus cuidados.

El Lilium henryi es una bulbosa muy indicada para ser plantada en el jardín porque puede vivir en condiciones difíciles de cultivo, como puede ser sobre tierras algo pesadas y arcillosas. Pero para que se desarrolle con su máximo esplendor, prefiere los terrenos sueltos y bien drenados, ricos en humus y con un pH neutro o ligeramente ácido.

Hay que tener en cuenta que es una planta que necesita tiempo para adaptarse a su nuevo lugar de vida. Así, vemos como los primeros años crece relativamente poco, pero con el tiempo, terminan brotando cada año con más vigor año tras año.

Es una planta que le gusta la exposición soleada, si bien, en caso de zonas con veranos muy calurosos, prefiere la semisombra, especialmente a las horas centrales del día.

A la hora de su plantación, hay que procurar que cada una de ellas disponga de espacio suficiente. Por ejemplo, un metro cuadrado mínimo. Al principio parecerá que están muy dispersas, pero con el tiempo, llenarán su espacio sin problemas de competencia entre ellas.

Plantadas en grupo con tres plantas o más, pueden poner un punto de interés en el jardín. También bajo la sombra de árboles si es una zona muy calurosa.

En el momento de su plantación, se puede cubrir la superficie con corteza de árboles u áridos (lava volcánica, arcilla expandida, marmolina, etc.) a modo de mulching para conseguir un efecto más decorativo, a la vez que mantiene las raíces frescas y se evita o reduce la salida de malas hierbas. También puede ser cultivada en grandes macetas de forma individual.

En cuanto al riego, se deben hacer de forma regular, especialmente en primavera y verano, evitando llegar a que se encharquen para evitar la pudrición de sus raíces y bulbos. Tampoco debemos dejar secar en exceso el sustrato, ya que también afecta a la calidad de sus bulbos.

En el mantenimiento del Lilium henryi, está la poda de sus tallos florales una vez secos, las hojas cuando estén totalmente amarillas o secas, así como sus flores cuando finalice la floración.

No es recomendable el cortar los tallos aún verdes porque sus bulbos se encuentran acumulando reservas antes de la llegada de su periodo de reposo invernal. Por cierto, es una planta que resiste ligeras heladas.

Por la envergadura y longitud de sus tallos, es una planta que puede necesitar de tutores o estructuras de apoyo para mantenerse erguida. Si están, ayudan a sustentar sus largos tallos y pesadas estructuras florales.

El cultivo del Lilium henryi.

Para el cultivo del Lilium henryi, la forma más eficiente es recurrir a sus bulbos. Estos se separan fácilmente tras arrancar la planta con cuidado del suelo, y se plantan nuevamente durante el otoño, invierno o principios de primavera, según la zona climática.

Estos bulbos se plantan entre quince y veinte centímetros de profundidad, buscando su verticalidad. Los bulbos de Lilium henryi pueden, según su objetivo, plantarse sobre el terreno o en macetas grandes.

Si en el momento de la plantación, el terreno es muy arcilloso o con mal drenaje, se le puede mezclar arena de sílice, arcilla expandida o grava fina, así como materia orgánica en compost si procede, para mejorar su aireación, drenaje y textura.

La fertilización utilizada en el mantenimiento del jardín será suficiente para una buena vegetación. Si se opta por un abonado concreto, aquel especialmente aconsejado para plantas de flor será el adecuado.

En cuanto a plagas y enfermedades, el Lilium henryi es muy resistente, por lo que si se le cuida el riego, el espacio y la fertilización, estos problemas se presentarán prácticamente de forma puntual y anecdótica.

Imágenes propiedad de Depositphotos

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