En esta ocasión no vamos a exponer todos aquellos aspectos que intervienen en unas buenas prácticas agrícolas, sino sólo en el aspecto el huerto urbano y las variedades.
Cuando cultivar el huerto era cosa de agricultores formados desde su infancia, el dominio de todos los factores de productividad y buenas prácticas agrícolas eran razonablemente entendidas. La tradición trasmitida de padres a hijos en un ambiente agrario, era una gran universidad y donde se tenía claro aquellos factores que incidían seriamente en un buen o mal cultivo.
Con el tiempo, en España hemos pasado de un abandono progresivo de la agricultura a reencontrarnos con ella con mucho cariño… pero en un nuevo marco: el huerto urbano.
Como decimos, en esta ocasión nos centramos en el huerto urbano y las variedades.
Hay un dicho que reza “de buen huevo… buen pollo” y no está falto de razón. Por ello, a la hora de elegir que frutales, hortalizas y ornamentales vamos a cultivar en nuestro huerto urbano, lo primero que debemos de tener en cuenta es la variedad a plantar.
El huerto urbano nos da de partida factores limitantes como es la ubicación y con ella su microclima de la zona, su tipo de tierra (su profundidad de capa, sus características físicas y químicas…) la calidad del agua de riego, superficie cultivable, interrelación con el entorno, etc.
Por otra parte tenemos las fechas. Las estaciones del año marcan un calendario de plantación propio de cada lugar. El no respetarlo es poner tontamente en riesgo la correcta evolución del cultivo.
Por lo tanto, es muy fácil el entender que no todas las variedades nos van a responder igual.
¿Qué podemos hacer al respecto? Pues varias cosas como por ejemplo:
- Visitar huertos cercanos y preguntar a aquellos agricultores que mejor cosecha tienen, qué variedades están plantando. Todos son buenos maestros.
- Asesorarnos adecuadamente en nuestro centro de jardinería de confianza.
- Documentarnos qué variedades son típicas o tradicionales de la zona donde nos encontramos.
- También podemos probar varias variedades y según el resultado del primer año ajustarlas mejor al siguiente.
- Saber que en el caso de las hortícolas, que no todas las variedades son aptas para su cultivo durante todo el año. Por ejemplo, en lechugas y dentro de un mismo tipo, las hay indicadas para invierno y para verano.
En la elección de las variedades adecuadas radica parte del éxito de nuestro huerto urbano.