En ocasiones tenemos dudas sobre qué plantas podemos poner debajo de los árboles. La respuesta es complicada ya que dependerá de multitud de factores, entre ellos las características del árbol en concreto, tipo de suelo, climatología, etc.
Pero como consejo general, a la hora de abordar una plantación debajo de los árboles debemos de tener en cuenta los siguientes aspectos:
Los árboles tienden a extender sus raíces por toda la zona que ocupa su copa, normalmente concentradas en una profundidad que oscila entre los 10 y 40 centímetros. Por ello la esquilman de humedad y nutrientes, dificultando que crezcan con normalidad otras especies.
A ello hay que sumar la sombra que emiten, más los restos de sus hojas que caen alterando las condiciones de cultivo. Con respecto a la sombra, de entrada evitaremos plantar especies que requieran una gran luminosidad como las Margaritas, el Hibiscus rosasinensis, etc.
Por otro lado, lo intentaremos con aquellas que necesiten la misma cantidad de agua que el árbol, porque si las regamos demasiado, un árbol que no precise grandes cantidades de agua podría resentirse.
Salvo especies de árboles como el Eucaliptus, Pinos, Tilo, Aligustre, Laurel… que complican notablemente la vida de otras especies bajo sus copas, tenemos bastantes opciones.
Un ejemplo de ellas son plantas tapizantes como las Hiedras, plantas cubre suelos como Polygonum capitatum, los recurridos Helechos, el Galanthus nivalis, la Vinca minor, el Cissus, las Clivias, el Esparragus plumoso, etc.
Para mejorar el éxito de la plantación debajo de árboles debemos optimizar el terreno aportando una buena cantidad de sustrato de plantación. Lo extenderemos sobre la zona a trabajar y la removeremos hasta obtener un suelo bien mullido.
Después procederemos a la plantación de las especies elegidas. En este caso, si elegimos plantas que requieren un pH ácido, debemos de aportar un extra de sustrato para plantas acidófilas en aquellos puntos de plantación para mejorar su desarrollo radicular.
Desde un punto de vista ornamental, plantaremos las especies de porte más alto en las zonas más cercanas al tronco del árbol, colocando las más bajas o rastreras conforme nos alejamos del mismo.
Tras la plantación, las regaremos abundantemente y procuraremos cuidar el riego en lo sucesivo ya que la humedad por capilaridad, será recogida por las raíces del árbol y no les llegará en la cantidad suficiente.
Por último, podemos aportarle una capa de corteza de pino u otro tipo de mulching para mejorar la retención de agua y evitar en gran medida la salida de malas hierbas.
Y recordemos que si el árbol es de hoja caduca, cuando llegan los fríos y su caída, debemos limpiar el suelo de sus hojas ya que con la humedad pueden crear focos de enfermedad a las plantas que se encuentran bajo él.