El Hamamelis virginiana es un arbusto, leñoso, monoico, que alcanza 2-7 m de altura con corteza esponjosa color gris, perteneciente a la familia de las Hamamelidáceas procedente de América del Norte. De tallo ramificado y curvo y hojas alternas, pinnado compuestas, con folíolos ovalados. Sus flores tienen 4 pétalos amarillos brillantes y sus frutos son pequeñas cápsulas rodeadas en la base por el cáliz. Debido a su parecido con el avellano y sus propiedades curativas, hizo que los indígenas de norteamérica lo llamaran «avellano de los brujos» atribuyéndole efectos mágicos. Muchas tribus lo frotaban sobre heridas, golpes y picaduras de insectos, articulaciones, músculos y espalda.
Su extracto se obtiene de las hojas y ocasionalmente de la corteza. Las hojas del Hamamelis virginiana contienen una alta proporción de taninos. También presenta ácido gálico y cafeico, así como diversos heterósidos flavónicos con miricetina, quercetina y kampferol. Además, es particularmente rico en aceites esenciales.
Se le atribuyen propiedades astringentes, vasoconstrictoras, refrescantes, hemostáticas, vitamínicas, antimicrobianas y descongestionantes. Inhibe la transpiración y atenúa la inflamación de las extremidades. Mejora la resistencia de los pequeños vasos sanguíneos evitando que se rompan y mejorando la circulación venosa, en especial, en tratamiento de congestiones venosas pélvicas, hemorroides, várices y flebitis.
El extracto destilado se utiliza como tónico de la piel, para calmar y refrescar hinchazones dolorosas, en desinfección de heridas, descongestión de piel irritada, astringente y cicatrizante en heridas mal curadas, en ciertas dermatitis, etc. También en compresas para tratamiento de contusiones, tumefacciones y torceduras, granos, y es ampliamente usado en trastornos de la menopausia.