Para contribuir a la conservación del planeta se pueden hacer actos cotidianos que, si bien, parecen insignificantes en sí mismos, la verdad es que dan fuerza al dicho popular de… “Todo grano ayuda a llenar el granero”. Son pequeños gestos en nuestra vida a nivel individual que en su conjunto pueden producir un gran impacto en beneficio del planeta.
Basta con ver los noticiarios de la televisión durante el verano, para que nos demos cuentas de que ya estamos en una situación excepcional. Noticias sobre las altas temperaturas, los incendios, las sequías, etc. son cada vez más habituales y son señales inequívocas de que es urgente actuar.
En este artículo vamos a ofrecer una serie de consejos sobre cómo contribuir a la conservación del planeta durante el verano. Dicho de otra manera, actuar en pro de la sostenibilidad durante las vacaciones. Y están enfocados para realizarlos en nuestra propia casa y jardín.
Ahorra agua al regar
Tener plantas en casa y el jardín es ganar en calidad de vida. No es un capricho, porque ellas contribuyen en reducir en CO₂ de la atmósfera, aportar oxígeno a la misma, aumentar la humedad relativa del ambiente, a retener partículas en suspensión, etc.
Pero también es cierto que el agua es un recurso escaso y valioso, por lo que hacer un uso eficiente es una obligación.
Regar con el agua de los equipos de aire acondicionados
El agua de los equipos de aire acondicionados es adecuada para el riego. Simplemente, debemos saber que es un agua muy similar a la destilada, sin apenas nutrientes, por lo que le podemos añadir una pequeña dosis de fertilizante para mejorarla notablemente.
Rastrillar los terrenos libres de vegetación
El rastrillar los terrenos libres de vegetación, ya sean grandes zonas, lo las que hay debajo de los árboles y arbustos, así como entre medias de las plantas de temporada, ayuda a ahorrar agua.
El motivo es que, al romper la costra del suelo, evitamos que la humedad suba por capilaridad y se evapore fácilmente. Es una forma de conservar durante más tiempo la humedad en la tierra y como consecuencia, reducir el número de riegos.
Utilizar mulching sobre el suelo de cultivo
Ya sea sobre el suelo de cultivo en el jardín, o sobre la maceta o jardinera, el aportar una pequeña capa de mulching, además de potenciar el valor ornamental, se reduce considerablemente las necesidades de agua.
El principio es el mismo, crear una capa suelta entre la parte húmeda del suelo y la superficie de este en contacto con el aire. Rompemos la capilaridad de contacto entre tierra y aire.
El mulching puede ser de corteza de pino, paja, áridos, etc. Además, si la capa es un poco gruesa, ayudará también a que crezcan malas hierbas, porque cuando las semillas comienzan a germinar, mueren por falta de luz.
Utilizar programadores de riego
La utilización de programadores de riego nos ayuda a efectuar los riegos con la frecuencia y cantidad de agua real que necesitamos, evitando el malgastarla.
Si estos programadores nos permiten sectorizar zonas del jardín, serán aún más eficientes. El motivo es porque plantando diferentes especies agrupadas por similitud de necesidades de agua, podremos adecuar los riegos a cada zona de forma más eficiente.
Elegir un sistema de riego eficiente
Hay diferentes sistemas de riego, siendo el más eficiente el riego por goteo y el riego por goteo enterrado.
Aspersión, por goteo, a manguera, por dispersión, turbina, etc. son un ejemplo de tipos de riego. No es necesario tener que elegir solo uno de ellos, pudiéndose combinar en función de las características de plantación, terreno, etc.
Elegir plantas con menos requerimientos de agua
Hay una gran variedad de plantas que requieren muy poca agua y pueden ser elegidas para crear un jardín con necesidades de poco o escaso riego. Esta técnica se llama Xerojardinería y es una opción muy recomendable cuando se trata de zonas ajardinadas con poca precipitación y escasez de agua para su riego.
Dentro del amplio catálogo de árboles, palmeras, arbustos, plantas de temporada y plantas aromáticas, hay especies muy resistentes y no hacer uso de ellas es una pérdida de oportunidad.
Evitar el llenar de sustrato, las macetas hasta el borde
Cuando se dispone de plantas cultivadas en macetas, contenedores y jardineras, es importante el no llenarlas de tierra hasta el borde, dejando varios centímetros de diferencia. De esta forma, al regar, el agua queda almacenada sin desbordarse, quedando toda ella disponible para humedecer el sustrato.
Atraer biodiversidad a tu jardín o terraza
Ante el avance de tanto edificio, calles y demás espacios liderados por el cemento y hormigón, son muchos los insectos que ven mermados sus ecosistemas donde desarrollarse y sobrevivir.
Una manera de contribuir a la conservación de estas especies puede ser el plantar flores silvestres. Estas atraen tanto a las abejas como a las mariposas por sus colores, néctar y su polen.
Otra es la de crear los ya populares hoteles de insectos. Estos pueden ser comprados o realizarlos de forma casera. Se pueden fabricar a base de restos de madera del jardín, viejos palés y otros materiales reciclados.
Los insectos son fundamentales para el ciclo de la vida. Sirven de alimento a los pájaros, algunos son depredadores de otros y se comen las plagas que dañan las hortalizas y las plantas, muchos, sobre todo las abejas, son esenciales para la polinización, etc. En su conjunto, entre todos, contribuyen a que tu jardín sea más verde y próspero.
Cultiva algunas de tus plantas para comer
Pretender ser autosuficientes para cultivar todas las frutas y hortalizas que necesitemos para nuestra alimentación, prácticamente es una utopía. Eso no implica que podamos tener un pequeño huerto urbano para cultivar algunas de tus plantas para comer.
Podemos empezar, como avanzamos, con un pequeño huerto urbano en casa, donde plantar algunas verduras y plantas aromáticas siempre de temporada. También algún frutal en gran contenedor si el espacio nos lo permite.
Recordemos que comer alimentos autocultivados o de proximidad es un acto que contribuye a la sostenibilidad, además de combatir el desperdicio de alimentos.
En cuanto al espacio, no pensemos solamente en superficie horizontal. Hagámoslo también en vertical: Son los llamados huertos o jardines verticales.
En el caso de los jardines verticales, además ayudan a creer un aislamiento natural tanto para el frío como para el calor si se colocan en exteriores.
Recordemos que el jardín y huerto, en su conjunto, contribuyen a mejorar la calidad del aire y aumentar nuestro estado de bienestar, a la vez que ayudan a mantener la salud de nuestro planeta.