Cómo empezar a cultivar cannabis

Aunque el cannabis no goce de una muy buena reputación, es una planta que puede ser cultivada como cualquier otra planta de floración anual. Independientemente de si su cultivo es interior o exterior, esta tendrá el mismo ciclo natural que las demás: germinación, crecimiento, floración, cosecha y secado.

Los elementos que hay tener en cuenta en este proceso variarán según el lugar del cultivo. Mientras que la cantidad de luz y ventilación, la regularidad en el riego, la calidad de la tierra y el uso o no de fertilizante, serán importantes en el caso que se elija realizarlo en el interior; la misma naturaleza será la encargada de regular el ciclo durante las estaciones de primavera e invierno en el exterior.

Para conseguir que la planta sobreviva en un espacio interior, será necesario adquirir componentes como lámparas especiales, programadores, extractores de aire, ventiladores y macetas con el sustrato.

A la hora de cultivar semillas de cannabis, lo primero que consideraremos será la variedad de semilla que queremos plantar. Hay opciones infinitas entre las que elegir, desde semillas feminizadas, autoflorecientes a regulares. En Yervaguena Grow Shop podrás encontrar muchas de ellas, con propiedades distintas, ya sean índicas, sativas o híbridas, y con sabores muy variados.

» Las semillas de marihuana feminizadas, producirán plantas hembras, que no contienen cromosomas masculinos y que nos garantizarán su floración y la producción de cogollos resinosos. Es la mejor elección para aquellos cultivadores con poca experiencia y que quieren ir a lo seguro sin renunciar a la calidad. Entre las más conocidas, destacan las Blueberry, del banco de semillas Dutch Passion, o las famosas Amnesia Bilbo, del banco de semillas de cannabis Genehtik.

» Las semillas de marihuana autoflorecientes serán un tanto menos productivas pero florecerán mucho más rápido y serán más discretas. Además, serán mucho más resistentes al frío y tendrán menos problemas con las plagas. Algunas de las más famosas son las White Dwarf, del banco de semillas Buddha Seeds o Il Diavolo, del banco Delicious.

» Las semillas regulares son las que tienen una genética pura pues de ellas se han originado todas las variedades existentes. Esta variedad podrá producir plantas macho o hembra. Al tratarse de una variedad muy estable, son las más usadas por los cultivadores más experimentados, pues se usan como madres para hacer cruces propios. Entre las destacadas encontramos las Bubblelicious, del banco de semillas Nirvana; o AK 47, del banco Serious Seeds.

El sexo de las plantas se podrá identificar pasadas las 6 u 8 semanas después de la germinación de las semillas. Se podrán distinguir por sus vainas ovaladas, en el caso de los machos, y por un cáliz en forma de lágrima de donde salen dos pelos blancos, en el caso de las hembras.

En el momento de la germinación hidrataremos las semillas ligeramente y añadiremos fertilizantes para estimular el crecimiento de las raíces. En el caso de cultivo interior, usaremos mini invernaderos para crear un ambiente más estable.

Una vez se inicie el periodo de crecimiento y floración, la cantidad de horas de luz necesarias serán 12 y de oscuridad 12 más. En el interior se recomienda usar un temporizador que apague y encienda las luces cuando sea requerido. En esta fase, será necesario añadir fertilizantes al agua con fósforo y potasio para obtener una cosecha mayor, pero se deberá parar en las últimas semanas de floración, para evitar que afecte a su calidad y sabor. La ventilación será un aspecto elemental para que la planta se desarrolle de forma adecuada.

Después de la cosecha, empezará la fase de secado que puede durar 7 días para los cogollos pequeños y hasta 3 semanas en el caso de las ramas grandes. Se retirarán las hojas, que podrán usarse para hacer té o bizcochos, y se curará el resto, haciendo que la hierba cambie de color y adquiera ese aroma tan característico.