Cultivo del pimiento

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pimientos rojos

La planta de pimiento

Originaria de Sudamérica, más exactamente de los países de Bolivia y Perú, la planta de pimiento, cuyo nombre científico es Capsicum annuum, fue traída por Cristóbal Colón en su primer viaje en 1493 y poco tiempo después ya se cultivaba por casi toda España.

Perteneciente a la familia de las Solanáceas, es una planta herbácea de hoja perenne, con ciclo de cultivo anual. Su tamaño depende en gran medida del tipo y la variedad. Así las podemos encontrar desde medio metro a más de dos metros de altura. Su sistema radicular es pivotante y profundo con numerosas raíces adventicias que abarcan horizontalmente una importante superficie.

Su tallo principal es de crecimiento limitado y erecto. A partir de cierta altura emite 2 ó 3 ramificaciones y continúa ramificándose de forma dicotómica hasta el final de su ciclo. De la misma forma, sus tallos secundarios también se bifurcan después de brotar varias hojas, y así sucesivamente. Por ello necesitan ser tutorados para evitar la rotura de sus ramas.

Sus hojas de color verde son enteras y lanceoladas, con un ápice muy pronunciado y un pecíolo largo y poco aparente. Su haz es liso, suave al tacto y brillante. Sus nerviaciones, tanto la principal como las secundarias son pronunciadas, llegando estas últimas casi al borde de la hoja. Estas crecen de forma alterna sobre el tallo y su tamaño varía notablemente en función de la variedad. Un dato curioso es que existe una cierta correlación entre el tamaño de la hoja adulta y el peso medio del fruto.

flores de la planta de pimiento

Sus flores crecen de forma solitaria en cada nudo del tallo, con inserción en las axilas de las hojas. Son de tamaño pequeño y su corola es de color blanco. Normalmente se auto fecundan sin problemas. Una vez polinizadas, producen un fruto en forma de baya hueca, semi cartilaginosa y deprimida, de color variable según tipo y variedad, como por ejemplo verde, rojo, amarillo, naranja, violeta o blanco. Muchas variedades van pasando del verde al anaranjado y al rojo a medida que van madurando.

Sus semillas se encuentran insertas en una placenta cónica de disposición central. Son redondeadas, ligeramente reniformes, de color amarillo pálido y longitud variable entre 3 y 5 milímetros.

Tipos de pimientos

Como consecuencia de la mejora genética que se ha conseguido en este último siglo en esta especie, existen diferentes tipos de pimientos y miles de variedades.

pimientos tipo lamuyos

En términos generales existen tres destinos de consumo: pimiento en fresco, para pimentón y para conserva.

Centrados en el Pimiento de consumo en fresco, en España se cultiva industrialmente durante todo el año, en especial en el litoral mediterráneo. De hecho, es uno de los cultivos hortícolas bajo invernadero con mayor superficie cultivada, localizándose casi la mitad de la producción en Almería, Alicante y Murcia.

Los países productores de pimientos en fresco por orden de importancia son China, México, Turquía, España, Estados Unidos, Nigeria, Indonesia, Egipto, República de Corea, Italia, Holanda, Túnez, Bulgaria, Rumanía, Marruecos, Argelia, Japón, Ucrania, Argentina, Grecia, Hungría, Rep. Islámica de Irán, Israel, Chile, Australia, India, Canadá…

A la hora de elegir los tipos de pimientos o variedades a cultivar, debemos tener en cuenta los siguientes criterios:

  • La característica varietal como vigor de la planta, características del fruto, resistencias a enfermedades, potencial de producción, etc.
  • El mercado de destino ya que va asociado a criterios de compra (presentación, color…).
  • Tipo de invernadero de cultivo ya que el control climático es muy importante.
  • El suelo.
  • El clima.
  • La calidad del agua de riego.

Según la variedad los tipos de pimiento pueden clasificarse en:

  • Variedades de pimientos dulces, normalmente para cultivo en los invernaderos con frutos de gran tamaño y son para consumo en fresco e industria conservera.
  • Variedades de pimientos de sabor picante, que son muy cultivadas en Sudamérica y suelen ser variedades de fruto largo y delgado.
  • Variedades de pimientos para la obtención de pimentón, que en realidad son un subgrupo de las variedades dulces.

Dentro del primer grupo de variedades de fruto dulce se pueden diferenciar a su vez tres tipos de pimiento:

  • Tipo de pimiento California: Con frutos cortos casi cuadrados, con tres o cuatro cascos bien marcados, con el cáliz y la base del pedúnculo por debajo o a nivel de los hombros. Su carne tiene un grosor de 3 a 7 milímetros.
  • Tipo de pimiento Lamuyo: Denominados así en honor a la variedad obtenida por el INRA francés, con frutos largos y cuadrados de carne gruesa. Las variedades pertenecientes a este tipo suelen ser más vigorosas y menos sensibles al frío que los de tipo California.
  • Tipo de pimiento Italiano: De frutos alargados, estrechos, acabados en punta, de carne fina. Son más tolerantes al frío y dan producciones de 6 a 7 kilos por metro cuadrado.

En todos los casos, para los cultivos intensivos y en especial en invernadero, se utilizan variedades híbridas por su mayor precocidad, producción, homogeneidad y resistencia a las enfermedades.

Requerimientos edafoclimáticos del pimiento

Los requerimientos edafoclimáticos del pimiento son la temperatura, la humedad, la luminosidad y el suelo.

flores y frutos pimiento

El manejo racional de los requerimientos edafoclimáticos del pimiento es fundamental para el funcionamiento adecuado del cultivo, ya que todos se encuentran estrechamente relacionados y la actuación sobre uno de ellos incide sobre el resto.

Temperatura

El pimiento es una planta exigente en temperatura y varía según el estado de desarrollo que se encuentre la planta. Las temperaturas óptimas son entre 20 y 25 grados centígrados para la germinación, de 20 a 25 por el día y entre 16 a 18 por la noche durante su crecimiento, y de 26 a 28 durante el día y entre 18 a 20 durante la noche en época de floración y fructificación.

Destacar que los saltos térmicos (diferencia de temperatura entre la máxima diurna y la mínima nocturna) ocasionan desequilibrios vegetativos destacables. Por ejemplo, si coinciden bajas temperaturas durante el desarrollo del botón floral (entre 15 y 10ºC) da lugar a la formación de flores con anomalías como pétalos curvados y sin desarrollar, formación de múltiples ovarios que pueden evolucionar a frutos distribuidos alrededor del principal, acortamiento de estambres y de pistilo, engrosamiento de ovario y pistilo, fusión de anteras, etc. incidiendo a la formación de frutos de menor tamaño, con deformaciones, etc. Al contrario, las altas temperaturas provocan la caída de sus flores y los frutos de pequeño tamaño.

Humedad

La humedad relativa óptima oscila entre el 50% y el 70%. Si es muy elevada, favorece el desarrollo de enfermedades aéreas y dificulta la fecundación. La coincidencia de altas temperaturas y baja humedad relativa puede ocasionar la caída de flores y de frutos recién cuajados.

Luminosidad

El pimiento es una planta muy exigente en luminosidad, sobre todo en los primeros estados de desarrollo y durante la floración. Por ello, su cultivo debe realizarse en zonas del huerto con máxima luminosidad, o en invernaderos poco encalados.

Suelo

Por último, los suelos más adecuados para el cultivo del pimiento son los franco-arenosos, profundos, ricos y bien drenados.

El pH óptimo del suelo se sitúa entre el 6,5 y 7, y en el agua de riego entre el 5,5 a 7.

La planta del pimiento tiene cierta tolerancia a la salinidad, tanto del suelo como del agua de riego, aunque en menor medida que el tomate. Es importante que el suelo contenga un mínimo de un 3 y un 4% de materia orgánica.

El cultivo del pimiento

Para el cultivo del pimiento debemos prestar atención a aspectos y labores como marcos de plantación, poda de formación, aporcado, tutorado, destallado, deshojado, aclareo de frutos y fertilización, además del control de sus plagas y enfermedades… sin olvidar la recolección.

Marco de plantación

El marco de plantación es variable en función del porte de la planta, que a su vez dependerá de la variedad comercial cultivada. En invernadero suele ser de 1 metro entre líneas y 0,5 metros entre plantas y si la planta es de porte medio se pueden poner un poco más juntas. También hay quien pone dos líneas más juntas (unos 70 centímetros) y deja más pasillo entre cada grupo de líneas (1,2 metros) con objeto de favorecer la recolección y demás trabajos, evitando daños indeseables al cultivo. A nivel profesional se cultivan de 20.000 a 25.000 plantas por hectárea cuando se cultivan bajo invernadero y unas 60.000 plantas por hectárea cuando se hace al aire libre.

Poda de formación

La poda de formación del pimiento es muy útil para mejorar las condiciones de cultivo en invernadero y obtener producciones de una mayor calidad. Con ella se obtienen plantas equilibradas, vigorosas y aireadas, para que los frutos no queden ocultos entre el follaje, a la vez que protegidos por él de insolaciones. Con la poda de formación se delimita el número de tallos normalmente a 2 ó 3 y se aprovecha para una limpieza de las hojas y brotes que se desarrollen bajo la ‘cruz’.

Aporcado

El aporcado del pimiento consiste en cubrir con tierra parte del tronco de la planta para reforzar su base y favorecer el desarrollo radicular.

Tutorado

El tutorado del pimiento es imprescindible para mantener la planta erguida, ya que los tallos del pimiento se parten con mucha facilidad, además de facilitar las labores de cultivo y mejorar la ventilación. Se puede hacer al aire libre mediante cañas, creando una estructura a ambos lados de la hilera de la planta que permita su sujeción.

En invernadero se puede hacer colocando hilos de polipropileno (rafia) o palos en los extremos de las líneas de cultivo de forma vertical, que se unen entre sí mediante hilos horizontales pareados dispuestos a distintas alturas, que sujetan a las plantas entre ellos. Estos hilos se apoyan en otros verticales que a su vez están atados al emparrillado a una distancia de 1,5 a 2 m, y que son los que realmente mantienen la planta en posición vertical.

Destallado

La técnica de destallado consiste en ir eliminando los tallos interiores para favorecer el desarrollo de los tallos seleccionados en la poda de formación. Esta técnica se realiza a lo largo de todo el ciclo de cultivo. Esta poda no debe ser demasiado severa para evitar en lo posible paradas vegetativas y quemaduras en los frutos que quedan expuestos directamente a la luz solar.

Deshojado

El deshojado del pimiento se realiza sobre las hojas viejas y enfermas para facilitar la aireación, mejorar el color de los frutos y evitar que sean focos de infección con el tiempo.

Aclareo de frutos

En cuanto al aclareo de frutos del pimiento, se comienza con la eliminación de los primeros frutos con el fin de obtener frutos de mayor calibre, uniformidad y precocidad, así como mayores rendimientos. Durante el cultivo, también se deben de eliminar los frutos muy pequeños y de mala calidad para favorecer el desarrollo de los mejores.

Fertilización

Hablar de fertilización, es hablar de fertirrigación, sobre todo en invernaderos. La fertilización se hará en función del estado fenológico de la planta, así como tipo de suelo, condiciones climáticas, calidad del agua de riego, etc.

Alrededor del 75% del sistema radicular del pimiento se encuentra en los primeros 30-40 cm del suelo, por lo que deberemos concentrar la zona húmeda en esta zona.

Tras el enraizamiento de la planta en el terreno, es conveniente recortar riegos, con el fin de potenciar el crecimiento del sistema radicular. Durante la primera floración, un exceso de humedad puede provocar la caída de las flores.

Planta de pimiento

El pimiento es una planta muy exigente en nitrógeno durante las primeras fases del cultivo, decreciendo la demanda de este elemento tras la recolección de los primeros frutos verdes, por lo que deberemos controlar muy bien su dosificación a partir de este momento, ya que un exceso retrasaría la maduración de los frutos.

La máxima demanda de fósforo coincide con la aparición de las primeras flores y con el período de maduración de las semillas. La absorción de potasio es determinante sobre la precocidad, coloración y calidad de los frutos, aumentando progresivamente hasta la floración y equilibrándose posteriormente.

El pimiento también es muy exigente en cuanto a la nutrición de magnesio, aumentando su absorción durante la maduración.

En fertirrigación no debemos sobrepasar la dosis de abono total de 2 gramos por litro, siendo aconsejable situarse sobre 1 gramo por litro o algo menos, según la frecuencia de riego.

El aporte de nitrógeno durante el cultivo es decreciente. Al comienzo el nivel de este puede ser el doble al aportado de fósforo y potasa, tras el cuajado de los primeros frutos con un equilibrio N-P-K de 1-1-1, que irá variando en función de las necesidades del cultivo hasta una relación aproximada de 1-0,5-1,5 durante la recolección.

El aporte de microelementos no debe de ser descuidado, siendo vital para una nutrición adecuada.

Plagas del pimiento

Las plagas del pimiento más usuales son:

La Araña roja (Tetranychus urticae, Tetranychus turkestani y Tetranychus ludeni): Se localiza en el envés de las hojas causando decoloraciones, punteaduras o manchas amarillentas que pueden apreciarse en el haz como primeros síntomas. Según avanza la plaga produce desecación o incluso defoliación. Las temperaturas elevadas y la escasa humedad relativa favorecen su desarrollo. Su control biológico se efectúa mediante enemigos naturales como el Amblyseius californicus, Phytoseiulus persimilis o Feltiella acarisuga; o con tratamientos a base de materias activas como Acrinatrin, Amitraz, Fenpropatrin, Flufenoxuron o Piridaben.

– La Araña blanca (Polyphagotarsonemus latus): Sus primeros síntomas se aprecian como rizado de los nervios en las hojas apicales y brotes, mientras que en ataques más avanzados se produce enanismo y una coloración verde intensa de las plantas. Su control químico se realiza a base de materias activas como la Abamectina, Amitraz, Azufre, Bromopropilato, Diazinon, Dicofol, Tetradifon

– La Mosca blanca (Trialeurodes vaporariorum y Bemisia tabaci): Estos insectos realizan las puestas en el envés de las hojas. De éstas emergen las primeras larvas, que tras varios estados larvarios se convierten en las características mosquitas de color blanco que revolotean sobre la planta cuando las tocamos. Los daños son el amarillamiento y debilitamiento de las plantas, además del manchado de hojas y frutos por la proliferación de negrilla que se crea sobre la melaza producida durante su alimentación. También produce daños derivados de la trasmisión de virus. Su control químico es a base de materias activas como el Aceite de verano, Buprofezin, Fenpropatrin, Flucitrinato, Imidacloprid, Metil pirimifos, Pimetrocina, Piridaben, Tau-fluvalinato, Tiametoxam, etc.

– El Pulgón (Aphis gossypii y Myzus persicae): Estos forman colonias y se distribuyen en focos que se dispersan, principalmente en primavera y otoño, mediante las hembras aladas. Los daños se basan en la debilitación de la planta, creación de melaza y trasmisión de virosis. Su control químico se realiza a base de materias activas como el Aceite de verano, Diazinon, Endosulfan, Esfenvalerato, Fenpropatrin, Flucitrinato, Imidacloprid, Metil pirimifos, Pimetrocina, Tau-fluvalinato

– El Trips (Frankliniella occidentalis): Sus adultos colonizan los cultivos realizando las puestas dentro de los tejidos vegetales en hojas, frutos y, preferentemente, en flores. Los daños directos se producen por la alimentación de larvas y adultos, sobre todo en el envés de las hojas, dejando un aspecto plateado en los órganos afectados que luego se necrosan. Uno de los daños de mayor importancia es la transmisión del virus del bronceado del tomate (TSWV). Su control químico se efectúa a base de materias activas como el Aceite de verano, Acrinatrin, Diazinon, Formetanato, Tau-fluvalinato, etc.

– La Orugas (Spodoptera exigua, Spodoptera litoralis, Heliothis armigera, Heliothis peltigera, Chrysodeisis chalcites y Autographa gamma): Los daños son generalmente los ocasionados a los frutos (Heliothis y Spodoptera) y los ocasionados en los tallos (Heliothis y Ostrinia) que pueden llegar a cegar las plantas. Su control químico se realiza mediante materias activas como el Betaciflutrin, Ciflutrin, Clorpirifos, Diazinon, Endosulfan, Esfenvalerato, Fenpropatrin, Metil pirimifos, Tau-fluvalinato.

– Las Cochinillas (Pseudococcus affinis): Es un insecto muy polífago y cosmopolita. Las hembras depositan los huevos bajo los filamentos algodonosos que cubren su cuerpo. Sus larvas, una vez desarrolladas adquieren un color grisáceo característico. Los machos adultos tienen el cuerpo rojo, con el abdomen ligeramente más claro y un par de alas grisáceas más largas que el cuerpo. Los daños directos son deformaciones foliares, que frenan el crecimiento y ocasionan deformaciones en los órganos en crecimiento. Y los indirectos la melaza que segregan que sirven de sustrato nutricional para el desarrollo de hongos saprófitos productores de la «negrilla» (Cladosporium sp.). Es muy difícil de controlar ya que al estar su cuerpo cubierto con excrecencias cerosas blancas, los tratamientos químicos son poco exitosos. Por ello debemos emplear productos de acción específica contra cochinillas con la adición de mojantes.

– Los Nemátodos (Meloidogyne javanica, M. arenaria y M. incognita): Todos ellos producen los típicos nódulos en las raíces. Estos daños producen la obstrucción de vasos e impiden la absorción por las raíces, traduciéndose en un menor desarrollo de la planta y la aparición de síntomas de marchitez en verde en las horas de más calor, clorosis y enanismo. Su control químico es a base de materias activas como Cadusafos, Etoprofos

– Por último, hay que tener presente las prácticas culturales, que reducen enormemente el riesgo de infección. Un ejemplo de ellas son:

  • Colocación de mallas anti insectos en las bandas del invernadero.
  • La eliminación de malas hierbas y restos de cultivo.
  • En el caso de fuertes ataques, eliminar y destruir las hojas afectadas.
  • La colocación de trampas de feromonas y trampas de luz.
  • Estar vigilantes de los primeros estados de desarrollo de los cultivos, en los que se pueden producir daños irreversibles.
  • En algunos casos la utilización de variedades resistentes.
  • La desinfección del suelo en parcelas con ataques anteriores.
  • Sobre todo la utilización de plántulas sanas.
  • Colocación de trampas cromáticas azules.
  • Y como control biológico mediante enemigos naturales, intentar respetar la fauna útil.
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