Las fotografías de flores y plantas son muy populares y de hecho muchos fotógrafos de todo el mundo las han tenido en cuenta. De hecho, en nuestra sección de ‘Flores y Plantas en el Arte‘, tenemos una subsección dedicada a la fotografía para hacernos eco de destacados fotógrafos que las han utilizado, tanto para expresar su arte, como su buen hacer profesional con ellas.
Pero dejando a un lado la visión profesional de la fotografía, la verdad es que prácticamente todos tenemos la posibilidad de disfrutar realizando fotografías a las flores y las plantas… y además con grandes posibilidades de éxito en nuestras tomas. Basta con tener una cámara y ganas de ‘ver el mundo con otros ojos’.
Para empezar, ‘nuestros modelos’… las flores y las plantas, están por todas partes. Las encontramos por ejemplo en los jardines, en el campo, en ramos e incluso abriéndose paso en la vida entre las grietas de las viejas construcciones.
Son ‘modelos’ agradecidos que no nos piden autorización para su uso y siempre están ‘dispuestos a pactar’ sobre el lugar donde realizarle la fotografía. En el propio jardín, en medio del campo, en casa… todo depende de las posibilidades existentes en cada momento.
Y son ‘modelos’ etéreos y a su vez recurrentes en el tiempo. Cada instante puede ser único para una flor determinada y a su vez distinto, con igual belleza o posibilidad fotográfica. Cada estación del año trae consigo su flora particular, hasta el extremo de que no se puede decir que una época es mejor que otra fotográficamente hablando. ¡Y cada año se repiten posibilidades!
Destacar que con la globalización de los mercados, la posibilidad de acceder a especies y variedades no autóctonas de nuestro entorno es una fantástica oportunidad. Con ello, fotografiar especies exóticas o de una belleza muy particular ya está al alcance de casi todos.
A continuación proponemos algunos consejos para fotografiar flores y plantas.
Desconectar el autofocus
¿Cuántas veces hemos querido sacar nítida una parte concreta de una flor y nuestro autofocus se ‘vuelve loco’ o no centra la imagen donde en realidad deseamos? En estos casos, una posibilidad es desconectar el autofocus de la cámara. Esta opción no está disponible en todas las cámaras digitales del mercado, pero si lo tiene… nos será de gran ayuda, sobre todo para muy primeros planos.
La profundidad de campo suele ser muy corta en este tipo de fotografías que un enfoque preciso es de vital importancia, incluso con pequeñas aperturas del obturador.
Por lo tanto, para asegurarnos que los resultados fotográficos sean más nítidos, siempre y cuando la ocasión así lo permita, pasaremos de la opción ‘autofocus’ a ‘manual’. A partir de ahí, intenta utilizar un trípode y verificar visualmente que el punto deseado de referencia sale perfectamente enfocado.
Es conveniente evitar en gran medida los movimientos indeseados de la flor o la planta… como por ejemplo los ocasionados por el viento, ya que ligeras variaciones en la distancia entre la flor y la cámara, estropearán seguramente los resultados.
Trabaja en Interiores
Realizar fotografías de flores y plantas al aire libre es siempre un placer, pero en ocasiones, el viento, la lluvia o simplemente el llevar a la práctica una idea concreta de fotografía, nos obliga a trabajar en interiores.
Para trabajar en interiores con flores y plantas, un factor a tener muy en cuenta es la iluminación. Para ello podemos ir adquiriendo o ampliando el equipamiento en función de nuestro grado de conocimiento técnico en esta materia. Flash, antorcha, fondo de color, estructura porta fondo, reflectores, trípode… son complementos que pueden ayudar a obtener mejores resultados fotográficos.
Pero sin ellos, también se pueden obtener fotografías de flores y plantas impresionantes. Una buena ventana, elegir el momento del día para abordar la sesión fotográfica, una adecuada lámina de papel o tela de color uniforme, etc. puede resolver problemas técnicos con total garantía. La imaginación es un componente vital en todas las disciplinas profesionales. Es más, podemos afirmar que actualmente, cualquier persona con una cámara digital de gama media, un ordenador estándar y un editor de imagen como The Gimp, tiene un equipo infinitamente mejor que por ejemplo el fotógrafo Darius Kinsey (1869 – 1945) y que a día de hoy sus fotografías siguen cautivándonos.
Una de las grandes ventajas de la fotografía de flores y plantas en interiores es la comodidad de su planificación, preparación y ejecución. Además, si nos fijamos en una flor u hoja en particular, seguro que iremos descubriendo aspectos fascinantes que bien fotografiados impactarán en nuestros amigos. Un consejo básico para fotografiar en interiores a las flores y las plantas es utilizar un trípode, cuidar muy bien los fondos y evitar una luz directa muy fuerte.
Elige el punto de vista adecuado
Según desde donde hagamos la fotografía, podemos conseguir que el resultado sea distinto e incluso en ocasiones… la única forma de conseguir una ‘foto aceptable’. Sabemos que a la hora de fotografiar a niños, dada su estatura, el colocarnos a la altura de sus ojos nos permite una composición mucho más realista y atractiva. Esta técnica también funciona muy bien cuando fotografiamos a mascotas como perros y gatos. Basta con ponernos a su altura para evitar esas fotos tan picadas que apenas ofrecen la belleza ni el volumen del animal.
Pues bien, lo mismo ocurre a la hora de fotografiar flores y plantas: Elige el punto de vista adecuado y obtendrás mejores resultados.
Siempre tendremos multitud de opciones. Si se trata de fotografiar árboles, podemos alejarnos y buscar el sitio adecuado en función del momento de iluminación del día, buscar el contraste más adecuado con el fondo que le acompaña… o simplemente acercarnos e incluso tendernos en el suelo para fotografiar aspectos destacables de su arquitectura natural.
Si fotografiamos detalles de pequeñas flores o plantas en el campo, será muy recomendable acercarnos al máximo y colocarnos a ras de suelo. Al estar más cerca del elemento a fotografiar, además nos permitirá descubrir aspectos que han podido pasar desapercibidos en la distancia.
Elegir el punto de vista más adecuado, también implica captar imágenes menos conocidas y con ello, además de sorprender a nuestros amigos, les daremos la opción de ver las cosas de una forma diferente a la que estamos acostumbrados.
Añade agua sobre tus flores y plantas
Estaremos de acuerdo que unas simples gotas de agua sobre las hojas o la flor le añaden más frescura, al igual que ocurre cuando las contemplamos en la naturaleza tras una lluvia o con el rocío del amanecer.
Pero como todo en esta vida, no debemos pasarnos cuando las añadimos artificialmente para resaltar una fotografía. Por lo tanto… moderación y buscando el equilibrio adecuado para que la composición sea tanto creíble como aceptable.
La forma de aplicar el agua puede ser muy variada. De entrada no siempre es posible ya que las plantas con hojas muy vellosas suelen romper la tensión superficial del agua y es muy difícil crear las gotas deseadas sobre ellas. Otras en cambio, son muy cerosas y el agua resbala rápidamente sobre ellas teniendo casi el mismo problema… las gotas no se fijan sobre las hojas.
Si se trata de un rocío natural… el trabajo está hecho. Simplemente hay que madrugar y ser rápido antes de que el calor del sol lo haga desaparecer. También a esas horas encontraremos una luz especial muy buena para la fotografía.
Si la deseamos añadir artificialmente, podemos utilizar un pulverizador que según el efecto buscado, regularemos su difusor para conseguir gotas de mayor o menor tamaño. Si las necesitamos más grandes las podemos aplicar directamente con los dedos mojados previamente y sacudiéndolos sobre la zona de creación de gotas.
Si la superficie es muy complicada de mojar por ser muy cerosa o vellosa… podemos recurrir a la glicerina que si bien no es lo adecuado, podremos conseguir la sensación visual deseada.
Observa los fondos
Cuántas veces hemos fotografiado una flor o detalle de una planta y cuando la hemos visto posteriormente en el monitor de nuestro ordenador…. hemos visto que todo nuestro trabajo no ha servido para nada, ya sea porque hay elementos en la composición que distraen o simplemente porque son innecesarios.
Por ello, lo primero es prestar la máxima atención a la zona a fotografiar antes de hacer el disparo y prever todo aquello que podamos para actuar con antelación. Esto nos evitará en todos los casos tiempo en su posterior edición.
Cuando trabajamos en interiores, el trabajar con fondos neutros o de colores que combinen adecuadamente con el motivo a fotografiar es la solución más adecuada. Pero cuando trabajamos en el campo o jardín… la situación se complica y mucho. En estos casos, trabajar con las profundidades de campo para desenfocar los fondos es una buena opción.
Otra es moverse sobre el motivo y colocarse en la dirección de disparo fotográfico en la que los fondos sean más adecuados, ya puede ser el cielo, zonas verdosas indefinidas al fondo, una roca, el agua de una charca o discurriendo por un río, etc.
Pero en ocasiones, simplemente no deseamos ‘eliminar’ el fondo ni siquiera atenuar, simplemente queremos que su presencia no reste protagonismo al motivo principal. Para ello, estudia bien el encuadre y busca la composición adecuada para que el verdadero protagonista sea quien tú quieres que sea.
Fotografía en blanco y negro
Son muchos los que coinciden en que las ‘imágenes en blanco y negro tienen algo de especial‘. Quizás la ausencia de color le quite realismo a la fotografía, pero precisamente este es uno de los objetivos menos ambiciosos de la fotografía. La gente quiere producir unas imágenes sensacionales, evocadoras, enigmáticas, inquietantes… y en ello interviene muy poco el realismo.
Por otra parte, con una fotografía en blanco y negro se puede lograr una representación gráfica más pura y simple. Podemos decir que el color está bien, pero la técnica monocroma es sinónimo de una extraordinaria claridad.
De entrada, aunque la mayoría de máquinas fotográficas digitales tengan la opción en la propia máquina de fotografiar en blanco y negro, es preferible fotografiar siempre en color y procesar la imagen posteriormente en el ordenador.
Las técnicas de procesado de las imágenes en el ordenador pueden ser varias dependiendo del programa elegido. En este campo, Photoshop es uno de los mejores, dando la posibilidad de llegar al monocromo mediante diferentes caminos con resultados aparentemente iguales… pero muy distintos cuando se analizan detenidamente.
Si pretendemos obtener fotografías en blanco y negro, de entrada ya deberíamos plantearnos el ejercicio de ‘ver en monocromo‘, intentando adivinar como quedará esa instantánea sin su color natural. Esto nos permitirá dedicarle algo menos de tiempo en su edición e ir más directos hacia el objetivo perseguido.
En este tipo de fotografías, la iluminación y la composición son fundamentales, aunque las líneas, texturas, profundidad de campo… e incluso los pequeños detalles juegan en ocasiones aspectos decisivos.
En definitiva, os animamos a trabajar también en blanco y negro con las flores y las plantas ya que dan un juego espectacular con sus complejas tonalidades de color, sus formas en troncos y ramas, su ‘arquitectura’ floral y en sus nerviaciones, etc. Seguro que cuando extraemos el valor estético de las líneas y formas… se detectan imágenes abstractas por todas partes.
Pero también os aconsejamos que podemos tomar la decisión de trabajar el blanco y negro con algunas fotos que en principio estaban pensadas en color y no resultan tan atractivas como esperábamos. En algunos casos, pasarlas a monocromo es la única forma de salvarlas y además, con más éxito.