La Washingtonia robusta, conocida popularmente como ‘Palmera mexicana’, ‘Wachintona’, ‘Palma mexicana’, ‘Pichardia’, ‘Palmera de abanico mejicana’… pertenece a la familia de las Arecaceae y es originaria del Noroeste de México y California. Etimológicamente se le llama ‘Washingtonia’ en honor de George Washington (primer presidente de los EE.UU) y ‘robusta’ del latín robustus-a-um que siginifica ‘fuerte en crecimiento’.
Esta palmera se puede comprar sobre todo en viveros y centros de jardinería durante todo el año. Las podemos encontrar desde plantadas en pequeños contenedores de unos 17 a 20 centímetros en las modalidades más jóvenes, en contenedores de 50 a 90 litros para los de tamaño medio, y ya como ejemplares las podemos encontrar en la modalidad llamada de cepellón (sin maceta) y con alturas de tronco que superan fácilmente varios metros.
La Washingtonia robusta es una palmera hermafrodita de tronco más bien estrecho y que alcanza una altura que puede superar los 25 metros. Una de sus peculiaridades es que los restos y las bases de sus hojas viejas, caen sobre el tronco dándole un aspecto ornamental característico. De hecho, por este motivo hay zonas en las que se le conoce como ‘la palmera de las enaguas’.
Sus hojas son de color verde claro y palmadas de hasta un metro de diámetro, divididas hasta su mitad en segmentos puntiagudos, con el ápice bífido y acompañado de largos filamentos. Su grueso pecíolo también alcanza hasta el metro de longitud con dientes recurvados en los márgenes.
Sus largas Inflorescencias de más de 4 metros de longitud, nacen de entre la base de las hojas, colgantes, con flores de color crema. Es una planta monoica. Sus frutos son ovoides de color negruzco y de un tamaño cercano al centímetro de diámetro.
La Washingtonia robusta es una palmera resistente y adaptable. Crece bastante bien en regiones frescas y templadas. Es excelente para avenidas, paseos y parques públicos en alineaciones o como ejemplares. En la jardinería privada, es más utilizada como grupo o ejemplares, y comparte popularidad con los Phoenix canariensis y Ph. Dactilifera. Su robustez le permite vegetar bien en zonas cercanas al mar (primera línea).