El término agricultura ecológica, en la actualidad va asociado a muchos aspectos de nuestra vida: productos más sanos, compromiso con la sostenibilidad y medio ambiente, sensibilidad social, etc. sin embargo, una agricultura ecológica a gran escala debe de estar apoyada de forma comprometida, entre otros muchos, por los fabricantes de insumos para llevarla a cabo en óptimas condiciones.
En este artículo nos centramos en el ámbito de la fertilización. Solo con el I+D+i de las industrias de fertilizantes se pueden dar ‘herramientas’ al agricultor para que desarrollen sus cultivos ecológicos adecuadamente. Para ello, nuestro equipo de redacción se ha puesto en contacto con los profesionales Ana Feliu y Santiago Sáez de la firma Plymag, S.L., para que nos aporten información sobre la relación tan necesaria entre la agricultura ecológica y la indústria de fertilizantes.
Santiago Sáez Cara es responsable del departamento técnico-desarrollo y Ana Feliu Sendra de la coordinación del departamento marketing y desarrollo, ambos de la firma Plymag, S.L., empresa especializada en la fabricación de fertilizantes y productos biológicos que aportan soluciones específicas a las necesidades de la agricultura moderna.
Destacamos que la empresa Plymag es socio-fundador de AEFA (Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes) y opera en el sector de los fertilizantes desde 1978, desarrollando sus propias líneas de investigación para obtener nuevos productos que optimicen el aprovechamiento de los cultivos.
En esta entrevista Santiago Sáez y Ana Feliu nos aportan información sobre este tema tan de actualidad tanto para el sector productivo como para el consumidor final: Las industrias de fertilizantes para una agricultura ecológica.
Producción ecológica y el consumo de frutas y hortalizas
Durante los últimos tiempos se viene produciendo un interés progresivamente mayor en la producción ecológica y en el consumo de los alimentos derivados de ésta. Se puede decir que son dos tendencias que se retroalimentan mutuamente. Así, el incremento de la demanda de este tipo de alimentos provoca el interés de los productores que ven en esta modalidad de cultivo un modo de diferenciarse en un mercado donde a menudo la oferta indiferenciada y masiva, satura a la demanda con la consecuente caída de los precios. Por otra parte, los consumidores, cada vez más preocupados por su salud y otras consideraciones buscan alimentos que satisfagan sus exigencias, en particular en lo que se refiere al respeto al medio ambiente, salud y no menos importante, búsqueda de valores organolépticos: sabor, olor y color. Este movimiento, que no es completamente nuevo, se viene desarrollando quizá más intensamente durante los últimos 10 ó 15 años.
No obstante, esta situación no hubiera sido posible si paralelamente la técnica agronómica no hubiera dado las herramientas necesarias para ello y la industria de los fertilizantes no se hubiera mostrado receptiva ante estas tendencias. Así, Santiago Sáez y Ana Feliu nos analizan este camino desde el punto de vista de la industria productora de agronutrientes y particularmente de Plymag, empresa pionera en el lanzamiento de formulados aptos para cultivo ecológico.
Se habla mucho de la agricultura ecológica. ¿Pero qué es exactamente?
Ana Feliu: Muy buena pregunta, porque a pesar de que casi todo el mundo tiene una idea aproximada de lo que es, no deja de haber cierta confusión al respecto. La agricultura ecológica empieza sus andanzas en los años 70 o incluso antes como respuesta a los primeros problemas ambientales que plantea la agricultura industrial basada en lo agroquímicos. Así, a veces se confunde con una filosofía que propugna la armonía entre hombre y naturaleza y dentro de este enfoque se puede contemplar también como una vuelta a la agricultura tradicional más sana, llena de sabores y olores ahora perdidos. También se puede contemplar como una estrategia de producción que pretende gestionar los recursos naturales basándose en su conservación. Asimismo, y actualmente el marchamo ecológico se ha vuelto una herramienta de marketing como factor diferenciador de las producciones en mercados a veces saturados.
Como resumen podríamos decir que es un movimiento que trata de evitar los productos químicos de síntesis en la producción agrícola (sean fertilizantes o fitosanitarios) con el fin de evitar la contaminación que afecta a la futura disponibilidad de recursos, su sobreexplotación y la ruptura del equilibrio ecológico. Tal y como expone la página dedicada del MAPAMA: “La agricultura ecológica, se puede definir de manera sencilla como un compendio de técnicas agrarias que excluye normalmente el uso, en la agricultura y ganadería, de productos químicos de síntesis como fertilizantes, plaguicidas, antibióticos, etc., con el objetivo de preservar el medio ambiente, mantener o aumentar la fertilidad del suelo y proporcionar alimentos con todas sus propiedades naturales”.
A efectos prácticos ¿qué es la agricultura ecológica?
Ana Feliu: A efectos prácticos y para el profesional podríamos concluir que la agricultura ecológica es aquella que se sujeta a los principios y normas de producción ecológica que se recogen en la normativa nacional y comunitaria (Reglamento – CE Nº 834/2007 del Consejo sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos, con respecto a la producción ecológica, su etiquetado y su control). Las normas de aplicación del mismo se recogen en el Reglamento – CE 889/2008 de la Comisión, modificado recientemente por el Reglamento de Ejecución (UE) 2016/673 de la Comisión.
¿Cuáles serían las bases de la agricultura ecológica respecto a la fertilización?
Santiago Sáez: En el campo de la fertilización, la filosofía de la agricultura ecológica se basa en “alimentar la tierra” para que ésta “alimente al cultivo”. Técnicamente se basa en construir la fertilidad del suelo mediante el empleo de enmiendas y el uso de rotaciones de cultivo y especies vegetales que permitan eliminar el uso de fertilizantes de síntesis solubles (particularmente nitrogenados).
El exceso de fertilizantes muy solubles (como los nitratos) puede llegar a contaminar los acuíferos. Por otro lado, el uso abusivo de sustancias químicas puede llegar a reducir la fertilidad del suelo, mientras que el abuso de los fertilizantes de síntesis puede también contribuir a la salinización.
En nuestras condiciones, estas enmiendas deberían ser de materia orgánica fundamentalmente debido a que por lo general nuestros suelos están pobremente dotados de este elemento. Y así, la mayor parte de la fertilización se sustentaría sobre el aporte de estiércol y enmiendas minerales. No obstante, la agricultura ecológica se vale también de ciertas enmiendas minerales para corregir parámetros del suelo como el pH.
Sobre las bases anteriores, se supone que el suelo sería capaz de sustentar la producción, basada más en la calidad organoléptica y nutritiva que en la cantidad. Es conveniente tener en cuenta que la agricultura ecológica no persigue una maximización de los rendimientos a toda costa, sino la sostenibilidad a medio y largo plazo de la productividad.
Por último, el punto de vista oficial o reglamentario, establece en la normativa UE citada que la producción vegetal ecológica implica prácticas variadas y un aporte limitado de abonos y acondicionadores de suelo poco solubles y particularmente:
- Hace énfasis en el uso de materia orgánica y estiércoles preferiblemente compostados.
- No se permiten fertilizantes solubles.
- No se permite el cultivo hidropónico.
- No se permite el uso de organismos modificados genéticamente ni sus productos como abonos o acondicionadores.
- Se establece una lista de los productos fertilizantes y acondicionadores que pueden utilizarse de acuerdo a criterios precisos.
¿Cómo se interesa una empresa de fertilizantes en la agricultura ecológica? Parece algo contradictorio.
Santiago Sáez: Sí,… pero sólo aparentemente. Como hemos dicho, la fertilización ecológica trabaja con enmiendas y particularmente con estiércoles cuya disponibilidad, procedencia y características son muy variables. Hay que tener en cuenta que la industria intenta responder a las exigencias de mercado y la de los agronutrientes no es una excepción. En este sentido hay que recordar que hace 15-20 años existía un nicho de mercado claramente establecido en España, aunque los pioneros se pueden encontrar antes. A mediados de los 90, existía un número ya asentado y creciente de agricultores ecológicos que requerían de productos aplicables en agricultura ecológica y por otro, no existía una variedad accesible de productos para satisfacer sus necesidades.
Los productores tenían que compostar su propia materia orgánica (lo cual no siempre es posible) o bien depender de fuentes más o menos dudosas. Las materias orgánicas procesadas fueron los primeros productos demandados.
Es de este modo, empresas como Plymag comenzamos a trabajar en este campo que planteaba interrogantes, pero también grandes posibilidades.
¿Cómo fueron estos comienzos?
Ana Feliu: Como todos: paso a paso. Todas las empresas asociadas en AEFA con fertilizantes para la agricultura ecológica han tenido sus particulares formas de abordar este mercado. En nuestro caso, Plymag ya contaba con un extracto de algas, el SM 6 que estaba autorizado para su uso en ecológico. Fue nuestra puerta a este mundo, ya que a través de él comenzamos a conocer los intereses de los productores y técnicos que trabajaban en este campo. Posteriormente, una enmienda orgánica, ROMBIORGAN L 45-22 fue autorizada y pronto tuvimos que hacer frente, como otras empresas, a algunos problemas al intentar llevar los principios ecológicos a la producción comercial a una escala de cierta entidad, ya que no es lo mismo tener un huerto para autoconsumo o para un consumo local que intentar abastecer una cadena de supermercados. Es en este punto donde se desligan, bajo mi punto de vista, agricultura ecológica como “filosofía”, de la agricultura ecológica como actividad económica y comercial.
¿Hablamos entonces de otro tipo agricultura ecológica?
Santiago Sáez: No precisamente, pero si creemos que la producción ecológica puede llegar a un público relativamente amplio y que puede producir efectos ambientales positivos, hemos de proporcionar las herramientas adecuadas para ello. Así pues, en nuestro caso el primer compromiso fue ofrecer un abanico suficientemente amplio de productos que posibilitara técnicamente la obtención de los resultados buscados.
Es preciso tener en cuenta que éste último caso se requiere cierto nivel de estandarización tanto en el suministro de insumos como en la venta de las producciones y para que fuera posible eran necesarios dos cambios:
- Puesta a punto de técnicas agronómicas adaptadas, así como la acumulación de experiencia en su empleo.
- Obtención de insumos razonablemente homogéneos que cumplan las normativas de la producción ecológica.
En el primer caso, han surgido productores imaginativos y tenaces que apoyados por técnicos bien informados han sabido adaptar sus técnicas y procesos a las exigencias de esta modalidad de producción. Incluso en el caso de la producción bajo invernadero, donde parecía muy problemática la producción ecológica han aparecido productores que se han consolidado dentro de un sector complejo y competitivo
En el segundo caso la industria ha respondido gradualmente a las demandas buscando igualmente materiales y procesos compatibles con la agricultura ecológica. De este modo han proliferado productos adaptados a su aplicación a través de riego localizado, particularmente las enmiendas orgánicas.
Siempre se habla de la materia orgánica como puntal de la agricultura ecológica. ¿Por qué?
Santiago Sáez: No sólo de la agricultura ecológica, la materia orgánica es fundamental en todo tipo de cultivos, salvo los hidropónicos. Sus propiedades sobre el almacenamiento de agua y nutrientes, así como sus efectos beneficiosos sobre la estructura del suelo hace que sea fundamental para la fertilidad del suelo y es así como las enmiendas orgánicas son uno de los puntales de la técnica de producción ecológica.
¿Qué valor añade la industria en este caso?
Santiago Sáez: En primer lugar, aprovecha y recicla residuos que de otro modo incluso pueden llegar a ser un problema ambiental. Es el caso de las vinazas, por ejemplo. En segundo lugar, hay que tener en cuenta que los procesos de compostaje no son sencillos y que la disponibilidad de estos materiales es limitada en algunas zonas. Los productos proporcionados por la industria como las vinazas mantienen unas garantías sanitarias (ausencia de malas hierbas y patógenos) que en otros casos son más difíciles de alcanzar y que a veces suponen graves limitaciones. Asimismo, y dentro de unos límites se garantiza una homogeneidad en la composición final de los productos.
Por último, comentar el esfuerzo que se ha hecho para adaptar las formulaciones a las modernas técnicas productivas como, por ejemplo, el riego localizado. Plymag, por ejemplo, dispone de varias formulaciones perfectamente adaptadas a esta modalidad.
¿Ahora mismo, en qué estadio se encontraría la oferta de insumos ecológicos?
Santiago Sáez: En cuanto a la nutrición, la industria abarca una oferta muy amplia que comprende desde los estiércoles procesados hasta enmiendas de diverso tipo y correctores de carencias. Esta oferta no para de crecer a la vez que la legislación se adapta a las nuevas realidades para proteger a todo el sector de la producción ecológica tal y como declara en el en el Reglamento 834/2007 del Consejo en su exposición de motivos, punto 8 “…especialmente fomentando el uso de nuevas técnicas y sustancias más adecuadas a la producción ecológica”.
¿Cuál ha sido la posición de Plymag en este proceso?
Ana Feliu: Nosotros hemos intentado facilitar una gama suficiente de productos que, cumpliendo la normativa vigente, permitan al agricultor ecológico disponer de herramientas técnicas para abordar los retos que posee la nutrición ecológica.
Este catálogo dispone de enmiendas orgánicas y cálcicas, correctores de carencias que cubren todo el espectro de microelementos fundamentales para las plantas, estimulantes a base de algas y bionutrientes a base de aminoácidos,… y por supuesto siempre innovando. De hecho, recientemente hemos incorporado un insecticida a base de piretrinas naturales (JOPI), con lo cual nos introducimos en el campo de los fitosanitarios aptos para agricultura ecológica.
Más información en la web oficial de AEFA: www.aefa-agronutrientes.org