Como casi siempre y en este caso sí lo es, los cuidados del césped de su jardín comienzan con su correcta implantación.
En este contexto, podemos establecer dos variantes. Una, si se comienza la implantación de un césped vía semilla y dos, si se realiza mediante la plantación del césped en tepe. En estos casos, la variante en cuanto a cuidados se centrará exclusivamente en sus primeras fases de siembra o plantación, ya que, una vez establecido, los cuidados serán iguales.
Paralelamente, en los dos casos, la previsión de las características de la zona de plantación y su uso e intensidad, deben de estar previstas para la correcta elección de las especies cespitosas a sembrar o plantar.
Cuidados del césped en siembra
En el caso de optar por el césped en siembra, lo primero será preparar adecuadamente el terreno, cuidando su drenaje, corregir las características de la tierra, roturarlo bien, abonarlo, rastrillarlo, etc. En definitiva, dejar el terreno adecuado para su siembra.
El césped, salvo excepciones, es muy exigente en riego, por lo que el sistema del mismo debe ser bien estudiado, he instalado antes de su siembra, siempre y cuando esté integrado en el propio terreno. Recordemos, que el césped, salvo alguna excepción de especie, no está incluido en el catálogo de especies a utilizar en la xerojardinería.
Se elige bien las variedades según el uso: deportivo, ornamental, de sombra, de juego, etc. Se realiza la siembra con la mezcla y cantidad de semilla adecuada para mantener un césped tupido, pero no en exceso. Se riega y mantiene su humedad hasta su perfecta germinación.
En cuanto a los cuidados del césped en siembra, hasta ahora han estado centrados en generar las condiciones óptimas, que de forma preventiva, nos evitarán problemas posteriores de crecimiento y sanidad.
Una vez germinado, el tema de su primera siega es fundamental. Debe hacerse cuando las plántulas tengan alrededor de los seis centímetros, momento en el que estarán lo suficientemente arraigadas para que el cortacésped no las arranque ni lo suficientemente altas para que se encamen.
El corte de altura será alto para que la planta siga brotando y apretando como tapiz. Los siguientes irán siendo más cortos hasta llegar a la altura de mantenimiento propio del tipo de césped plantado.
En riegos, se irán disminuyendo hasta mantener el terreno húmedo y con las necesidades propias de las variedades sembradas.
Se mantendrá la zona de siembra libre de malas hierbas y se cuidará de que no se establezcan colonias de hormigas, topillos, etc.
Periódicamente, se debe ir abonando, factor que, junto a la siega y el riego, contribuyen a mantener un césped sano y fuerte. El equilibrio del abonado varía en función de la época del año, siendo más nitrogenados en primavera y verano, y más ricos en potasa durante el otoño e invierno. Lo mismo en las dosis de fertilización, que irán marcadas por la frecuencia de abonados y riqueza del fertilizante empleado.
Cuidados del césped en tepe
Como en el caso del césped en siembra, todo comienza con una buena planificación del terreno. Y ente caso, la elección del tepe adecuado porque este se cultiva basándonos en mezclas o variedades puras.
Así, si optamos por colocar césped en tepes, este debe de ser de buena calidad. De no ser así, los costos de su cuidado posterior serán elevadísimos.
¿Cómo detectamos un césped en tepes de mala calidad? Algunos factores son:
- Tepes con calvas.
- Tepes con malas hierbas.
- Tepes rotos.
- Tepes con excesivo peso.
- Tepes mal cortados.
- Tepes mal formados, etc.
Una vez preparado el terreno, las placas de césped en tepe se extienden de forma contigua entre sí, para crear una pradera uniforme. Se presiona ligeramente para facilitar el contacto tepe – suelo, y se riega. En muy pocos días, ya está listo para ser pisado.
Cuidados de mantenimiento del césped en el jardín
Los cuidados del césped en el jardín ya implantado se realizan durante todo el año.
Tras la primavera, verano y principios de otoño, en el hemisferio norte, con el buen tiempo, el césped ha estado sometido a un uso intensivo, además de soportar altas temperaturas. Por ello, siempre es recomendable intentar recuperarlo bien durante los meses de otoño e invierno.
Para su recuperación, abonaremos con un abono de liberación lenta durante el mes de octubre y vigilar los riesgos de posibles plagas y enfermedades. Con las bajas temperaturas, el césped entra en latencia invernal. Eso sí, recogeremos los restos vegetales del jardín como ramas y hojas que puedan caer de los árboles y arbustos durante esta época del año para mantenerlo lo más limpio posible.
Con la llegada de la primavera todo parece despertar y el césped no es una excepción. A partir de mediados del mes de febrero comenzaremos a trabajar sobre él de forma más intensa.
Lo primero escarificar para airear el sistema radicular y favorecer la emisión de nuevas raíces. Aprovecharemos esta labor para aportar un recebo con mantillo preparado para tal fin.
Con el comienzo de la temporada, si observamos la presencia de líquenes, musgo o malas hierbas, utilizaremos productos para su eliminación o lo haremos manualmente si no tenemos mucha superficie.
Y a partir de principios de primavera, comenzaremos con nuevos abonados cada 2 o 3 meses, siguiendo las indicaciones del fabricante. Fertiliza con el terreno húmedo y nunca cuando esté excesivamente seco. Podemos realizarlo durante el año diferentes aplicaciones de apoyo de determinados fertilizantes especiales, como por ejemplo con quelato de hierro para evitar la carencia de este mineral si el agua es excesivamente caliza.
Con el recebo, también podemos incorporar algo de arena de río si vemos que el terreno es de mala calidad. Ojo, repartamos bien el recebo para evitar montones que dañen el césped por asfixia.
Al comienzo de temporada revisaremos la instalación de aspersores, difusores… para que riego sea uniforme y llegue a todas partes.
Para el control de plagas y enfermedades, aconsejamos, se asesore correctamente en el centro de jardinería, floristería o lugar habitual en el que adquiera los productos fitosanitarios. Lea las indicaciones del producto y cumpla las medidas de seguridad, utilice máscara con filtro de carbono, guantes, mono, botas plásticas. Todo ello redundará en su seguridad.
Si en vez de eliminar las malas hierbas de forma manual, optamos por la aplicación de herbicidas, se utilizarán productos especializados para césped. Hay herbicidas para el control de malas hierbas dicotiledóneas (de hoja ancha) como son el trifolium, taraxacum, portulaca, etc.
Para el control de hierbas de hojas estrechas (normalmente gramíneas) como digitalia, setaria, etc también con herbicidas especializados para este tipo de plantas. En todos los casos, tengamos mucho cuidado con no dañar a las plantas, arbustos o árboles cercanos. Para ello, evitar realizar las aplicaciones con viento aunque sea moderado.
En cuanto a plagas y enfermedades, los problemas que se pueden presentar son muchos, por los que los trataremos en otro artículo.
Respecto a las siegas del césped, no deje crecer el césped demasiado, manteniendo la altura y frecuencia del corte, si no perderá calidad y especies en la mezcla de las variedades.
No es conveniente regar la noche antes de la siega para poder realizar un corte mejor y optimizar el trabajo de la máquina segadora. Es importante familiarizarse con su maquinaria cortacésped, así ajustará la altura de corte y modalidad de pases alternados a su gusto.
Si utiliza un cortacésped eléctrico, comience a segar lo más cerca del punto de luz hacia el punto más alejado de su jardín, evitando así posibles problemas con el cable eléctrico.
Y siempre recoja los restos de la siega del césped. Evitaremos riesgos de aparición de las enfermedades, insectos o plagas.
Uno de los cuidados del césped en el jardín más delicados es la frecuencia y cantidad del riego que variará a lo largo del año. Podemos pasar de largos períodos sin riego en invierno, a uno semanal a finales de otoño y a diario en primavera y verano. En cuanto a la cantidad, si son excesivos producirá un lavado de nutrientes y con ello un debilitamiento del césped.
Evitaremos los riegos al anochecer, evitando que el césped ‘duerma mojado’ y así la posibilidad de aparición de determinadas enfermedades.
Normalmente, se recomienda regar a primeras horas de la mañana, pero también es sabido, que un riego a las horas centrales del día refresca la planta, el sustrato y el césped se ve como lo agradece.