Con el paso del tiempo, los nutrientes de los sustratos se van agotando y es necesario aportárselos de una forma periódica para que las plantas se desarrolles correctamente. En el mercado (puntos de venta especializados) existen numerosos productos fertilizantes en los que se recomienda tanto la dosis como su forma de uso en sus etiquetas.
En cuanto al abonado de los ficus, podemos distinguir dos concepciones según lo realicemos sobre plantas de interior o de exterior.
El abonado de los ficus como plantas de interior, por lo general, es aconsejable mediante fertirrigación, añadiendo el abono, soluble o líquido, en el agua de cada riego, Las dosis serán las más altas recomendadas en invierno y las más bajas en primavera y verano, cuando la planta mantiene su máximo desarrollo. Aunque parece una contradicción no es así, ya que en las épocas más cálidas la frecuencia de riegos es mucho mayor.
El equilibrio del abonado también será distinto según la época del año. Mientras en otoño iremos a equilibrios con más alta proporción de potasa para endurecerlos (tipo 1-0,5-2) en primavera y verano potenciaremos los abonos más equilibrados o más ricos en nitrógeno (tipo 1-0,5-1).
También existen productos de formulación sólidos que se clavan en el sustrato y van liberando los nutrientes en el tiempo. De una forma u otra, es una labor que no se debe olvidar si queremos que la planta mantenga un aspecto impecable. Como ser vivo, debe comer.
En el caso del abonado de los ficus de exterior, las necesidades de aporte de fertilizantes no es tan delicado ya que su sistema radicular es mucho mayor y el propio ecosistema del jardín, permite una cierta autoregeneración, al contrario de lo que sucede en una maceta con un sustrato muy limitado.
En estos casos, la fertilización con abonos complejos es muy cómoda, aportándolos bajo el método de esparcido a boleo en épocas concretas del año: al comienzo de primavera… repitiendo cada mes y medio o dos meses… y finalizando a mediados de otoño.
Los equilibrios de los fertilizantes serán iguales que los comentados en caso anterior. Tras cada abonado regaremos para ayudar a la penetración de los nutrientes en el suelo.
En todos los casos, los abonados deben de realizarse cuando la planta no esté sufriendo estrés por falta de agua. En tan caso, primero regaremos y cuando veamos que la planta ya se encuentra turgente, ya podremos realizar el abonado.