La Begonia semperflorens es una planta ornamental de hojas aparentemente delicadas y atractivas flores, Una pequeña planta ideal para disfrutarla en el hogar de forma unitaria o creando parterres de color en el jardín en zonas de exposición de semisombra.
Es una planta anual que su valor ornamental reside tanto en sus hojas, que pueden ser de diferentes tonalidades dentro del verde y del bronce, como de sus flores, que pueden presentarse en una gran variedad de colores según la variedad.
Cultivo de la Begonia semperflorens en casa.
El cultivo de la Begonia semperflorens en casa se centra principalmente en sus cuidados tras ser comprada y su posterior trasplante a una maceta mayor si se ve conveniente.
Con respecto a sus cuidados, hay que tener en cuenta que requiere una exposición bien iluminada para favorecer su adecuada floración, y sin que le dé el sol directamente para evitar posibles quemaduras en sus hojas.
Debe regarse con moderación porque necesita tener siempre el sustrato húmedo, ya que posee bastante masa foliar.
Cada dos semanas, conviene abonarla ligeramente con un fertilizante equilibrado con oligoelementos. En el mercado hay fertilizantes especiales para plantas de interior de flor. Este es el adecuado. En cuanto a su dosis, la indicada por el fabricante, dado que según su formulación puede variar su riqueza. Si fertilizamos todas las semanas, optaremos por la dosis más baja recomendada. Si lo hacemos cada tres o cuatro semanas, entonces optaremos por la más alta.
La Begonia semperflorens suele venderse en macetas de pequeño tamaño, normalmente entre 11 y 14 centímetros de diámetro. Si decidimos trasplantarla a una maceta mayor, los sustratos más adecuados son el sustrato universal o sustrato para plantas de exterior, aunque también se puede llegar a utilizar, dada su rusticidad, un sustrato para plantas de interior, Estos sustratos suelen tener un pH de entre 5,5 y 6, y una Ec (conductividad eléctrica del sustrato) entre 2 y 2,5.
En cuanto a la maceta adecuada para el trasplante, al margen del modelo que va según gustos, esta debe ser de un tamaño ligeramente mayor, entre 2 a 4 centímetros de diámetro mayor.
Cultivo de la Begonia semperflorens en vivero.
El cultivo de la Begonia semperflorens en vivero re realiza a nivel industrial, con procesos bien establecidos, bajo una programación de labores culturales y un control climático que optimice su proceso de crecimiento.
El cultivo comienza con el semillero. Sus semillas son muy pequeñas, teniendo en un gramo unas 70.000 unidades. Para favorecer la manipulación durante su siembra, se puede mezclar con arena de sílice. También se venden semillas pildoradas para su siembra mecanizada.
La temperatura óptima de germinación es de 22 a 25 °C y la de producción unos 21 o 22 °C. El pH óptimo de 5.5 – 6.0.
La siembra y cultivo de la plántula ronda las 8 semanas y se realiza en bandejas de unos 288 alveolos. Tras la siembra, las semillas no deben cubrirse porque requieren luz para germinar.
Con una luz tamizada, temperatura entre 22 y 25 °C, manteniendo el sustrato húmedo y una humedad relativa alta, su germinación termina sobre las dos semanas, momento en el que hay que aumentar la luminosidad, reducir la humedad ambiente y disminuir el riego.
A partir de ese memento y según el abonado de fondo del sustrato, se puede iniciar su fertilización con un fertilizante bien equilibrado a base de nitrato de calcio. Hay que evitar el uso de nitrato amónico porque puede inhibir el crecimiento de la raíz durante la germinación y desarrollo de la plántula.
Hacia el mes de la siembra, con hojas verdaderas y las raíces explorando el sustrato, es conveniente dejar que el sustrato se seque un poco entre riegos para que las raíces encuentren altos niveles de oxígeno.
Se debe aumentar el nivel de fertilizante y abonar una o dos veces por semana para crecimiento correcto. Y también el nivel de iluminación porque es sabido que las begonias son acumuladoras de luz, estando su floración directamente relacionada con la calidad y la cantidad de luz recibida.
Sobre el mes y medio o dos, las plántulas deben estar en perfectas condiciones para su plantación a la maceta definitiva. Se realizan con un sustrato fértil, buen drenaje y buena aireación. El pH óptimo está entre 5,5 y 6, con un nivel de sales bajo.
La temperatura óptima de crecimiento en esta etapa de cultivo es de 21 a 22 °C durante el día y de 17 a 20 °C por la noche.
Para su abonado, hay que utilizar un fertilizante bien equilibrado a base de nitrato de calcio, con un equilibrio de 15-5-15 que contenga oligoelementos.
Con una iluminación entre los 38.000 y 48.000 lux y estas condiciones de temperatura y humedad, las Begonia semperflorens estarán en un mes o mes y medio más, listas para su venta.
Sobre las plagas, enfermedades y fisiopatías que se pueden presentar durante el cultivo se encuentran los pulgones y trips como plagas; Botrytis, Mildiu, Pythium, Rhizoctonia y virus del bronceado del tomate (TSWV) como enfermedades; y quemadura del borde de la hoja cuando las temperaturas de la hoja por exceso de iluminación son altas, o falta de desarrollo y floración por falta de luz, como fisiopatías.
Con este método, sabiendo que la información dada sirve solamente como guía general, porque debe ajustarse a las necesidades particulares de cada vivero, el cultivo de la Begonia semperflorens debe desarrollarse con éxito.