La Genista cinerea o Genista cinerascens, conocida con nombres populares cómo Hiniesta, Genista, Piorno, Retama cenicienta… es una planta fanerógama perteneciente a la familia de las Leguminosas.
Es un arbusto de hoja perenne muy ramificado de hasta dos metros de altura. Sus ramas son junciformes de color verde grisáceo con tonos anaranjados y estriados longitudinalmente. Las ramas viejas sin hojas manifiestan ciertas nudosidades por las cicatrices engrosadas (falsos pulvínulos) que dejaron las hojas al caer.
Sus hojas son simples, enteras, de hasta un centímetro de longitud por tres milímetros de anchura.
La Genista cinerea produce flores amarillas amariposadas entre los meses de abril y junio. Estas son solitarias en parejas o en grupos de a tres, sobre las ramas del año anterior, con pedicelo corto pero manifiesto. Su cáliz es sedoso plateado, tubular, bilabiado con el labio superior profundamente hendido en dos lóbulos y el inferior más largo, terminado en tres cortos dientes, Como decimos, su corola es amariposada de color amarillo con una longitud de 10 a 12 milímetros.
Una vez fecundadas sus flores, se produce una legumbre alargada con una longitud entre 15 y 25 milímetros y es algo vellosa.
La Genista cinerea o Genista cinerascens es un endemismo del centro y del oeste de la Península Ibérica. Así, la podemos encontrar en la región mediterránea occidental y según las razas se cría en suelos calizos o silicios desde el piso inferior hasta los 1800 metros. Es corriente verla en el Sistema Central, Montes de Toledo y Sierra de Guadalupe de España, aunque también en el norte de Portugal.
Comparte hábitats con las planta típicas de las etapas de degradación del encinar como Retama sphaerocarpa, Spartium junceum, Rhamnus lycioides, Crataegus monogyna, Rosmarinus officinalis…
Es propia de terrenos silíceos (granitos, cuarcitas). Forma parte de pinares y de matorrales de alta montaña, donde se mezcla con piornos en masas más o menos compactas y cerradas.
La Genista cinerea o Genista cinerascens es muy tolerante a la sequía y por su capacidad de fijar nitrógeno atmosférico capaz de crecer en suelos bastante decapitados. Esto hace de ella una planta interesante tanto para restauración paisajística como para ser utilizada en una jardinería sostenible.
En latín nunca se acentúan los palabras. Menos, por tanto, la nomenclatura científica.