Frutales en maceta

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Desde hace años, los centros de jardinería y grandes superficie ofrecen la posibilidad de comprar frutales en maceta. Entre sus ventajas se encuentra la posibilidad de poder plantarlos durante todo el año, aunque también hay otra muy importante: poder cultivarlos en nuestras terrazas y balcones.

Prácticamente todos los frutales pueden ser cultivados en maceta o contenedor con gran garantía de éxito. Naranjos, limoneros, manzanos, perales, granados, cerezos… son un claro ejemplo de ello.

Los frutales en maceta en el balcón o terraza no son sólo elementos decorativos. Por una parte, durante su floración aportan colorido y perfuman el ambiente durante semanas. Por otra, nos permite presenciar en primera línea su desarrollo, como las flores se fecundan y sus frutos evolucionan hasta alcanzar su madurez, momento en el que disfrutamos de su sabor con el valor añadido de su recolección en la propia casa.

Las selección de las variedades es importante y las recomendadas en el centro de jardinería es importante ya que ellos conocen cuales funcionan mejor en una zona concreta.

Los cuidados son fundamentales. Como plantas de exterior deben de tener la mayor luminosidad posible, la maceta o contenedor debe contener un volumen de sustrato adecuado a su tamaño y los cuidados deben ser adecuados a la especie de frutal en cuestión.

Los sustratos tipo plantas de exterior o de plantación son los más adecuados. Si le aportamos arcilla mejorará notablemente.

Por regla general, los abonos tienen incorporado microelementos como hierro, magnesio, zinc, potasio, etc. y si son quelatados mucho mejor. En primavera y verano son los adecuados a estas fechas y de cara al invierno, más ricos en potasa para hacer que los frutales sean más fuertes ante los fríos.

El riego debe de ser frecuente y moderado. Recordemos que el sustrato es limitado en volumen. Podemos pensar que se trata de un bonsái pero a lo grande.

Su exposición debe de ser en un lugar claro y soleado, incluso soportando el sol directo. Sólo en aquellas especies que así lo necesiten, pueden ubicarse en sitios más resguardados.

Las podas serán de acuerdo a la especie que cultivemos. Si es de hoja caduca la realizaremos durante el reposo vegetativo invernal y si es de hoja perenne cuando sea necesario. Tengamos cuidado en no podar aquellas ramas o en momentos en los que se ponga en peligro su floración. Con la poda también conseguiremos mantener el frutal en maceta en las dimensiones deseadas.

Otro aspecto a tener mucho cuidado es el de la fecundación de sus flores. Muchos frutales necesitan de los llamados polinizadores (cultivar dos variedades diferentes en el mismo campo para que unas polinicen a las otras). Ante esta situación, repasar con cuidado los estambres y pistilo de sus flores con un pincel, puede ayudar notablemente a un aumento de su producción. La frecuencia recomendada es cada dos o tres días y sin limpiar nunca el pincel.

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