El tulipán es una planta que emite una bella flor. Como planta se utiliza tanto como flor cortada, como planta en maceta e incluso como planta de jardín naturalizada.
El tulipán pertenece a la familia de las Liliáceas y existen dos especies asociada a esta familia, la Tulipa gesneriana de origen oriental, y la Tulipa suaveolens originaria del sur de Europa.
El botánico Carolus Clusius inició el cultivo del tulipán en el jardín botánico de Leiden (Holanda), a partir de semillas y de bulbos enviados desde Turquía.
Se trata de una planta bulbosa de constitución herbácea y vivaz, con un corto período de floración, normalmente en primavera en el hemisferio norte.
Su bulbo es un órgano de reservas nutritivas y a nivel profesional su modo de multiplicación más eficaz.
Una de las principales características del bulbo son sus escamas exteriores secas llamadas “túnicas”. Estas tienen una función de defensa contra lesiones mecánicas y deshidratación. En cambio, sus escamas interiores son mucho más carnosas, denominadas “láminas” y cuya función es almacenar las sustancias nutritivas de reserva.
En su parte aérea, el tulipán emite muy pocas hojas, estas van de color verde a verde grisáceo, son algo carnosas y con forma lanceolada. Nacen de la parte baja de la planta, ensanchan en su base y van decreciendo en tamaño hacia la parte superior del tallo.
Sus flores son el principal valor ornamental del tulipán, generalmente son solitarias, orientadas hacia arriba, más o menos acampanadas, pudiendo tener tépalos dobles o simples, dispuestos en forma de cáliz y generalmente en número de seis, con una amplia gama de coloridos.
El tulipán posee como característica dos fases durante su desarrollo. La primera se llama fase vegetativa y consiste en el crecimiento de los bulbos hasta llegar al tamaño adecuado para florecer. Y la fase es la reproductiva que comprende la inducción floral, diferenciación de las partes florales, alargamiento del tallo floral y floración.
Las variedades de tulipán cultivadas actualmente proceden de las regiones montañosas de Asia Menor, Persia, el Cáucaso y Turquestán, aunque el origen del tulipán se localiza principalmente en el área mediterránea y el nordeste asiático. De hecho, el nombre “tulipán” proviene de la palabra “dulban”, que significa en turco turbante, haciendo referencia a la similitud entre sus formas.
La producción de los bulbos de tulipán está limitada a escasas regiones en el mundo, debido principalmente a las particulares exigencias agroecológicas de este cultivo.
El principal país productor de tulipán es Holanda con más del 55% de la superficie cultivada de esta planta en el mundo. Otros países productores de importancia son Gran Bretaña, Estados Unidos, Japón, Polonia, Francia, Australia y Chile.
Como decimos, Holanda es el líder absoluto de esta actividad debido a sus condiciones climáticas y a un excelente perfil comercial. Es el único país que ha sido capaz de crear una organización sobre el tulipán basada principalmente en el control del material vegetal, el establecimiento de grandes superficies dedicadas a la producción de bulbos, la consolidación de una estructura comercial que distribuye el producto a través de subastas y un entramado de numerosos exportadores.