Entre los diferentes aspectos que debemos tener en cuenta para el cuidado del bonsái se encuentra su riego, tanto en frecuencia como en modo de hacerlo. Así, a la pregunta de ¿cómo y cuándo regar un bonsái? se pueden dar muchas respuestas pero ninguna sería considerada seria ya que cada bonsái es un mundo en sí mismo: especie, tamaño de maceta/tarrina, tipo de sustrato, ubicación, estación del año, edad, etc. demasiados factores que afectan de forma importante al cómo y cuándo se debe regar.
Por lo tanto, la mejor respuesta la da uno mismo y para que esta sea correcta y galante de éxito, lo mejor es tener los conocimientos adecuados y así tomar la mejor opción en cada momento.
¿Cómo regar un bonsái?
Los bonsáis viven en macetas, tarrinas e incluso sobre losas, casi siempre con escaso sustrato y además durante mucho tiempo. Por lo tanto debemos gestionar adecuadamente la forma de riego para que este sea lo más eficiente.
De los diferentes sistemas de riego podemos establecer dos grupos: riegos automatizados y riegos manuales.
Los riegos automatizados para bonsáis son los menos indicados. Son aquellos que se apoyan en programadores de riego y que normalmente van conectados a un tipo determinado de riego localizado o de aspersión. Como avanzamos, esta opción es la menos indicada, salvo como opción temporal de emergencia para riegos durante períodos vacacionales o durante ausencias largas.
Los riegos manuales para bonsáis son los más indicados ya que permiten aportar el agua necesaria en cada momento. En cuanto a herramientas de riego podemos mencionar desde la tradicional regadera, a la manguera o vaso de agua.
Los riegos por inundación entrarían dentro del bloque de riegos manuales, pero los tratamos aparte ya que es una técnica más elaborada. Consiste en introducir la maceta en un recipiente con agua que la cubra total o parcialmente. Tras varios minutos debemos retirar el bonsái y dejarlo escurrir. Una vez finalizado el drenaje, el sustrato del bonsái contendrá la mayor cantidad de agua posible. Esta técnica de riego es una de las más efectivas aunque debemos aportar un aporte ligero de fertilizante en cada ocasión.
La mejor calidad de agua para regar un bonsái
Otro aspecto a destacar es saber cuál es la mejor calidad de agua para regar un bonsái. De entrada descartaríamos la potable por su alto contenido en cloro y aquellas procedentes de fuentes posiblemente contaminadas de semillas, agua estancada, con posibles contaminaciones por lixiviados o vertidos, etc.
Para tener un agua de calidad podemos optar a recurrir al agua mineral si nuestras necesidades son pocas, agua de pozo o aljibes con garantías e incluso mediante equipos de filtrado existentes en el mercado.
¿Cómo eliminar el cloro del agua de forma efectiva?
Para eliminar el cloro del agua de forma efectiva podemos recurrir básicamente a dos sistemas:
- Reposo del agua durante un tiempo. Consiste en llenar un recipiente con agua potable como por ejemplo un cubo y dejarlo destapado como mínimo durante 12 horas. En ese tiempo, el cloro o gran parte de él se evapora y evitaremos daño a sus raíces y fauna microbiana del sustrato.
- Equipos de filtrado. En el mercado podemos encontrar diversos equipos de filtrados entre los que se encuentran los de ósmosis inversa. Son los más sofisticados, si bien al eliminar todo tipo de sales debemos tener en cuenta añadir algo más de cantidades de fertilizante.
¿Cuándo hay que regar el bonsái?
De cuánto a cuándo hay que regar un bonsái, la respuesta la da el conocimiento sobre la especie cultivada y la sensibilidad de su propietario. Como norma general debemos regar de forma moderadamente distanciada sin que la planta llegue a quedarse totalmente seca para evitar que esta sufra estrés hídrico. El dejar períodos cortos con escasa humedad ayuda a estimular el crecimiento de sus raíces a la vez que disminuimos el riesgo de asfixia radicular.
- Según su ubicación. Si tenemos el bonsái en el interior de casa, los riegos suelen ser muy distanciados. Si está al exterior, el viento y sol directo suele secar más el sustrato por lo que los riegos deben de ser más frecuentes.
- Según época del año. En invierno distanciaremos los riegos ya que la temperatura es menor, así como el crecimiento de la planta también es más lento, por lo que consume menos agua. En primavera y verano, las necesidades de agua son mayores por lo que realizaremos riegos con mayor frecuencia.
- Según el tamaño de maceta. En ocasiones el bonsái se encuentra incluso sobre una losa de pizarra por ejemplo, por lo que las reservas de agua son mínimas. En estos casos la frecuencia debe ser mayor, las cantidades las menores posibles ya que el exceso se pierde rápidamente. Por el contrario, tarrinas altas permiten almacenar mucha humedad en el fondo de estas por lo que podemos distanciar los riegos sin riesgo a que la planta sufra estrés hídrico.
- Según características de la especie. Mientras un ficus o higuera demandará mucha agua, otras especies como el granado o el almendro agradecerá algo de sequía entre riegos. Evidentemente también entra en juego la estación del año ya que especies de hoja caduca reducen sus necesidades hídricas al mínimo durante su reposo vegetativo.
- Según tipo de sustrato. Las características del sustrato son fundamentales. Cuanto más poroso mayor será su exigencia en frecuencia puesto que drenará rápidamente. Lo contrario sucede con los más turbosos. Destacar que hay en el mercado sustratos especiales para bonsáis en los que la porosidad es muy tenida en cuenta.
- Método de riego. Como hemos adelantado, los riegos por inundación reduce la frecuencia mientras que el resto varía en función de la cantidad de agua útil aportada en cada ocasión, puesto que en muchas ocasiones el agua escurre por la superficie del sustrato sin apenas calar en él.
El tacto es fundamental para saber cuando un sustrato comienza a estar seco y necesitar un riego. También nos lo indica el estado de turgencia de sus hojas e incluso el peso del bonsái. En definitiva la sensibilidad de su propietario.
Los riegos con manguera o regadera invitan a que se realicen dos o tres riegos por sesión: uno para que la humedad abra los poros de la tierra y al cabo de unos minutos los siguientes más a fondo, hasta que el agua salga por los agujeros de drenaje.
Si existe una bandeja bajo la tarrina como protección del bonsái… normalmente con el objetivo de que el agua sobrante no gotee encima de los muebles, una vez drenado el sustrato debemos vaciarla para que no se estanque el agua y pueda afectar a las raíces inferiores del cepellón.
Salvo para aportar humedad ambiente al bonsái, nunca hay que regar con un vaporizador, sólo humedecen la superficie de la maceta y el agua no llega a las raíces.
Y un buen consejo, nunca riegue sus bonsáis rutinariamente. Hay que observarlos y aunque parezca extraño, interactúe con él: le da más información de la que cree.