Existe una cierta confusión entre la Pavonia missionum y la Pavonia flamboyant, siendo esta última una mejora genética de la anterior, hasta el extremo que comercialmente se le identifica y vende en el mercado con este nombre: Pavonia flamboyant.
Al margen de ello, estamos ante una planta de crecimiento arbustivo rápido, de floración elegante con numerosas flores de color rojo intenso, que soporta el pleno sol y es de cuidados sencillos, muy rústica, con pocas necesidades en cuanto a consumo de agua. Es apta para exterior y resistente al frío.
Pavonia flamboyant
Como hemos avanzado, es fácil encontrar esta planta en centros de jardinería y demás tiendas especializadas, con etiquetas bajo el nombre de Pavonia flamboyant, siendo una mejora de la Pavonia missionum.
Sus nombres más populares son el de Hibisco argentino y Pavonia misionera. Pertenece a la familia Malvaceae y es originaria de Sudamérica, concretamente del entorno de los países de Argentina, Brasil y Paraguay.
Se trata de una planta arbustiva de porte pequeño a mediano que puede superar en estado salvaje el metro y medio de altura. Esta ramifica con facilidad, creando un follaje verde en el que contrastan sus flores rojas.
La Pavonia flamboyant es perenne con cepa rizomatosa con múltiples tallos basales. Suele generar matas de medio a un metro de diámetro elevándose más en altura. Vegeta bien en regiones con inviernos suaves, pero, si el frío invernal se intensifica cerca de cero grados, su vegetación desaparece para rebrotar con la llegada del buen tiempo.
Sus hojas crecen de forma alterna. Son hojas enteras a ligeramente lobuladas, algo dentadas, globalmente triangulares y afiladas hasta un punto. Su tamaño se sitúa entre los cinco y siete centímetros de largo. Son de color verde, aromáticas y tienen la particularidad de ser algo pegajosas, parecido al tacto de ciertas petunias.
La Pavonia missionum, en el hemisferio norte florece desde la primavera hasta finales de verano, siempre y cuando la temperatura sea cálida.
El color de sus flores suele ser rojas, con más o menos intensidad, he incluso las hay naranjas o rosas según el genotipo. El color rojo de la Pavonia flamboyant suele ser más intenso que el de la Pavonia missionum.
Estas flores aparecen en las axilas de las hojas, distribuidas por toda la planta y de manera sucesiva durante todo el tiempo cálido. Tienen un tamaño de unos cuatro centímetros de diámetro y cada flor tiene una duración corta, aspecto que se compensa con una gran cantidad de flores.
Sus flores, muy atractivas para los insectos, son polinizadas, creándose un fruto esquizocarpos, un tipo de fruto seco indehiscente que se desarrolla de un gineceo pluricarpelar, que al madurar, se divide en mericarpios de una única semilla.
Cultivo del Hibisco argentino o Pavonia misionera
El cultivo del Hibisco argentino y Pavonia misionera puede realizarse partiendo de semilla o mediante esqueje.
La multiplicación por semilla se efectúa generalmente en el caso de la Pavonia missionum, ya que su diversidad genética está bastante fijada. En cambio, para la multiplicación de la Pavonia flamboyant, se opta por su multiplicación por esqueje para fijar sus características vegetales.
En el primer caso, se recogen las semillas una vez secos sus frutos durante el verano y principios de otoño. Su siembra se hace en primavera en semilleros para seguidamente, tras su germinación y cuando las plántulas tienen cuatro o seis hojitas, repicarse a pequeñas macetas o bandejas de alvéolos.
Conforme arraigan, se pinzan sobre 4 a 6 hojas para favorecer su brotación y pasados 45 o 60 días, se trasplantan a maceta definitiva.
Si se opta por la multiplicación por esqueje, estos se extraen de plantas madres seleccionadas que posean un aspecto sano, buen color, porte compacto y floración viva y lo más espectacular posible.
Los esquejes se extraen en otoño o inicio de primavera. También en invierno si se dispone de invernadero con calefacción. Son pequeños esquejes tiernos que se enraízan en bandejas de alvéolos sobre un sustrato turboso con pH ligeramente ácido y mínimamente fertilizado.
Como en el caso de los semilleros, se pinzan una vez bien enraizados y tras su brotación y bien formado su cepellón, se procede al trasplante a una maceta o contenedor definitivo.
A partir de ahí puede someterse a uno o dos pinzados más para favorecer su formación comercial. Se fertiliza semanalmente con un fertilizante del tipo 20-18-24 más oligoelementos hasta alcanzar su formato comercial.
Plagas y enfermedades de la Pavonia flamboyant
La Pavonia flamboyant es una planta que le pueden atacar las mismas plagas y enfermedades que la Hibiscus rosa-sinensis, por lo que su protección sanitaria es igual.
Así, las posibles plagas que se pueden presentar son el pulgón, la mosca blanca, orugas, cochinillas y los ácaros. Las cuatro primeras las combatiremos con insecticidas y si puede ser de tipo sistémicos mucho mejor.
En cuanto a los ácaros, lo haremos con acaricidas, procurando mojar perfectamente tanto el haz como el envés de las hojas durante el tratamiento.
Estas plagas suelen tener mayor riesgo de aparición entre los meses de marzo a septiembre. Y en el caso de los ácaros, en pleno verano, cuando la temperatura es mayor y la humedad relativa más baja.
En el caso de las enfermedades, prácticamente la Botrytis (Moho gris) es la más frecuente durante los meses invernales. La podemos combatir retirando las flores tal y como se marchiten, así como con la aplicación de un fungicida específico.
Cuidados de la Pavonia flamboyant en el jardín
La Pavonia flamboyant es una planta que está ganando popularidad en su uso en jardinería, incluida en el grupo de plantas de xerojardinería, por su rusticidad y resistencia a la escasez de agua.
Tanto los cuidados de la Pavonia missionum como de la Pavonia flamboyant en el jardín son mínimos. Es una planta que requiere una exposición a pleno sol, o como mucho a una sombra parcial.
Requiere un terreno ligeramente ácido o neutro. Fértil con buen drenaje. En el caso de ser arcilloso, conviene mejorar la tierra aportando materias primas como arcilla expandida, arena de río lavada u otros materiales que mejoren su aireación.
Si, por el contrario, es muy arenoso, puede añadirse materia orgánica o compost para mejorar su riqueza a aumentar su capacidad de retención de agua tras cada lluvia o riego.