Nutrir el suelo contribuye a dar vida a la planta.
En un artículo anterior titulado «La tierra y el abono orgánico para rosales» se trató el tema de los nutrientes desde el punto de vista de abonos orgánicos y estiércol.
En este artículo el tema principal será el enriquecimiento del suelo mediante abonos inorgánicos. También se tratará el factor pH y el humus de lombriz.
Factor pH
La acidez o alcalinidad de un suelo se expresa a través del factor pH.
El pH es por definición la concentración de iones H+ que hay en una solución líquida. La escala de pH va desde el 0 hasta el 14, tomando el agua como patrón de referencia en el punto medio, es decir 7.
Los valores del 0 al 7, son ácidos y más ácido es cuanto más cercano al 0 sea el pH. Tenemos ejemplos de uso en la vida cotidiana de líquidos ácidos, por ejemplo, el vinagre o ácido acético con un pH que está en un intervalo de entre 2,4 y 3,4; el ácido cítrico del limón con pH en intervalo de 2 a 2,5, etc.
Los valores por encima del 7 y hasta el 14, se denominan alcalinos. También hay ejemplos de usos cotidianos con productos alcalinos como por ejemplo la lejía común que tiene un valor de pH de 12 aproximadamente y el amoníaco 11,5.
Los rosales necesitan un suelo con pH de entre 6 a 6,5. Es decir prácticamente neutro. Las plantas que viven en este tipo de suelos se denominan neutrófilas.
Las plantas acidófilas viven en un contexto de pH ácido, como la hortensia y la gardenia. Por el contrario, las plantas que viven en suelos básicos o alcalinos se denominan basófilas y entre ellas se encuentran el romero o la acelga.
Un suelo calcáreo, es decir, alcalino con un pH superior a 7 se puede corregir mezclando con humus. El humus neutraliza la alcalinidad y proporciona ayuda para mantener la humedad.
Para corregir la acidez de un suelo, bastará con añadir cal o caliza en pequeñas dosis hasta obtener el pH idóneo.
Abonos Inorgánicos
Los abonos minerales o inorgánicos son complementos alimenticios para nuestros rosales.
Los más importantes, también llamados macroelementos, son las sales minerales de Nitrógeno (Nitratos), Fósforo (Fosfatos) y Potasio (Cloratos y fosfatos). Aunque no contemplado inicialmente como tal, el Magnesio (Sulfatos), dada su importancia también se incluye en muchas formulaciones como cuarto elemento destacado.
En los viveros se encuentran los abonos comerciales, presentando la fórmula de las proporciones en cada uno de los elementos, por ejemplo:
- Nitrógeno con la letra N
- Fósforo con la letra P
- Potasio con la letra K
- Magnesio con las letras Mg
Esta fórmula se puede presentar bajo dos criterios:
- Equilibrio de un fertilizante. El equilibrio se representa por ejemplo 1-0,2-2. En este caso, por cada unidad fertilizante de nitrógeno se encuentra media de fósforo y 2 de potasio.
- Riqueza de un fertilizante. Esta sustituye las letras NPK por un número que indica el porcentaje de riqueza que se encuentra en %. Por ejemplo, un NPK 8-4-10 indica 8 partes de nitrógeno, 4 partes de potasio y 10 de fósforo.
¿En qué parte de la planta actúa cada mineral?
Cada elemento juega un papel destacado en el desarrollo de una planta, si bien todos están interrelacionados. De la misma forma, aunque no los mencionemos de forma destacada en este artículo, el papel de los demás oligoelementos es fundamental.
- El nitrógeno estimula el crecimiento de la planta y es el principal formador de hojas y brotes.
- El potasio estimula la formación de flores y raíces ayudando a la buena síntesis de proteínas y encimas fisiológicos.
- El fósforo estimula la formación de los frutos y las semillas fértiles.
- El Magnesio es el metal que contiene la molécula de la clorofila, es fundamental pues para captar la energía solar, para la degradación de los azúcares en energía.
Otros elementos ayudan también a la planta como son; calcio que es necesario para regular la presión osmótica de los rosales, el sodio, el azufre y el hierro que están implicados con la osmosis del agua y el sol para inyectarse por toda la planta.
Por último, esta es la relación de las partes del rosal y los abonos inorgánicos que influyen de forma destacada en cada una de ellas:
- Raíz: potasio, fósforo y sodio.
- Hoja: nitrato, potasio, magnesio, azufre y fósforo.
- Tallo: calcio, nitrato, potasio y sodio.
- Flor: potasio y fósforo.
- Fruto: fósforo, potasio y cloro.
- Semilla: nitrato, potasio, magnesio y fósforo.
- Clorofila: magnesio.
Humus de Lombriz
La materia orgánica o sustrato es cualquier tierra formada de origen biológico, si se hace de forma natural y muy descompuesta se le llama humus.
El humus de lombriz es un fertilizante muy valorado y que contiene ácidos húmicos y fúlvicos entre otros nutrientes.
Para conseguir el preciado fertilizante, es necesario realizar un proceso por el cual las lombrices son utilizadas para convertir los residuos orgánicos en lombricomposta. Es un método de reciclaje de residuos orgánicos que permite obtener grandes cantidades de humus de lombriz.
Esta práctica de reciclaje se puede crear por nosotros mismos o bien comprar en tiendas especializadas. Unos cubos vacíos de pintura pueden servir, colocando en la parte inferior de uno de ellos, un pequeño grifo que nos ayudará a dosificar el humus líquido que se vaya formando y que se diluirá con agua en una proporción de 1:10.
Sobre este cubo, se colocará otro con el fondo agujereado a fin de que pase solo líquido hacia el cubo inferior, en el cual se introducirán las lombrices y los diferentes restos orgánicos. Se irá reponiendo estos restos en la medida en que se vayan descomponiendo.
Necesidades minerales y orgánicas de un rosal
A finales de invierno, el rosal enraíza. Un tiempo antes en la tierra a de haber mucha agua, fosfatos, potasio y magnesio. Abono inorgánico que contenga N-P-K-Mg 1-5-5-2 o estiércol de conejo.
Al inicio de la primavera, el rosal brota. Un mes antes en la tierra a de haber nitratos y magnesio. Abonar con N-P-K-Mg 5-2-5-1 o bien estiércol de caballo.
Para la floración antes del verano. Dos meses antes en la tierra a de haber nitratos y potasio en buena cantidad, por ello se podrá suministrar abono N-P-K-Mg 5-2-5-1 o estiércol de oveja.
En verano el rosal descansa, si no llueve, hay que hacer riegos abundantes y espaciados sin abonos ni estiércol.
En otoño, volverá a brotar y florecer (clima mediterráneo), por lo que haremos como en la primavera y primeros de verano.
Carlos Rivero Ramos: Pasión por las rosas
Quiero agradecer a Pep Clavero, Biólogo miembro del grupo Amics de Les Roses por lo que me ha enseñado y que he podido plasmar en este artículo.
Carlos Rivero Ramos, al margen de su actividad profesional tiene entre sus pasiones las de viajar, escribir,… pero destaca la de su pasión por el mundo de las rosas.
Carlos encuentra en la floricultura y en especial en el cultivo de las rosas un amplio abanico de posibilidades a todos los niveles. Es un alivio al estrés y saca el poeta que hay en él, además de incitarle a coleccionarlas de forma casi compulsiva. Destaca su colección de diferentes especies de rosas y el que varias de ellas han sido premiadas en el Concurso Nacional de las Rosas en 2018 y 2019.
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» Autor: Carlos Rivero
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