Durante el otoño en el hemisferio norte, las temperaturas bajan con el paso de los días, llegando las temidas heladas nocturnas. Estas ya se generalizan durante el invierno siendo más o menos fuertes y frecuentes según la zona.
Estas heladas afectan a la supervivencia de muchas plantas en el jardín. Plantas que hemos ido plantando durante el resto del año y que en ocasiones no se ha tenido en cuenta que algunas no toleran bien las temperaturas bajas.
De entrada, diremos que las heladas en sí no son malas. Forman parte del ciclo de la vida, marcan períodos de desarrollo de plantas y animales, ayudan a eliminar excesos de algunas plagas, etc.
A continuación, os proponemos algunos consejos para proteger tu jardín de las heladas.
Selección de especies resistentes al frío
Puede parecer extraño, pero es importante tener presente en qué zona nos encontramos climatológicamente hablando. Con ello, podemos ir eligiendo especies resistentes a las temperaturas extremas reinantes en la zona, sobre todo para aquellas plantas arbustivas, palmeras o árboles que van a permanecer muchos años en el jardín.
Otra cosa son las plantas de temporada, que como su nombre indica, estarán en el jardín sólo durante las épocas propias de cada estación.
¿Esto quiere decir que no podemos disfrutar de plantas de climas más suaves? No, simplemente saber sus condicionantes y tener prevista una serie de cuidados para aplicarlos llegado el momento.
Abonados ricos en potasio
Conforme va finalizando el verano, debemos ir cambiando el equilibrio del abonado, reduciendo la proporción de nitrógeno y aumentando la de potasio. Este macroelemento ayuda a fortalecer las plantas y con ello mejorar su resistencia al frío.
También se reduce la frecuencia del abonado porque las plantas hacen lo mismo con su crecimiento, incluso algunas utilizan esta época para invernar.
Cubrir el suelo con muching
Ya sea proveniente de hojas secas, pajas, cortezas de árboles, etc. el muching aplicado sobre el suelo alrededor de la planta es muy efectivo, ya que contribuye a mantener la temperatura del suelo unos grados más.
También evita la evaporación del agua del suelo con lo que ayuda a distanciar los riegos, así como reducir la salida de malas hierbas.
Cubrir las plantas con geotextiles
Existen en el mercado geotextiles y mallas orgánicas o geosintéticas que son muy eficaces para evitar heladas cuando estas son livianas. Para ello, se cubren las plantas durante las noches o días que exista riesgo de que les puedan afectar.
También llamadas mantas térmicas para cultivo, conviene retirarlas periódicamente para que las plantas se ventilen bien y reciban los rayos de sol directamente.
Colocar barreras de protección ante los vientos
Si no disponemos de setos, muros, vallas o línea de árboles que hagan de barrera de protección de los vientos, no está de más colocar elementos que sí lo hagan. Sobre todo, si estos vientos son fuertes y fríos habitualmente.
Estos vientos, en ocasiones no tienen por qué producir heladas, pero sí daños cuando las plantas son sensibles a bajas temperaturas. Algunas de ellas basta bajar de los 10°C para comenzar a mostrar daños, e incluso a algo más de temperatura paralizan su crecimiento.
Reubicar plantas en macetas y jardineras ante el frío
Cuando las plantas están plantadas en macetas o jardineras, resguardarlas del frío es fácil porque bastará con resguardarlas por la noche bajo el pórtico, pequeño almacén o dentro de casa.
Si no son muchas o muy pesadas, protegerlas sólo durante la noche es lo mejor.
Cuidar de las heladas las plantas de estanque
Las plantas de estanque, especialmente las sumergidas y las flotantes, es muy importante en períodos de heladas protegerlas.
En estos casos, lo más indicado es sacarlas del estanque y colocarlas en un lugar resguardado dentro de un recipiente con agua.
El estanque puede seguir manteniendo el agua, colocando por ejemplo un balón de plástico para que cuando se congele el agua por la noche, retirarlo por la mañana de forma que queden zonas sin hielo que permitan mejorar la calidad del agua y la vida de los peces existentes en el estanque.
Evitar podar muy pronto
Puede que árboles y arbustos ya se encuentren sin hojas. Esto no debe de animarnos a realizar podas muy pronto. Vale la pena esperar todo lo posible.
Por una parte, conseguiremos que la planta termine de redistribuir sus reservas y por otra, eliminar ramas que nos puedan ser interesantes tras unas heladas.
Pasada ya, o la mayor parte de riesgo de heladas invernales, sabremos con más seguridad que ramas se encuentran bien y cuáles han podido sufrir daños. La poda nos ayudará a sanear la planta.
Riegos para prevenir heladas
En el caso de los huertos e incluso zonas arbustivas y de césped, puede ser interesante aplicar riegos periódicamente con aspersores para prevenir las heladas. Esta agua se congela sobre la planta y evita que la temperatura bajo el hielo baje de los 0°C. Esto no siempre es así, pero puede ser una solución si no baja mucho la temperatura.
Por una parte, también evita que se congelen las tuberías de riego y les cause daños. Por otra, si la capa de hielo adquiere tamaño, y con ello peso, puede producir desgarros de ramas. Por lo tanto, seamos prudente con esta opción.