A la hora de elegir jardineras para el huerto urbano, siempre es importante tener en cuenta diversos aspectos previos para que todo proyecto tenga las máximas garantía de éxito.
Tipos, medidas, colores, materiales, drenajes, soportes, riego… son aspectos que debemos contemplar en la elección de nuestras jardineras para el huerto urbano. Y aunque también los son para el cultivo de otras plantas ornamentales, la verdad es que en el caso de cultivos de plantas hortícolas… donde la obtención de sus frutos, hojas o raíces comestibles son su fin, el resultado adquiere mayor importancia. A continuación aportamos algunos ejemplos de ello.
Siempre debemos partir de la planta hortícola a cultivar. Sus características botánicas nos marcarán en gran medida la elección de uno u otro tipo.
En cuanto a los diversos tipos de jardineras para el huerto urbano, optaremos preferentemente por materiales de terracota (barro). Este material transpira y mantiene mejor una temperatura fresca del sustrato, sobre todo en verano. Las de plástico se suelen calentar más y dañar las raíces que se encuentran en contacto con las paredes internas de las mismas.
Si son de material plástico, podemos forrarlas en su interior con placas de poliespan expandido u otros materiales aislantes.
Las medidas ideales dependen de la necesidad de volumen de sustrato que necesita la especie plantada. Ajos, Cebollas, Perejil, Remolachas… pueden cultivarse con jardineras no muy altas. Patatas, Zanahorias, Habas… requieren suelos más profundos y por lo tanto deben de ser más altas. Y en el caso de plantas como las Fresas, podemos utilizar macetas suspendidas ya que su crecimiento suele ser colgante.
Con respecto a los colores, sólo juegan un papel ornamental y estético. Optaremos por aquellos que mejor responden a nuestra idea global del huerto urbano. Si cultivamos Acelgas de peciolo rojo o amarillo, jugar con colores complementarios realzará la estética del conjunto.
El drenaje suele ser pobre de partida. Por ello, es recomendable aumentar las zonas de desagüe con un taladro, tanto en su base como a unos pocos centímetros del suelo en los laterales.
Este aumento de zonas de drenaje puede crear áreas de escape de sustrato. Para evitarlo podemos utilizar gasas o grava entre el sustrato y los orificios.
También tenemos que tener en cuenta el incorporar soportes con ruedas (bases móviles) sobre las que se asienten las jardineras para el huerto urbano. Estas suelen pesar bastante una vez están en cultivo (70 kilos o más), y si deseamos moverlas para limpiar o colocarlos en una zona mejor, nos serán de gran ayuda.
El sistema de autorriego sólo se encuentra en determinados modelos. Lo normal es que carezcan de este sistema. Para compensarlo, podemos inutilizar los agujeros de la base y realizar nuevos sobre el lateral a unos 3 ó 5 del suelo. Si es así, añadiremos una capa de grava que cubra unos 2 ó 3 centímetros este mismo espacio para evitar que las raíces estén permanentemente en contacto con el agua.
Como vemos, las jardineras para el huerto urbano son muy útiles para el cultivo de hortalizas. Sólo con una serie de precauciones en su elección, evitaremos problemas posteriores.