El Caladium goza de una gran aceptación como planta ornamental de interior, aunque si la climatología es subtropical o bastante cálida, también puede disfrutarse como planta de exterior en jardinería, protegida del sol directo y de heladas, aunque sean suaves.
Esta planta ha sido objeto durante muchas décadas de un intenso trabajo orientado a la mejora de su genética, dando como resultado un importante número de híbridos y variedades de increíble valor decorativo. Se ha trabajado desde el colorido de sus hojas consiguiendo colores puros o combinados, hasta en los tamaños de ellas y su forma. En su conjunto, plantas únicas que en la decoración de interiores crean puntos de atención muy valorados por diseñadores e interioristas.
Caladio o paleta de pintor
Nativa de las selvas tropicales de Brasil y Guayana y regiones vecinas de Sudamérica y de Centroamérica, la planta de Caladium está en Europa desde hace mucho tiempo. Pertenece a la familia Araceae y su uso ornamental reside principalmente en sus espectaculares hojas, de colores impactantes hasta el extremo que se incluya junto con el Hypoestes phyllostachya y la Fittonia verschaffeltii en las llamadas plantas de paleta de color.
En este sentido, el Caladium es conocido con nombres populares como caladio, manto de la reina, capotillo, paleta de pintor, oreja de elefante o corazón de Jesús, por ejemplo. Nombres referidos como es lógico al color que sobre una base verde combina gran cantidad de patrones, tamaño y forma de sus características hojas.
El Caladium es una planta herbácea con tubérculo, un órgano perenne y normalmente subterráneo que le permite almacenar agua y nutrientes, estando dotado de yemas en su parte superior. De él crecen sus hojas que según variedades pueden llegar a superar ligeramente el metro de altura, si bien su altura media se sitúa entre los 45 y 70 centímetros.
Sus hojas emitidas directamente del tubérculo poseen largos pecíolos. Tienen forma de flecha o acorazonadas con un tamaño de alrededor de los 15 centímetros de ancho y unos 45 de largo. Estas hojas son de colores muy vistosos y alegres. Sobre una base verde de distinta tonalidad, se alternan matices muy delicados y más o menos grandes de color blanco, rosa, rojo, etc. en sus distintas tonalidades consiguiendo dibujos de muchas formas.
Las flores del Caladium son inflorescencias muy pequeñas e insignificantes que son emitidas hacia el final del verano, siendo en espata sutilmente perfumadas, muy parecidas a las de la Cala (Zantedeschia aethiopica). Nos referimos a flores cuando en realidad estamos ante una especie de hojas en forma de embudo llamadas espata: una bráctea amplia y a veces coloreada que envuelve a una inflorescencia, con un tamaño de 10 a 15 centímetros de longitud, con una especie de tubo de color verde en el exterior y blanco verdoso en el interior, mientras que el limbo es blanco. En cuanto a esta inflorescencia es un espádice, un tipo de espiga, una inflorescencia con pequeñas flores apiñadas sobre un eje carnoso. En este caso el espádice es de color blanco o verde sobre el que se sitúan en la parte alta las flores masculinas y en la parte baja las flores femeninas. Destacar que raramente florece en un piso como planta de interior y además estas flores carecen de valor ornamental.
Si se fecundan se generan sus frutos en forma de bayas blanquecinas.
Especies de Caladium
El género Caladium fue descrito por Étienne Pierre Ventenat y publicado en Magasin Encyclopédique. De todas sus especies, no todas ellas son comerciales desde un punto de vista ornamental, entre las más apreciadas para este mercado se encuentran:
Caladium bicolor. Se encuentra entre las más comerciales y sobre la que también más se ha trabajado genéticamente para la obtención de híbridos y variedades. Sus hojas originarias son verdes con venas rojas y blancas. Sus espatas son de color blanco y amarillo. Entre sus variedades están el Caladium bicolor poecile, Caladium bicolor vellozianum, Caladium bicolor roseo-maculatum, Caladium bicolor surinamense, Caladium bicolor rubicundum,…
Caladium x Hortolanum (Caladium hortulanum). Las hojas de los híbridos y variedades derivadas de esta especie, poseen la cualidad de tener un aspecto muy sutil, tanto que parecen de papel.
Caladium humboldtii. Sus variedades son todas de hojas pequeñas de color verde jaspeadas de zonas blancas en mayor o menor tamaño y forma.
Caladium picturatum. Sus variedades poseen hojas con forma más alargada con nervaduras de color blanco. Estas varían en tamaño según la variedad.
Caladium steudneri folium. Sus variedades no gozan de tanta popularidad, presentando hojas muy verdes, aunque brillantes, cerosas y acorazonadas, ligeramente jaspeadas de blanco.
Otras especies comercializadas son el Caladium marmoratum, Caladium andreanum, Caladium coerulescens, Caladium lindenii, Caladium macrotites, Caladium schomburgkii, Caladium smaragdinus, Caladium steyermarkii, Caladium ternatum, Caladium tuberosum,…
Cultivo del Caladium
Las plantas del género Caladium que actualmente se comercializan en el sector ornamental, son híbridos que proceden principalmente de cruces entre varias especies, como Caladium bicolor, Caladium picturatum, Caladium marmoratum y Caladium schomburgkii.
Para el aficionado, el cultivo del Caladium no es fácil, ya que necesita una humedad muy elevada, y un manejo inadecuado del sustrato termina en podredumbre de su rizoma.
Aunque se pueden multiplicar por tubérculos, semillas y cultivo in vitro, comercialmente, el sistema más rápido y utilizado por los viveristas es el de división de los tubérculos.
Tras recibir los tubérculos de los viveros productores de ellos, normalmente clasificados por categorías según tamaños, por especies y variedades, el productor los planta en macetas colocando uno o varios tubérculos según su tamaño. Se plantan con un sustrato poroso y rico en materia orgánica, con un pH ligeramente ácido situado entre un 5,5 a 6,5. La zona de brotación queda en superficie o mínimamente enterrada y seguidamente se riegan y se cubren con un film de plástico para mantener la humedad entre el 75 al 80%.
La temperatura mínima del cultivo mientras se produce la brotación es de unos 20ºC. Nada más comienza la brotación, se retira el plástico y la temperatura se puede descender hasta los 18ºC. Ya finalizada la brotación se puede elevar a un rango comprendido entre los 20 a 30ºC durante el día y alrededor de 18ºC durante la noche. Si la temperatura desciende por debajo de los 15ºC se paralizará su desarrollo e incluso comienza a sufrir daños, muriendo si nos acercamos a los 0ºC.
Al ser una planta originaria de selvas pluviales, no quiere la luz directa del sol, vegetando bien con una luminosidad entre los 25.000 y 50.000 lux. En todo caso necesidad de una buena iluminación para mantener un buen colorido en las hojas.
Durante su cultivo tiene la necesidad de un ambiente bien ventilado, pero sin corrientes de aire.
En unas cuatro semanas, se separan las plantas dando más espacio a cada maceta para que vegeten adecuadamente y sobre las ocho a doce semanas desde su plantación según el formato, están listas para su venta.
Plagas y enfermedades del Caladium
Referentes a las plagas, la falta de humedad ambiental y las altas temperaturas propicia la aparición de ácaros, y las orugas de ciertos insectos pueden depreciar la planta al dañar sus hojas.
También le pueden atacar los pulgones, situándose sobre los largos peciolos de las hojas. Y también las cochinillas, que se asientan sobre estos mismos peciolos y nervios principales de las hojas.
En el jardín, sus bulbos pueden ser dañados por las mordeduras de topillos, el Grillotopo (Gryllotalpa grillotalpa) y sus raíces por nemátodos.
En cuanto a enfermedades, serán aquellas centradas en la sanidad de su tubérculo, al que le pueden afectar varios tipos de hongos y bacterias. La mejor solución es la prevención, por lo que utilizar un sustrato ligero y gestionar bien el riego es la mejor opción para su control.
A veces parecen enfermedades, pero en realidad son fisiopatías. Si sus hojas se marchitan o se ven lacias, posiblemente la planta ha sido regada de manera insuficiente o bien que hay corrientes de aire frío. Si aparecen débiles puede ser falta de abono, pero si la temperatura es demasiado baja, esa será la causa.
Multiplicación del Caladium
Se pueden multiplicar por tubérculos, semillas y cultivo in vitro. De los tres sistemas, la multiplicación por semillas se utiliza en la mejora genética ya que genera mucha diversidad de plantas (variedades). La multiplicación in vitro se utiliza básicamente para obtener plantas madres libres de virus y de ahí reproducirlas mediante división de tubérculos. Comercialmente, el sistema más rápido y utilizado por lo viveristas es el de división de los tubérculos.
Una reflexión sobre la multiplicación del Caladium es que, si se opta por la técnica de multiplicación por semilla, tiene como condicionante que, al intervenir la variabilidad genética, no se tiene la certeza de que se tendrán plantas iguales a las plantas madre. Si lo que se quiere es conseguir una determinada planta igual, lo mejor es recurrir a la multiplicación por división del tubérculo.
Multiplicación del Caladium por tubérculos
Se puede enterrar (plantar) el tubérculo entero o bien dividirlo en varias partes, procurando en este caso que tengan al menos dos yemas. Antes, las superficies de corte deben ser tratadas con algún fungicida de amplio espectro y para ello se recurre a la inmersión de los tubérculos cortados en una disolución del fungicida durante unos minutos, dejándolos secar antes de su plantación uno o dos días.
Para su plantación en maceta o jardín, deben enterrarse a una profundidad muy superficial no más allá de los tres centímetros. Regaremos y se distanciarán los siguientes riegos al máximo posible.
El mejor momento para la división de los tubérculos es a principios de primavera antes de su brotación.
Multiplicación del Caladium por semilla
Si para la multiplicación del Caladium lo hacemos por semilla, la fecha de siembra será también a comienzos de primavera, procurando tener una temperatura templada de alrededor de los 20ºC.
Se prepara una bandeja con un sustrato ligero y arenosos. Sembraremos sobre él las semillas que enterraremos muy ligeramente, pero quedando cubiertas para que la semilla tenga humedad durante el periodo de germinación en toda su superficie.
El semillero se mantendrá a la sombra, con el sustrato ligeramente húmedo y con una temperatura que ronde los 20 a 23°C. Si hay corrientes de aire, podemos cubrir el semillero con un cristal o lámina de plástico, procurando quitarlo de vez en cuando para evitar que se cree un exceso de humedad y enrarecimiento del aire.
Una vez germinadas las semillas, se le retira el material protector (plástico o cristal) y se aumenta la cantidad de luz, aunque nunca llegándole el sol directo. En esta fase, también se aumenta la ventilación y la temperatura ya puede estar ligeramente inferior a los 19ºC.
Ya bien germinadas y con algunas hojitas crecidas, se procede al repicado en macetas pequeñas, teniendo cuidado de no dañar sus raicillas. Al ser de semillas, las primeras hojas serán todas verdes ya que el color propio de la variedad comienza a manifestarse a partir de la sexta o séptima hoja. Conforme crezcan, podremos ir separándolos o clasificándolos por tonalidad de colorido, consiguiendo en ocasiones nuevas variedades.
Curiosidades del Caladium
Estamos ante una planta venenosa en todas sus partes, por lo tanto, debemos tener la precaución de que no sea ingerida por personas ni mascotas. Aunque se trate de una planta decorativa, no debe subestimarse.
Cuidados del Caladium como planta de interior y en el jardín
El Caladium alcanza el máximo desarrollo en el período veraniego, comenzando a secar sus hojas con la entrada del otoño. Si queremos mantenerlo siempre con follaje debemos ubicar la planta en un lugar en la que la temperatura no descienda de los 15°C. Si no, se va dejando secar el sustrato y se recuperan los tubérculos, almacenándolos en un lugar seco, oscuro y frío hasta finales de invierno o principios de primavera para su nueva plantación en maceta o en el jardín.
Sobre su riego, ya sea en interior estando en maceta o en el jardín plantado directamente en la tierra, debe ser periódico y constante durante la primavera y verano. Eso sí asegurándonos de que la superficie del terreno esté seca entre un riego y otro. Si está en maceta y le hemos puesto un plato para evitar que manche la superficie de la mesa o mueble, es recomendable colocarle una pequeña capa de grava que impida que el agua esté siempre en contacto con las raíces.
Como ya hemos informado, cuando el Caladium comienza a invernar, cuando sus hojas empiezan a secarse o caer conforme entra el otoño, suspenderemos los riegos y una vez queden los tubérculos solo, los arrancaremos para conservarlos y plantarlos en la próxima campaña.
Así, partiendo de la base que el Caladium debe trasplantarse cada año, llegado el momento, para su plantación en maceta elegiremos un sustrato a base de turba o compost, ligeramente ácido y con la suficiente arena que favorezca su drenaje.
Para su plantación en el jardín, lo ideal es plantarlo en un lugar que no estuvo antes, con el fin de evitar que esa tierra tuviese restos de enfermedades del cultivo anterior. Si el sustrato es algo arcilloso, lo mejoraremos aportando materias primas como turba o compost y arena de río lavada o de sílice. El objetivo: conseguir una tierra rica en materia orgánica y que drene bien. Su plantación será a finales de invierno o principios de primavera, siempre que ya estemos con temperaturas agradables. Como orientación, si deseamos fabricar un sustrato para la plantación del Caladium en maceta, utilizaríamos 1/3 de compost, 1/3 de turba rubia y un 1/3 de arena, procurando que no contenga sales.
Respecto al abonado, se centrará en aportar un fertilizante como abonado de fondo en el momento de la plantación, y aplicado mediante el agua de riego durante el período primavera y verano que es cuando el Caladium está en pleno desarrollo. La frecuencia de la fertirrigación dependerá del abono utilizado, pero ajustando la dosis más baja, puede ser cada dos semanas. Como orientación, la riqueza del abono para el Caladium puede ser de 18-12-24 más microelementos.
El Caladium no se poda y esta técnica se limitará a eliminar las hojas según se sequen o estropeen. Para ello se contará su peciolo a un par de centímetros de sustrato, con unas tijeras bien afiladas para que no machaque la zona de corte, ya que favorecería la entrada de hongos.
Como planta de interior y ya que el Caladium tiene su hábitat natural en zonas de clima muy cálido y con atmósfera rica en humedad, se expondrá en zonas iluminadas pero que no le dé la luz directa del sol, procurando que la humedad ambiente sea elevada y evitar que esté expuesto a corrientes de aire fuertes o constantes. Plantada en el jardín, buscaremos las zonas umbrías de los mismos.
Me gustaria adquirir de esta diversidad de Caladium.
Me siento complacida por este artículo sobre Caladium, me tienen fascinada.
¿Cómo puedo obtener alguna de estas variedades?
Agradezco su respuesta.
Laura López