El Compost está considerado como un tesoro para el suelo, el cual es cada vez mejor percibido como un espacio vivo y, por lo tanto, a tratarlo como tal.
Es sabido que el uso descontrolado de fertilizantes químicos puede tener efectos negativos en el medioambiente. El compost, en cambio, se presenta como una alternativa ecológica y sostenible, imitando los procesos naturales de descomposición y reciclaje de la materia orgánica. No solo es un excelente abono, sino que también contribuye a la salud general del suelo y al manejo responsable de residuos orgánicos.
¿Qué es el compost?
El compost es el resultado de la descomposición controlada de materiales orgánicos, como restos de comida, podas, hojas secas, entre otros.
Este proceso, llevado a cabo por microorganismos (bacterias y hongos) así como pequeños animales, como las lombrices, por ejemplo, estos residuos son transformados en un material oscuro, rico en nutrientes y con una estructura que mejora las propiedades del suelo.
Tipos de compost.
Existen principalmente dos tipos de compostaje: compostaje aeróbico y el compostaje anaeróbico.
El compostaje aeróbico es el método más común. Requiere la presencia de oxígeno para que los microorganismos realicen la descomposición, y se caracteriza por un proceso más rápido y con menos olores desagradables si se maneja correctamente.
En cambio, el método del compostaje anaeróbico, también conocido bajo la palabra Bokashi, se realiza en ausencia de oxígeno. Es menos común a nivel doméstico y puede generar olores más fuertes si no se controla adecuadamente. Sin embargo, tiene la ventaja de conservar mejor ciertos nutrientes.
Los mecanismos de acción del compost.
En cuanto a los mecanismos de acción del compost en la mejora del suelo y sustratos, este actúa en el suelo y sustratos a través de diversos mecanismos.
Uno de ellos es su aporte de nutrientes. El compost es una fuente rica en macro y micronutrientes esenciales para las plantas, como nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, hierro, entre otros. Estos nutrientes se liberan lentamente, proporcionando una nutrición sostenida a las plantas.
También la mejora de la estructura del suelo, mediante la mejora, la porosidad y la capacidad de retención de agua del suelo, lo que favorece el desarrollo de las raíces y la aireación. Por ejemplo, en suelos arcillosos, ayuda a descompactarlos, mientras que, en suelos arenosos, mejora su capacidad de retención de humedad.
En el ámbito del aumento de la actividad biológica, introduce una gran cantidad de microorganismos beneficiosos en el suelo, que contribuyen a la descomposición de la materia orgánica, al ciclo de los nutrientes y a la supresión de enfermedades.
Otro mecanismo es su participación en el incremento de la Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC), lo que significa que mejora su capacidad para retener nutrientes y ponerlos a disposición de las plantas.
Y la supresión de enfermedades, porque algunos microorganismos presentes en el compost actúan como antagonistas de patógenos del suelo, ayudando a prevenir enfermedades en las plantas.
El proceso de compostaje casero.
Para obtener un buen compost, se necesita un compostador o un espacio adecuado. En este sentido, algunas recomendaciones son:
- El compostador. Este puede ser un recipiente de plástico, madera o incluso una pila al aire libre. Es importante que tenga buena aireación y un sistema de drenaje.
- La mezcla. Se recomienda mezclar materiales «verdes» (ricos en nitrógeno, como restos de frutas y verduras, césped recién cortado) con materiales «marrones» (ricos en carbono, como hojas secas, ramas, papel, cartón). Una proporción adecuada es aproximadamente 1:1.
- El proceso. El proceso de compostaje aeróbico dura entre 3 y 6 meses, dependiendo de las condiciones ambientales y la composición de la mezcla. Es importante voltear la mezcla regularmente para asegurar una buena aireación.
- Y la maduración. Una vez que el compost tiene un aspecto oscuro y un olor a tierra húmeda, se considera maduro. Se puede tamizar para separar las partículas más gruesas, que pueden volver al compostador.
En todo este contexto, es muy recomendable el evitar compostar carne, pescado, productos lácteos y aceites, ya que pueden generar malos olores y atraer plagas. También el mantener la humedad adecuada en la pila de compost, como una esponja exprimida, además de trocear los materiales grandes para acelerar el proceso de descomposición.
Así, si optamos por la elaboración o uso de compost, tendremos un aliado para un gestionar el jardín de forma más sostenible.