El Celtis australis o Almez es un árbol caducifolio muy popular en la jardinería mediterránea. Los podemos ver en ella como árbol de sombra en solitario o en alineación en paseos y avenidas. Es muy interesante en calidad de árbol urbano en parques y jardines por su tolerancia a la contaminación.
Originario de la región mediterránea, pertenece a la familia de las Ulmaceae. Su nombre científico es el de Celtis australis, aunque se le conoce con diversos nombres populares como Almez principalmente, además de Almecino, Latonero o Lodoño entre otros.
En cuanto a sus valores ornamentales, destaca su frondoso follaje y sus pequeños frutos. Es un árbol muy vigoroso, alcanzando grandes dimensiones, en las que la mayoría de ellos se sitúa entre los 18 y 25 metros de altura.
Su tronco es recto y de corteza lisa de color gris, sin estrías o hendiduras marcadas. De él se desarrolla una frondosa copa de color verde oscuro, redonda y ancha, ofreciendo una buena sombra.
Sus hojas se sitúan de forma alterna. Son simples y de forma aovada-lanceolada, con borde aserrado y con una longitud alrededor de los 10 centímetros. La base del limbo es redondeada y algo desigual. Por el haz son de color verde oscuro con pelos que al tacto le dan cierta aspereza, mientras que por el envés son más claras y pubescentes. Poseen tres nervios más patentes que el resto, siendo la nerviación de sus hojas lo que lo diferencian claramente de los olmos.
La floración del Celtis australis o Almez tiene lugar entre los meses de marzo y abril en el hemisferio norte. Estas flores son de color amarillo verdoso y carecen de valor ornamental. Las flores pentámeras son inconspicuas, pues no tienen pétalos y el único perianto está formado por 5 sépalos caducos. Son emitidas como flores solitarias y son largamente pedunculadas.
Una vez fecundadas, sus frutos maduran entre fines de verano y mediados de otoño. Su fruto tiene nombres como llamado almeza, almecina o latón, entre otros.
Se trata de un fruto drupáceo, de forma esférica u aovada con un diámetro alrededor del centímetro, que permanece en el árbol durante bastante tiempo, dándole un característico valor ornamental. Este es de color verde en su estado juvenil, pasando a negro en la maduración. Su pulpa es carnosa, de color amarillento, comestible y de sabor agradable. En su interior posee un hueso del tamaño de un grano de pimienta.
Etimológicamente, el nombre de Celtis australis proviene por una parte, Celtis, como nombre griego de un árbol que Linneo aplicó a este género cuando lo creó. Por otra, australis, del latín que significa del Sur, aludiendo probablemente a su procedencia mediterránea, es decir, Europa austral.
El Celtis australis es un árbol de gran rusticidad, bastante resistente a la sequía y tolerante a muchos tipos de suelos, aunque se desarrolla mejor en los sueltos.
En su hábitat natural, lo podemos encontrar en barrancos y en las riberas de ríos y arroyos, normalmente de climas atemperados. Es raro verlos formando bosquetes, apareciendo generalmente aislados sobre suelos sueltos y frescos, incluso pedregosos, independientemente de su naturaleza caliza o silícea.
En España, el Celtis australis o Almez, está muy asentado en toda la vertiente mediterránea, en Andalucía y en Extremadura, siendo menos abundante en el resto, si bien, también los podemos encontrar en zonas con microclima de inviernos suaves.
Su multiplicación más frecuente es por semillas recolectadas durante el invierno, cuando aún están en el árbol y éste ha perdido las hojas. Se recomienda ponerlas a secar y extraerles la semilla, pudiendo ser almacenadas por uno o dos años. La siembra se debe de realizar durante la primavera. De hacerse más tarde, esta no germinará hasta el año siguiente debido a que posee latencia interna.