La Salvia officinalis es una planta ornamental de temporada enmarcada dentro del grupo de plantas de primavera y principios de verano. A su vez también pertenece al grupo de plantas aromáticas y condimentarías más populares, compartiendo catálogo con otras especies como el romero, tomillo o la lavanda.
Estas características le permiten ser plantadas en balcones, jardines,… incluso cultivada en pequeñas macetas en la cocina cerca de la ventana. Por otra parte, si bien el uso culinario más popular es el de aromatizar los platos, las propiedades de sus principios activos invita a su cultivo para la industria alimentaria, herboristería, cosmética e incluso para la industria de los licores.
Hierba sacra
Con el nombre popular de hierba sacra se conoce a la reina de las plantas aromáticas. Dicho nombre le fue atribuido por los romanos por sus grandes propiedades.
Su nombre científico es Salvia officinalis, pertenece a la familia Lamiaceae y es originaria de la cuenca mediterránea, desde España a Turquía y desde Siria a Marruecos. Vive en su medio natural en terrenos áridos, secos, de naturaleza calcárea.
La Salvia officinalis es una planta herbácea, perenne, xerófila y termófila. Como mata puede superar fácilmente los 70 centímetros de altura y es muy ramificada con tallos erectos de sección cuadrangular. Sus ramas poseen hojas que desprenden un fuerte aroma alcanforado, crecen opuestas, son pecioladas con forma oval-lanceolada de textura rugosas con bordes finamente dentados recubiertos de pelusilla. Su color en su variedad más conocida es verde ceniciento, si bien hay variedades con hojas matizadas en diferentes tonos de verdes, blancos e incluso rojizos.
Sus flores crecen agrupadas en espigas terminales de color azul violáceas o blancas, son bilabiadas y están reunidas en verticilos situados en inflorescencias verticales. Su floración principal se sitúa entre los meses de junio y julio. Una vez fecundadas sus flores produce un fruto técnicamente llamado tetraquenio (fruto constituido por cuatro aquenios, propio de las labiadas y boragináceas).
Aunque como avanzamos es una planta nativa de la región mediterránea actualmente se encuentra naturalizada en muchos lugares del mundo. En su hábitat natural la podemos encontrar creciendo en espacios rocosos y herbazales secos, desde el nivel del mar hasta zonas montañosas.
Variedades de Salvia officinalis
Cuando nos adentramos en el mundo de esta planta nos encontramos que hay numerosas variedades de Salvia officinalis: unas de uso básicamente ornamental y otras que además son especialmente cultivadas por la industria para extraer de ella sus aceites, semillas y principios activos.
La variedad más cultivada es la Salvia officinalis ‘típica’ que alcanza una altura alrededor de los 50 centímetros y presenta hojas ovales de color verde ceniciento y flores violetas.
La variedad de Salvia officinalis ‘Alba’ posee hojas de mayores dimensiones que la ‘típica’ y sus flores son de color blanco.
La variedad de Salvia officinalis ‘Crispa’ tiene más densidad de hojas, son muy alargadas y de aspecto rizado. Sus flores son de color azul lavanda y resiste particularmente a la sequía.
Otras variedades son: salvia de jardín, salvia del Moncayo, salvia de los prados, salvia fina, salvia menor, salvia romana, salvia real, salvia de Aragón, etc. siendo algunas de ellas selecciones clonales.
Cultivo de Salvia officinalis
El cultivo de Salvia officinalis defiere según su utilización: si es para jardinería, con destino para la industria o como planta culinaria doméstica. Su cultivo puede comenzar de semilla o esqueje.
Cultivo de Salvia officinalis profesional
El cultivo de Salvia officinalis con destino profesional se inicia tanto partiendo de semilla como de esquejes según convenga. En todos los casos comienza en viveros profesionales que poseen instalaciones preparadas con control climático para la multiplicación de esta planta en cualquier época del año, si bien a finales de verano – principios de otoño y finales de invierno se concentra la mayor oferta de planta joven.
Si se parte de esquejes, estos suelen enraizarse en bandejas de alvéolos o pequeños tacos de turba que según el fabricante se les llama jiffys, Cultipot, Paperpot, etc. Estos esquejes pueden ser apicales o interdonales (trozos de tallo con hojas), procedente de plantas madres seleccionadas por la valoración de sus características genéticas. Cada vivero especializado en su reproducción suele tener su particular genotipo seleccionado de forma que perteneciendo la planta a la misma especie y variedad, sus características concretas de aspecto y desarrollo difieren ligeramente entre sí.
Una vez enraizados se envían como ‘planta joven’ a los viveros productores que harán un uso de cultivo diferente según su destino. Si su cultivo es para la extracción de material seco, aceites o extractos… se plantarán directamente en campo. Su cultivo puede orientarse a la producción de la parte superior de la planta con destino a la herboristería, a la de aceite para el sector farmacéutico y licores, así como estar destinada a la producción de semilla. Lo habitual es plantar las plantitas procedentes de semilla o los esquejes enraizados en el campo a la distancia de 60 a 80 centímetros entre las filas y de unos 20 centímetros entre plantas.
Si su cultivo va destinado a la venta en jardinería se plantarán en macetas de tamaño definitivo de venta y entre 3 y 6 meses de cultivo (según tamaño de maceta) estarán listas para su venta como planta mediterránea, planta aromática, etc. El sustrato utilizado debe ser un sustrato fibroso que no retenga excesivamente la humedad para evitar problemas de raíz. También existe un mercado de producción profesional que la cultiva en pequeñas macetas, normalmente de unos 10 centímetros de diámetro para comercializarlas en las secciones de frutas y hortalizas en supermercados junto con otras de romero, albahaca, perejil, etc. para tenerlas en cultivo en la propia cocina. Son plantas cultivadas a una densidad de plantación muy alta y su cultivo está muy forzado, pudiendo durar no más de dos meses.
La fertilización en campo está basada en aportar aquellos nutrientes en la cantidad adecuada en función del grado de fertilidad inicial del terreno y del objetivo del cultivo. En campos generalmente se suele realizar un aporte de estiércol bien fermentado en cantidades alrededor de los 300 kilos por hectárea en el momento del laboreo principal, mientras que durante los siguientes años se aportan entre 40 y 50 unidades de nitrógeno, 100 de fósforo y de 80 a 100 de potasio. Se recomienda aportes suplementarios de nitrógeno en el caso de la producción de hojas y flores en cantidades que oscilan entre las 50 y 80 unidades en forma de nitrato, que deben repartirse entre la recuperación vegetativa y después de la primera siega.
En el jardín, el abonado de mantenimiento utilizado en él le será suficiente. Un abono del tipo 18-20-24 con microelementos puede ser muy aconsejable.
En cuanto a las labores culturales, en campo se centran en escardas que tienen como objetivo el ventilar el terreno y evitar la aparición de las malas hierbas. En el jardín, es importante ir cortando las espigas florales según se van secando para mantener la planta en un buen estado ornamental. Y realizar una poda un par de veces al año tras su floración para que las plantas rebroten y vuelvan a estar en perfecto estado vegetativo.
El cultivo de Salvia officinalis en casa
El productor aficionado puede comenzar su cultivo partiendo de semilla. Estos sobres de semilla los puede encontrar en floristerías, centros de jardinería, grandes superficies y demás puntos de venta especializados.
Tras realizar el semillero sobre un sustrato para plantas de interior y tener las plántulas ya germinadas (planta joven), procederemos a su plantación en unas macetas de unos 10 centímetros de diámetro aproximadamente. Una vez crezcan y adquieran un tamaño razonable, las podremos plantar en el jardín directamente… tal y como las hubiésemos comprado directamente de un vivero, centro de jardinería, floristería, etc.
Las temperaturas de cultivo ideales son entre 8 a 10ºC durante la noche y de 22 a 26ºC durante el día. Por debajo de ellas se ralentizará su desarrollo y por encima se acelerará, en ambos casos, su crecimiento no será el idóneo, e incluso las temperaturas muy altas pueden dañarlas considerablemente.
Los sustratos indicados para el cultivo en maceta, en este caso es un sustrato universal o sustrato para plantas de exterior, aunque también se puede llegar a utilizar, dada su rusticidad un sustrato para plantas de interior, con un pH de entre 6 y 6,5. La Ec (conductibilidad eléctrica del sustrato) deseada debe de situarse entre 1,5 y 2 ya que los excesos de salinidad no les va bien.
En estas condiciones, el tiempo de cultivo de la Salvia officinalis desde su repicado (plantación a la maceta) y estar listas para su plantación directamente en el jardín es de 6 a 10 semanas.
La Salvia officinalis en el jardín
La Salvia officinalis en el jardín es más que una planta de temporada ya que como hemos señalado antes es aromática y condimentaría. Su ubicación será también a pleno sol y se plantarán en grupos con una densidad de plantación alrededor de 5 a 10 plantas por metro cuadrado según la variedad. Estas crearán masas voluminosas de color verde grisáceo con una gran cantidad de espigas florales, generalmente de color azulado.
El suelo debe de ser rico en materia orgánica pero con una muy buena aireación… y si no lo es, siempre lo podemos mejorar incorporando un sustrato prefabricado del tipo sustrato universal o sustrato para plantas de exterior, además de arena de sílice. El pH debe de situarse entre neutro y ligeramente ácido (6 y 6,5).
Antes de plantar la Salvia officinalis aprovecharemos para añadir también un abonado de fondo a la tierra si es necesario. Y una vez plantadas las regaremos abundantemente. A partir de ese momento, los riegos ser realizarán con la frecuencia necesaria para mantener una humedad en el suelo constante pero sin llegar al encharcamiento. La Salvia officinalis ante el exceso de humedad responde con problemas radiculares.
Las temperaturas ideales para su desarrollo al aire libre se sitúan entre los 22 a 26ºC durante el día y sobre los 15ºC durante la noche.
El abonado, como ya hemos adelantado, debe iniciarse al mes de su plantación y puede ser el utilizado normalmente como abonado general del jardín. Un equilibrio 18-12-24 más microlelementos es razonable, ya que los abonos muy ricos en nitrógeno reducen la cantidad y calidad de sus flores, además de favorecer la aparición de plagas y sobre todo enfermedades.
Plagas y enfermedades de la Salvia officinalis
En el jardín, las plagas y enfermedades de la Salvia officinalis son poco frecuentes. En cambio sí se pueden presentar durante el cultivo como planta en maceta por ser cultivos más forzados. También en campo en producción extensiva e industrial y entre ellas el thrips, la araña roja, el pulgón, la mosca blanca e incluso el minador son las más frecuentes. En cuanto a las enfermedades pueden presentarse el Pythium debaryanum, la Pellicularia filamentosa, la Cercospora salviicola, la Ramularia salviicola, Puccinia caulicola, P. farinacea, P. salviicola, Sclerotinia sclerotiorum, Colletotrichum gloeosporioides Penz, Oidium erysiphoides, Peronospora swinglei, Erysiphe cichoracearum, Sphaeropsis salviae, Verticillium albo, Colletotrichum dematium, Rhizoctonia solani, Podospora inaequalis, Fusarium oxysporum, Phytophthora cryptogea, Armillaria mellea e incluso la roya. Si bien nombramos muchas de las plagas y enfermedades de la Salvia officinalis que se pueden presentar, si el cultivo está bien fertilizado y el uso de riego es el adecuado, en realidad son poco los problemas que llega a sufrir este cultivo.
Recolección de la Salvia officinalis
Cuando las tenemos plantadas en pequeñas macetas en la cocina, podemos ir recolectando los brotes más tiernos según los necesitemos para condimentar nuestros platos. Si las tenemos en el jardín es muy interesante, además de brotes como condimento, cortar sus tallos florales para la decoración y aromatización de diversas estancias del hogar.
Otro tema muy distinto es la recolección de la Salvia officinalis cuando se cultiva en campo a niveles industriales. En estos casos, la duración del cultivo es de cuatro a cinco años por término medio y durante este tiempo se les aplica diversos cortes ya sea mecanizados o manuales. Sea para la obtención de sus tallos o simplemente sus semillas, es indispensable efectuar el corte a una altura de unos diez centímetros del suelo para salvaguardar la vida de la planta.
Para la recolección de sus flores y hojas se suelen utilizar segadoras mecánicas o las segadoras – atadoras típicas que se utilizan para el forraje tradicional. Es muy importante escoger el momento correcto de corte para evitar que se creen partes leñosas indeseadas en las plantas. Lo más habitual es realizar dos siegas al año y se realizan cuando las plantas están en plena floración para obtener de ellas la mayor cantidad de principios activos.
En cuanto al cultivo de la Salvia officinalis para semilla, las mayores dificultades para dictaminar el momento de su corte se encuentran en la heterogeneidad de la escalaridad de maduración de sus espigas florales. Hay que contar tanto con la presencia de semillas aún sin madurar como las pérdidas en el campo por sobremaduración.
Principios activos de la Salvia officinalis
Entre los diferentes principios activos que contiene la salvia officinalis están las materias tánicas, resina, fécula, ácidos fosfórico, nítrico y oxálico, esencia de salvia y otras sustancias.
Sus hojas y flores poseen gran cantidad de esencia rica en alcanfor, cineol y otras sustancias aromáticas además de contener taninos y ciertas sustancias amargas. Todos estos principios activos pueden variar considerablemente dependiendo de las condiciones de cultivo, clon cultivado, momento de recolección y condiciones de postcosecha. Destacar que la recolección realizada durante el otoño es la que suele dar los mejores resultados en cantidad de componentes aromáticos.
Usos y curiosidades de la Salvia officinalis
La Salvia officinalis posee multiples propiedades como por ejemplo estimulantes, estomáticas, antiespasmódicas, antisépticas, carminativas, antisudoríficas y vulnerarias, siendo empleada incluso en gárgaras y como desinfectante bucal.
A nivel culinario sus hojas frescas se utilizan en la condimentación del cordero, cerdo, barbacoas, quesos,… todas las legumbres ganan en digestibilidad con unas hojas de salvia en el agua de cocción. Sus hojas tienen un fuerte olor a alcanfor y si están secas su sabor y olor son algo resinosos. Como condimento, cuando se hace en la adecuada proporción, mezcla bien con el ajo, la cebolla, el tomillo, orégano, romero y otras hierbas aromáticas… incluso con la pimienta y nuez moscada.
En cuanto a curiosidades, su nombre viene del latín salvare (salvar) debido a las tantas propiedades medicinales que se le atribuyen. También tiene su hueco en el lenguaje de las flores y significa ‘estima’. Otra curiosidad es que entre los anglosajones se le atribuía a esta planta el poder de volverse inmortal y en este sentido está la leyenda medieval que decía que el que cultivara salvia en su jardín no tenía ninguna razón para morir.
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