Juan Eloy Coronel nace en Barcelona en 1955. Durante los años 80 realiza diversos trabajos y frecuentes viajes entre Barcelona y Huelva. En 1983 presenta sus primeras obras en la Sala del Banco de Bilbao de esa ciudad.
De formación básicamente autodidacta, asiste durante dos años a los cursos de pintura de la Escuela Massana de Barcelona (1987-1988). Al mismo tiempo expone regularmente en el Bar La Virreina, donde trabaja.
A partir de 1990 se instala en San Sebastián y en 1991 expone sus primero cartones en la Sala Xempelar de Rentería. En 1992 asiste al taller que el pintor Jordi Teixidor imparte en Arteleku (San Sebastián). En esa época comienza un nuevo trabajo relacionado con la venta de plantas ornamentales que acaba influyendo de manera decisiva en la elección de los temas vegetales que aparecen en sus obras.
Durante los últimos años incorpora puertas de madera como soporte para los cartones con el fin de conseguir una presentación más estable y duradera. Gracias a esta base rígida los cartones pueden ser manipulados con gran libertad, permitiendo hacer incisiones y collages, así como el uso de acrílicos, pigmentos, ceras, tinta china y otros materiales diversos.
En 1997, 2001, 2002 y 2006 expone en el Bar El Muro de San Sebastián. En 2003 en Galería Roche Bobois de San Sebastián. En marzo de 2004 Exposición colectiva en Espacio arte “Casa del Este” de San Sebastián y en la Sala Alondegia de Zumaia. En noviembre de 2007 Exposición en La Sala de Cultura del Ayuntamiento de Almonte (Huelva). Y en diciembre 2009 Exposición en Bar La Confitería. Barcelona.
Como ejemplo de sus trabajos, que mejor que escucharle cómo él mismo nos adentra en su mente cuando habla de uno de ellos. En este caso Herbario sobre el paisaje de 1997 (pintura acrílica, tinta china y lápiz sobre cartón).
Juan Eloy
Afrontar el paisaje como tema significa un reto siempre sugestivo. Por un lado aparece la tradición, en permanente conflicto con sus continuos detractores. Ya sabes, esa mancha roja es el crepúsculo, esas rayas negras son los árboles. Mas tarde el color desaparece, también las rayas. Nos quedamos ante un espantoso vacío que cualquiera puede llenar con infinitas teorías.
Por otro lado, como eficaz contrapeso, surge ante nuestros ojos con una nueva luz cada día, todo aquello que nos rodea. Observamos atónitos cómo permanece y cómo cambia. Sustraerse a esa potente atracción parece un tanto descabellado. Por tanto, ¡qué diablos! Voy a trabajar en ello por la salud de una tradición siempre traicionada.
Este texto, que escribí en 1997 como presentación de una serie de cuadros que abordaban el tema del paisaje, parece una declaración de principios, casi un manifiesto como se decía antes. Y en cierto sentido lo es, ya que después de ciertos titubeos a la hora de elegir los temas, las técnicas y los materiales, me decidí por la representación del mundo vegetal. Quizás podría haber utilizado también el término naturaleza, pero no sería tan preciso, puesto que los vegetales conforman sólo una parte, aunque no menor, dentro de este concepto.
En último término, utilizando un símil fotográfico, podría decir que me he servido de un zoom para abstraer /extraer una parte del todo. De la naturaleza en general, al mundo vegetal en particular, y de éste a las hojas que penden de una rama de un determinado árbol o arbusto. En este sentido y sólo en éste, mis cuadros se pueden considerar abstractos, e incluso extractos, puesto que al aislarlas de su realidad, las hojas-objeto son consideradas en su esencia, manipuladas y presentadas en series; extraídas de su contexto y utilizadas como tema pictórico.
De alguna forma, en esto consisten los herbarios, en la presentación de elementos aislados (ya sean hojas, flores o semillas) para su estudio y clasificación. Mi fascinación por los herbarios, tanto antiguos como modernos, queda plasmada de esta manera en cuadros de mediano tamaño (60 x 200 centímetros aproximadamente). El formato horizontal, estrecho y alargado, se presta perfectamente a la división en hojas de cuaderno botánico, donde el cartón es manipulado (recortado, arañado, pegado y pintado), hasta sugerir la ilusión de un mundo vegetal clasificado por un botánico.
Juan Eloy Coronel: juaneloy@telefonica.net
Me declaro amante de la naturaleza, de las plantas, de la botánica…
Me encantan los cuadro herbarios de Juan Eloy.
Dice un amigo que si «eres muy grande para hacer cosas pequeñas…eres muy pequeño para hacer cosas grandes» . No nos dejas indiferentes con tu trabajo, que yo no conocía, y utilizando esos pequeños detalles que te/nos regala la naturaleza has hecho algo muy grande . Enhorabuena .