Hay quien mantiene que en tiempo de sequía no hay que regar… cuando lo razonable es actuar con eficiencia medioambiental: en tiempo de sequía hay que hacer un uso razonable del agua.
Creemos necesario de cara a la época estival hablar de riego. Es evidente que no podemos mantener el mismo programa de riego que hemos llevado de septiembre a mayo en verano. Siempre debemos adaptar el riego al clima, a la época del año y a las necesidades de cada planta.
Hoy queremos hablar de cómo podemos ahorrar agua sin que las plantas se resientan y sin necesidad de que nuestra terraza o jardín se conviertan en un lujo en tiempos de sequía. Olvidamos muchas veces que las plantas son capaces de sobrevivir con una cantidad bastante inferior a lo que creemos. Y también debemos tener en cuenta varios factores a la hora de efectuar el riego.
¿Cúal es la mejor hora para regar?
A primera hora de la mañana es la mejor hora, de noche también podemos hacerlo pero evitando mojar el follaje, es mejor que ‘duerman secas’. Hay que tener en cuenta que en las horas más calurosas del día la mayor parte del agua se evapora y puede darse el efecto lupa del sol sobre las gotas quemando las hojas.
¿Qué factores debemos tener en cuenta a la hora del riego?
· Conocer las características del suelo es importante. Si este es arcilloso el agua se filtrará de forma más lenta a si es arenoso.
· También es importante tener en cuenta el clima y más si tenemos el riego programado, no podemos mantener el mismo programa en agosto que en noviembre, por lo que debemos ir acostumbrando a las plantas progresivamente a estos cambios en la frecuencia.
· El riego por goteo aunque resulte algo más caro es el más eficaz al regar solamente la zona radicular evitando compactar el suelo como lo hace el sistema por aspersión, con el que también se pierde más agua.
· Cómo comentábamos al principio es mejor regar las plantas a fondo en su base de forma espaciada a regarlas de forma más ligera y más a menudo. Regándolas como en el primer caso las raíces bajan más profundamente buscando el agua, lo que asentará más fuerte a la planta.
¿Qué podemos hacer para evitar la evaporación?
· El acolchado, mulching… en definitiva abrigar el suelo con distintos materiales orgánicos o inorgánicos con un espesor variable que oscila entre los 5 y 10 cm. La ventaja del acolchado más notable es que aumenta la retención de agua en el suelo, también evita las malas hierbas enriqueciendo el terreno y disminuyendo el mantenimiento y en invierno disminuye el efecto de las heladas en la planta. Siempre debemos aportar el mulching sobre un suelo húmedo y removido.
· Aportar compost al suelo para mejorarlo. Este facilita la circulación del agua y favorece también su retención. Si dejamos muy seco el suelo, este repele el agua cuando se le vuelve a aportar perdiendo gran parte de ella. Existen unos geles que se pueden aportar en el sustrato a la hora del trasplante a otras macetas o aportado directamente al suelo removiéndolo con la tierra. Este aporte mejora la retención hídrica del suelo ya que retiene la humedad.
· Por último es importante el lugar de su ubicación, ya que el viento contribuye mucho a la evaporación. Mediante vallas en el jardín podemos atajar el viento, en las terrazas disponemos de muros o podemos crearlos de forma artificial con los numerosos elementos que nos ofrecen los centros de jardinería.
¿Hay una cantidad ideal de agua para cada tipo de planta?
Por supuesto. Existen distintas necesidades hídricas según el clima y las diferentes especies vegetales. Aquí haremos referencia al riego en verano. No es lo mismo el riego en un arbusto que requiere de unos 40 l/m2 una vez por semana favoreciendo así que el suelo esté húmedo a una profundidad de unos 30 cm, que los 5 a 10 cm. que se recomienda la profundidad de humedad en el césped, o los 10 cm. para las plantas de los parterres. Para los árboles de menos de 5 años esa profundidad de humedad ideal serían los 50 cm.
Las plantas en macetas y jardineras requieren una humedad constante a nivel radicular, recordemos que ellas tienen el suelo limitado, así que cada 2 a 4 días habrá que aportarles agua, al igual que a las plantas anuales y vivaces.
Los árboles, dependerá de su edad y también de la especie, pero unos 70 litros/m2 cada 15 días puede ser suficiente en árboles de 3 a 5 metros de altura.
¿Con qué agua regar?
El agua del grifo suele tener cloro, pero si la dejamos reposar antes de utilizarla este se evapora. Y si por supuesto podemos disponer de algún depósito con agua de lluvia, esta es la mejor opción sin duda que podemos llevarla al jardín mediante una sencilla bomba de agua.