Un equipo internacional de científicos ha descubierto la primera evidencia de Aves agricultoras, aunque con un fin distinto al de la alimentación. Esta actividad social sólo era vinculada como tal a la raza humana.
Hasta ahora, los seres humanos son la única especie conocida que cultiva plantas para usos distintos de la alimentación, como ejemplo para drogas, ropa, y cortejo sexual. Pero a partir de este estudio, las aves agricultoras demuestran que no somos únicos en este sentido.
Se trata del ave de emparrado, también conocida de gabinete, que utiliza frutas como decoración en sus exhibiciones sexuales. Esta ave pertenece a la familia Ptilonorhynchidae, compuesta por aves paseriformes de tamaños pequeño y medio. Estas aves se las puede encontrar en el norte de Australia y en Nueva Guinea.
El comportamiento del Ave de emparrado es extraordinariamente complejo en el caso de los machos. Este construye un emparrado o gabinete para atraer la pareja, de ahí también el nombre de ave de emparrado.
Según la especie, estas aves limpian la tierra alrededor de su nido incorporando una variedad de objetos que colecciona. Estos objetos incluyen cientos de conchas de caracoles, hojas, flores, plumas, piedras, frutas pequeñas y hasta desechos plásticos o pedazos de vidrio.
En el caso del Ave de emparrado, mantienen el suelo limpio de hierbas salvo el de algunas especies como el Solanum ellipticum o arbusto de la patata. Estas plantas son llamativas, tienen flores de color púrpura, y frutas de color verde. Así, las aves de emparrado no seleccionan lugares con un alto número de estas plantas, sino que las cultivaban en torno a sus enramadas.
De este modo, los investigadores descubrieron que los machos disponían de un número inusualmente alto de plantas frutales creciendo alrededor de sus enramadas, y como utilizaban estos frutos con el fin de atraer a las hembras.
Estos nidos con muchas frutas, son especialmente atractivos para las exigentes hembras, así que los machos recogen frutos para decorarlos, pero cuando éstos se estropean, los desechan, lo cual da lugar a que estas semillas germinen en condiciones favorables (con un suelo limpio de hierbas) alrededor del nido.
Las Aves de emparrado macho pueden mantener una enramada en el mismo lugar durante un máximo de diez años, beneficiándose de las plantas que han ido creciendo… o cultivando alrededor del mismo.
Por otra parte, estos mismos investigadores, observaron que el comportamiento de estas aves agricultoras, puede conducir a un cambio en el aspecto de los frutos. Los frutos de las plantas cercanas a los nidos estudiados, eran un poco más verdes que los de otras plantas, y los científicos creen que esto se debe a que los machos prefieren este color, al de otras frutas.