El perejil es una de las plantas aromáticas, condimentarias y culinarias más populares de la gastronomía mundial. Su nombre científico es el Petroselinum sativum y es originario de la zona mediterránea y pertenece a la familia de las Apiaceas.
Como planta es una umbelífera que se comporta como bianual y se cultiva tanto en campos como en la modalidad de planta en maceta. En el primer caso para comercializar sus hojas en supermercados, pescaderías… y el segundo para su venta como planta ornamental, aunque en los dos casos su destino final sea el mismo. Por lo tanto, se cultiva por sus hojas y propiedades gastronómicas.
El Petroselinum sativum o perejil crece en forma de roseta empenachada de hojas muy divididas, alcanzando fácilmente los 40 centímetros de altura. Sus tallos son generalmente erguidos y creciendo de forma herbácea. Sus hojas son largamente pecioladas en casi todas las variedades. Hablando de variedades, estas las podemos clasificar en tipos, según si son de hojas lisas o rizadas, muy divididas o no… y más o menos aromáticas.
Sus hojas son ricas en vitaminas, siempre que se consuman en crudo, ya que la cocción elimina parte de sus componentes vitamínicos.
Los tallos floríferos del Perejil terminan en umbela, con flores de color blanco verdoso. Estas inflorescencias tienen sobre una docena de radios primarios y sus flores apenas tienen unos 2 milímetros de longitud. Una vez fecundadas, el fruto es un diaquenio de 3 a 4 milímetros de diámetro, ovoide y es empleado como semilla.
Como decimos, el perejil tiene una gran aceptación en los mercados nacionales y ello hace que su cultivo esté siendo objeto de cierta atención por parte de los horticultores y comience a tenerse presente en las alternativas hortícolas intensivas.