Los pinos son coníferas y su género Pinus spp engloba un gran número de especies, muchas de ellas muy utilizadas en el mundo tanto para la reforestación como ornamental.
Hay especies de diferente forma arbórea, tamaño y color de sus hojas, proporcionando en su conjunto todo un mundo de posibilidades en campo de la jardinería. Y por supuesto las hay de las que se obtienen materias primas para la sociedad, como por ejemplo la resina, y alimentos como las que nos proporcionan los pinos piñoneros con sus valorados piñones en gastronomía.
Multiplicación de pino por semilla
Sean de la especie que se trate, su reproducción puede ser por esqueje, si bien, el método más frecuente es mediante su multiplicación por semilla. Lo es porque si bien, por esquejes nos aseguramos conseguir plantas idénticas (clones) de sus progenitores, también es cierto que su porcentaje de éxito de estos esquejes suele ser bajo y esto puede resultar frustrante.
Todos generan en su proceso de reproducción los frutos llamados conos, popularmente piñas, que según la especie pueden variar en su forma y tamaño. Como consecuencia, no todas sus semillas, llamadas piñones, son iguales. Estos se encuentran dentro de estas piñas (conos), protegidas por sus escamas más o menos fuertemente lignificadas.
Recolección de semillas de pinos
Para comenzar su reproducción, partiremos con la recolección de semillas de los pinos que deseemos multiplicar.
En todos los casos, debemos esperar a la madurez de estas piñas (conos) para que se abran sus escamas y faciliten la extracción de sus semillas. Estas, en la naturaleza, son una importante fuente de alimento para numerosos animales. Algunos de ellos encuentran en estas semillas, una importante fuente de alimento para acopiarlo durante el otoño y sea provisión de comida durante el invierno.
Estos conos maduran en otoño en la mayoría de especies, otoño en el hemisferio norte. Estos, en su fase juvenil, son de color verde y, por lo tanto, sus semillas estériles. En su proceso de madurez viran a color marrón y solo cuando sus escamas se muestran entreabiertas es cuando están maduros.
Recogeremos entonces estos conos o piñas y las guardaremos en un saco poroso (arpillera) o caja de cartón abierta para evitar un exceso de temperatura y humedad. En poco tiempo terminarán por abrirse solas.
Una vez abiertas, las semillas caerán por sí solas y si no es así, bastará con agitar y golpear suavemente la piña.
Cómo hacer un semillero de pinos
A la hora de hacer un semillero de pinos y ya recogidas sus semillas, si no se van a sembrar en el momento, hay que limpiarlas y conservarlas en torno a temperatura más bien fresca, sin humedad y en oscuridad. En buenas condiciones pueden mantenerse viables durante 5 años o más.
Si, por el contrario, se van a sembrar ya, se obtendrán mejores resultados si antes son estratificadas en frío. El proceso de estratificación fría está orientado a simularle a la semilla el paso del invierno. Para ello, se introducen las semillas en un recipiente que contenga un sustrato húmedo, como turba o fibra de coco, en el frigorífico entre 3 y 5 °C.
Un día antes de la siembra, también conviene introducir las semillas de pinos en agua para hidratarlas.
A partir de ahí, una buena opción es sembrarlas en bandejas de alvéolos forestales porque cada alvéolo tiene más capacidad que el resto de modelos. Además, en su diseño tienen en sus paredes un sistema de anti espiralización de raíces, y en el fondo un sistema de drenaje autopinzante radicular.
El sustrato adecuado para la siembra puede ser, para esta fase de cultivo, un sustrato turboso, con pH 6,5, que drene bien y ligeramente fertilizado.
Una vez llenas las bandejas, sembraremos una sola semilla por alvéolo, enterrándola sobre un centímetro de profundidad. Lo ideal, el doble del tamaño de la semilla. También podemos poner sobre la bandeja, una capa de vermiculita de unos 5 milímetros con el fin de que ayude a mantener la humedad del sustrato y reducir así la frecuencia de riegos.
Regaremos uniformemente la bandeja y mantendremos el sustrato con una humedad constante hasta que germine y veamos que la plántula ya puede vivir por si sola.
El resto de cultivo en bandeja se limita a riegos con cierta frecuencia, dejando de vez en cuando que el sustrato se seque un poco, abonar una vez al mes con un fertilizante equilibrado, más microelementos y sobre todo, que el cultivo se realice a pleno sol para que los pinos vegeten fuertes y adaptados al exterior.
Tras uno o dos años de cultivos en estas bandejas, con un buen cepellón creado, ya lo podemos plantar a una maceta mayor, directamente en el jardín o en el campo como reforestación.
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