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jueves, 23 enero, 2025

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Giuseppe Arcimboldo

GIUSEPPE ARCIMBOLDO (1527-1593) pintor manierista italiano, es uno de los más originales pintores del Renacimiento, inventó un estilo de retrato en el que los rostros estaban compuestos por agrupaciones de flores, frutas, animales y toda clase de objetos. Algunos son retratos satíricos de personajes de la corte y otros son retratos alegóricos. Comenzó realizando diseños para ser reproducidos en los tapices y vidrieras de la catedral de Milán. En 1562 se trasladó a vivir a Praga y después a Viena, donde trabajó como pintor en la corte de los Habsburgo. La serie por la que es más conocido en la actualidad es por las Cuatro Estaciones, en la que, haciendo uso de los vegetales que brotan en cada estación, representa los hipotéticos rostros de las estaciones mediante los elementos típicos de cada una de ellas. Así, el rostro de la primavera está formado por flores, el verano tiene rostro de frutos y cuerpo de trigo, mientras que el otoño es un curioso compendio de hojas caídas, setas, y frutos. La serie concluye con el invierno, tal vez el retrato más complejo y menos descifrable de la serie, en el que se intermezclan elementos claramente secos y fríos, como la corteza que forma la cara, con otros más cálidos y vivos, como las hojas de la caballera y las dos frutas que cuelgan del cuello.

Sus obras fueron consideradas piezas curiosas populares y no adquirieron su justo valor artístico hasta que los surrealistas unos siglos más tarde, la redescubrieron.

Los críticos de arte debaten actualmente si estas pinturas eran caprichosas o el producto de una mente trastornada.

arcimboldo flora
GIUSEPPE ARCIMBOLDO – Flora – 1591 (ampliar)

giuseppe arcimboldoGIUSEPPE ARCIMBOLDO – Vertummus, un retrato de Rodolfo II (ampliar)

giusseppe-arcimboldo2GIUSEPPE ARCIMBOLDO – (ampliar)

giuseppe arcimbaloGIUSEPPE ARCIMBOLDO – Invierno (Winter) – (ampliar)

Séraphine Louis

Séraphine Louis (1864-1942) representa un caso único en la historia de la pintura. Completamente autodidacta, Séraphine empezó a pintar a los 42 años de edad porque «escuchaba una voz que se lo pedía».

Los jardines de Monet

A quien un día dijera, a modo de resuelta revelación, que su más bella obra maestra era su propio jardín, Claude Monet (París, 1840 – Giverny, 1926) los jardines de su casa le sirvieron para inspirar muchos de sus mejores cuadros.

Durante 16 años Monet pintó los jardines en la hermosa serie de obras llamada “Nympheas”. Pintó una y otra vez las ninfeas o nenúfares del estanque en su casa de Giverny, donde pasó sus últimos años y donde casi ciego, pintó las plantas y flores de los jardines, el puente japonés, el estanque y diversos espacios de los jardines de Giverny.

nympheas-monet21Nympheas de Monet (ampliar imagen)

Como el mismo Monet reconoce, su interés por los nenúfares de su jardín llega a ser obsesivo. Sin duda Monet estaba muy orgulloso de su jardín. «Estos paisajes de agua y de reflejos me obsesionan. Todo esto está más allá de mis fuerzas de viejo, pero quiero representar lo que siento»

En 1998, su Bassin aux nymphéas et sentier au bord de l’eau se vendió en la prestigiosa galería londinense de Sotheby’s por 19´8 millones de libras, unos 33 millones de dólares. Nunca un estanque con nenúfares había dado tanto de sí.

monet nympheasNympheas de Monet (ampliar imagen)

Estas obras del maestro impresionista pueden verse actualmente en el Museo de l´Orangerie.

A Monet, sin duda, le gustaba pintar al aire libre como a todos los pintores impresionistas, por lo que cultivó el gusto por el paisaje que a menudo aparece salpicado de fuertes colores debido a la presencia de floridos jardines. No solo en su serie nymphéas, sino en otras muchísimas obras realizadas a lo largo de su larga vida, podemos observar la presencia de flores y jardines.

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Les Coquelicots a Agenteuil de Monet (ampliar imagen)

En la imagen inferior, podemos ver un cuadro de su amigo Renoir, otro pintor impresionista al que también le gustaban las flores y jardines, donde vemos a Claude Monet pintando el jardín de Agenteuil.

Monet pintando por RenoirMonet pintando el jardín de Agenteuil, de RENOIR (ampliar imagen)

Flores y plantas en el arte: Vincent Van Gogh

Inauguramos una nueva sección de flores y plantas en el arte, en la que nos gustaría recoger información y anécdotas sobre la presencia de las flores y las plantas en la Historia del arte.

Carpobrotus edulis, la planta de diente de león

El Carpobrotus es un género de plantas crasas de hojas suculentas y grandes flores. Su nombre refiere a sus frutas comestibles ya que viene del griego «karpos» (fruta) y «brota» (comestible).

En el género Carpobrotus podemos encontrar más de 25 especies dispersas por todo el mundo, la mayoría en Sudáfrica, pero también presentes en Sudamérica y Australia. Algunas de estas especies son Carpobrotus acinaciformis, Carpobrotus aequilaterus, Carpobrotus chilensis, Carpobrotus deliciosus, Carpobrotus dimidiatus, Carpobrotus edulis, Carpobrotus glaucescens, Carpobrotus mellei, Carpobrotus muirii, Carpobrotus quadrifidus, Carpobrotus rossii, Carpobrotus virescens, etc.

Uno de los más conocidos en España es el Carpobrotus edulis, la planta de diente de león… como también se le conoce. Otros nombres populares son ‘Hierba del cuchillo’, ‘Bálsamo’, ‘Higo del Cabo’, ‘Uña de león’, ‘Higo marino’… entre otros. Por lo tanto, Carpobrotus edulis es el nombre científico de esta especie, aunque popularmente se le conozca principalmente como la planta de diente de león.

Esta especie es originaria del Cabo de Sudáfrica y pertenece a la familia Aizoaceae. Su porte es rastrero y suculento, con tendencia a expandirse vegetativamente por grandes superficies. Tolera muy bien la salinidad, lo que la hace muy apropiada para zonas muy cercanas al litoral.

El Osteospermum ecklonis o Dimorphoteca

Con la llegada de la primavera, empezamos a disfrutar de las margaritas. Son alegres y nos anuncian la llegada del buen tiempo con días más largos y temperaturas más agradables. Pero dentro de las margaritas, hay un gran número de especies que para los aficionados no pasan desapercibidas.

Una de ellas es el Osteospermum ecklonis, antes conocida como Dimorphoteca. El motivo es que anteriormente, las especies de Osteospermum se incluían en el género Dimorphoteca, pero luego se circunscribió este último de modo que solo incluyera plantas anuales. De ese modo, todas las especies perennes se agruparon en Osteospermum.

El Osteospermum ecklonis también es conocida con nombres como ‘dimorfoteca’, ‘matacabras’, ‘margarita africana’, ‘margarita del cabo’, ‘caléndula del cabo’, ‘estrella polar’… es originaria de África del sur y pertenece a la familia de las compositae, aunque también hay bibliografía que la sitúa dentro de familia de las Asteraceae. Destacar que su nombre científico deriva del griego osteon (= hueso) y del Latín spermum (= semilla).

Su facilidad de hibridación y el interés de muchas empresas productoras de esta planta en obtener nuevas variedades, han permitido poner en el mercado un amplio surtido de Osteospermum ecklonis, consiguiendo enriquecer el colorido del jardín.

El Osteospermum ecklonis es una planta de unos 30 a 50 centímetros de altura en el jardín, de aspecto herbáceo, de hoja perenne, con un comportamiento como planta anual. Sus hojas son verdes, alternas… principalmente de forma lancelolada, aunque también se muestras según la variedad en otras muchas formas (enteras o dentadas).

Sus flores tienen una forma similar a la de las margaritas, desarrollándose solitariamente al final de sus ramas. Su floración se centra desde finales del invierno hasta finales de primavera, llegando raramente al verano.

El Osteospermum ecklonis es ideal para crear coloridos macizos en el jardín. Tras su floración, se mantiene verde durante todo el año, aunque el exceso de temperaturas la deteriora fácilmente.

El Osteospermum en el jardín

El Osteospermum ecklonis es ideal para crear coloridos macizos en el jardín durante su periodo de floración. Normalmente en España, florece desde finales de invierno hasta bien entrada la primavera. Tras su floración, se mantiene verde durante todo el año creando volúmenes interesantes verdes, aunque el exceso de temperaturas la puede deteriorar fácilmente.

La plantación del Osteospermum en el jardín debe de ser a pleno sol para favorecer su crecimiento compacto y potenciar la intensidad del color de sus flores. Prefiere temperaturas suaves y ambientes no muy húmedos.

Osteospermum ecklonis 11

Es preferible que el terreno sea fértil y bien drenado. Aunque el Osteospermum es bastante rústico, los terrenos encharcados le afectan fácilmente a su sistema radicular y entonces amarillean, perdiendo parte de su encanto ornamental. En cuanto a los riegos, resiste cierto grado de sequía.

La densidad de plantación del Osteospermum puede ser de unas cuatro plantas por metro cuadrado, utilizando más o menos plantas dependiendo de la variedad. Se recomienda no plantarlas muy juntas ya de al poco tiempo, si su crecimiento es normal, se juntan hasta crear una sola y gran masa foliar. En este sentido, se puede jugar con varias variedades plantadas en forma de subgrupos dentro de uno mismo, para conseguir una gran mancha de color compuesto por varias tonalidades y a su vez con diferentes alturas con formas onduleantes.

La reproducción del Osteospermum es por semilla o esqueje, aunque lo habitual es comprarlas en macetas de 12 a 18 centímetros de diámetro en centros de jardinería, grandes superficies y tiendas especializadas.

En cuanto al abonado, es bastante exigente ya que su crecimiento, sobre todo a comienzos de primavera, es muy fuerte. Evitar los abonos ricos en nitrógeno.

Tras su floración, es interesante podarles ligeramente para sanear las plantas y favorecer su crecimiento compacto.

Las Cycas revoluta en el jardín

Se le conoce popularmente como Sagú, Palma de Sagú, Cica del Japón, Palma de iglesia… a una de las plantas de jardín más peculiares y elegante. Su nombre científico es el de Cyca revoluta y pertenece a la familia de las Cycadaceae.

Su nombre genérico científico deriva del griego «kykas» empleado por Teofrasto al referirse a una palma. Sin embargo, a pesar de su aspecto, estas no tienen nada que ver con las palmáceas, siendo como Cicadácea (junto con otras plantas como el Ginkgo biloba), una de las plantas más antiguas de la tierra, hasta el extremo de denominárseles como verdaderos fósiles vivientes.

La Cyca revoluta es originaria de las zonas del Japón, Indonesia, Vietnam y Malasia. La podemos encontrar actualmente tanto en jardines públicos como privados, destacando su creciente popularidad ya que ha pasado de ser una planta muy elitista y de elevado precio, a ser más popular y con preciso muchísimo más asequibles.

Las Cycas revoluta en el jardín, prefiere lo climas cálidos, y en su defecto aquellos sin riesgo de fuertes heladas. Y en cuanto a las características del terreno, los ricos en humus, fértiles, un poco ácidos o neutros y bien drenados, son en los que mejor se desarrolla. En él, la planta de Cyca revoluta mantiene un crecimiento muy lento además de vida muy longeva… ¡más de 200 años!

Flor de Cyca revoluta masculina

Su tallo es cilíndrico y está recubierto por la base permanente de sus hojas. Estas son perennes, palmeadas y pinnadas, pudiendo alcanzar longitudes en estado adulto que superan fácilmente el metro y medio. Están formadas por folíolos planos rígidos de 15 a 30 centímetros, ligeramente curvados terminando en forma espinosas, de color verde oscuro brillante, más pálido por su envés. Las hojas se encuentran dispuestas en forma de rosetas.

Las flores de las Cycas revoluta son inflorescencias de conos unisexuales, existiendo por tanto plantas masculinas y femeninas. Las primeras poseen en su centro una piña mientras que las femeninas producen una masa de ovarios que tras la fertilización se convierten en semillas lanosas de color amarillo anaranjado y de tamaño considerable.

Las Cycas revoluta en el jardín, como planta de exterior tolera bien el sol aunque prefiere lugares resguardados o de semisombra. Esto la hace muy adecuada también para ser plantada en amplios espacios interiores ajardinados. De la misma forma, su capacidad para soportar ambientes cerrados, excepcionalmente le permite ser tratada ornamentalmente como planta de interior.

El Romero como aromática y condimentaria

Entre las plantas catalogadas como aromáticas y condimentarias se encuentra el romero. Es una planta muy popular, indígena del mediterráneo y como consecuencia de ello, su presencia en jardines de clima mediterráneo es muy habitual.

Pertenece a la familia de las Labiadas y su nombre científico es el Rosmarinus officinalis. Como planta medicinal, entre sus muchos usos, se encuentran el de la industria farmacéutica, como condimento y en algunas aplicaciones homeopáticas. Como planta aromática y condimentaria, se utilizan tanto sus hojas como sus aceites esenciales obtenidos de ella, el Oleum Rosmarini ó aceite de romero. Este aceite esencial del romero contiene una sustancia muy similar al alcanfor, actuando como tonificante del sistema circulatorio y equilibrando el nervioso. Por todo ello, el romero es eficaz en los estados anémicos crónicos y sobre todo para la hipotensión.

Como descripción de planta, el romero es de porte arbustivo con numerosas ramificaciones y de hoja perenne. En condiciones favorables puede alcanzar fácilmente hasta los 2 metros de altura, si bien en jardín no suele sobrepasar el metro.

El tallo del romero es leñoso con desprendimientos característicos de su corteza conforme envejece. Sus hojas son muy aromáticas, oscuras por el dorso y plateadas por el envés. Sus flores de no más 1,5 centímetros pueden ser de dos colores, de azul pálido o blancas. Su floración se sitúa sobre la primavera, entre los meses de marzo a mayo y son emitidas sobre las uniones de sus hojas con el tallo.

Es muy habitual ver a multitud de abejas revoloteando sobre ellas en el jardín y como consecuencia, industrialmente se obtiene la conocida y apreciada “miel de romero”.

El romero en el jardín

Destacar que existen varias variedades de romero en el mercado con notables diferencias entre sí, tanto de aspecto como de posibilidades de utilización. Así, las denominadas rústicas o de monte, poseen un porte muy desgarbado y suelen desarrollarse de forma tendida sobre el terreno. Estas no suelen utilizarse ornamentalmente salvo en jardines denominados paisajísticos o ecológicos. Por supuesto, contienen todas sus cualidades antes descritas.

En cuanto a las variedades de romero más ornamentales, encontramos dos tipos claramente definidos: las de porte erecto que son las más comunes y crecen creando macizos compactos y voluminosos de gran vistosidad, y las de porte rastrero, muy utilizadas últimamente en los jardines de rocallas, borduras o en las áreas perimetrales en combinación con las anteriores.

Esta planta la podemos encontrar en centros de jardinería, grandes superficies, floristerías y tiendas especializadas cultivadas principalmente en macetas desde los 11 centímetros de diámetro a contenedores de 17 centímetros. Como presentaciones más inusuales pero sí espectaculares, también se comercializan en grandes contenedores como plantas de romero ejemplares.

Otra modalidad de conseguir el romero es mediante la compra de semilla. La encontraremos en estos centros durante todo el año. Es recomendable hacer seguir correctamente las indicaciones que acompañan al sobre para asegurarnos el éxito de nuestro trabajo.

Washingtonia robusta, la palmera de las enaguas

La Washingtonia robusta, conocida popularmente como ‘Palmera mexicana’, ‘Wachintona’, ‘Palma mexicana’, ‘Pichardia’, ‘Palmera de abanico mejicana’… pertenece a la familia de las Arecaceae y es originaria del Noroeste de México y California. Etimológicamente se le llama ‘Washingtonia’ en honor de George Washington (primer presidente de los EE.UU) y ‘robusta’ del latín robustus-a-um que siginifica ‘fuerte en crecimiento’.

Esta palmera se puede comprar sobre todo en viveros y centros de jardinería durante todo el año. Las podemos encontrar desde plantadas en pequeños contenedores de unos 17 a 20 centímetros en las modalidades más jóvenes, en contenedores de 50 a 90 litros para los de tamaño medio, y ya como ejemplares las podemos encontrar en la modalidad llamada de cepellón (sin maceta) y con alturas de tronco que superan fácilmente varios metros.

La Washingtonia robusta es una palmera hermafrodita de tronco más bien estrecho y que alcanza una altura que puede superar los 25 metros. Una de sus peculiaridades es que los restos y las bases de sus hojas viejas, caen sobre el tronco dándole un aspecto ornamental característico. De hecho, por este motivo hay zonas en las que se le conoce como ‘la palmera de las enaguas’.

Hoja de Washingtonia Robusta

Sus hojas son de color verde claro y palmadas de hasta un metro de diámetro, divididas hasta su mitad en segmentos puntiagudos, con el ápice bífido y acompañado de largos filamentos. Su grueso pecíolo también alcanza hasta el metro de longitud con dientes recurvados en los márgenes.

Sus largas Inflorescencias de más de 4 metros de longitud, nacen de entre la base de las hojas, colgantes, con flores de color crema. Es una planta monoica. Sus frutos son ovoides de color negruzco y de un tamaño cercano al centímetro de diámetro.

La Washingtonia robusta es una palmera resistente y adaptable. Crece bastante bien en regiones frescas y templadas. Es excelente para avenidas, paseos y parques públicos en alineaciones o como ejemplares. En la jardinería privada, es más utilizada como grupo o ejemplares, y comparte popularidad con los Phoenix canariensis y Ph. Dactilifera. Su robustez le permite vegetar bien en zonas cercanas al mar (primera línea).

El Ficus robusta

El Ficus robusta es el segundo más popular como planta de interior después del Ficus benjamina. Pertenece a la familia de las Moráceas y es originario del Asia tropical… nativa del nordeste de India (Asma), sur de Indonesia (Sumatra y Java). Fue introducida en Europa como planta de interior en 1815. Su nombre científico es Ficus elastica, aludiendo su término ‘elástica’ a su goma, ya que de él se obtenía el caucho.

Se le conoce popularmente como Ficus robusta, nombre de la variedad que lo lanzó popularmente al mercado como planta ornamental de interior. Otros nombres populares son ‘árbol del caucho’, ‘gomero’, ‘ficus de hoja grande’, ‘árbol del caucho’, ‘ficus decora’, ‘árbol de la goma’, ‘higuera cauchera’, etc.

En su estado adulto, el Ficus robusta es un árbol de copa amplia, de hoja perenne y que alcanza una gran altura, sobrepasando los 15 metros con facilidad y en relativo poco tiempo (se conocen alturas de hasta 40 metros). Su tronco es muy grueso y muy ramificado desde casi su base. Esta robustez contrasta con la cierta fragilidad de su madera ya que puede romperse fácilmente durante los días de fuerte viento si sus ramas se encuentran poco protegidas.

Las hojas del Ficus robusta son alternas, elípticas y coriáceas, de color verde intenso o casi rojizo según la variedad (verdes, bronceadas y variegadas) en el haz y de color algo más claro en el envés. Su tamaño puede ser de hasta 30 centímetros de longitud, unidas a la rama con un pecíolo de unos 5 centímetros. Sus yemas en desarrollo destacan porque sus jóvenes hojas, antes de abrir, están envueltas en una larga estípula de color rojiza o rosada.

Sus frutos carecen de valor ornamental y sólo aparecen a partir de varios años de edad. Estos son esféricos con un diámetro de poco más de un centímetro y con una superficie lisa, verdosa y punteada.

Como Ficus robusta ornamental de interior, sólo se comercializa en su estado más joven, ya sea como planta individual de un solo tallo o ramificado, así como en un conjunto de varias plantas también de un solo tallo cada una o ramificadas. Todo dependerá del tamaño y la ejemplaridad deseada.

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