Paseando por el jardín, el campo o los bosques, podemos ver árboles que no pierden sus hojas durante el año. Siempre están vestidos. Le llaman árboles de hoja perenne o plantas ‘siempre verde’.
Pero la verdad es que sus hojas no viven eternamente en el árbol. Estas se van renovando poco a poco de forma que conviven hojas más o menos jóvenes y las adultas durante varios años, por lo que la copa nunca aparece desnuda. Estas hojas pueden tener una vida, dependiendo de la especie, desde 2 a más de 15 años.
Al contrario de lo que sucede en los árboles de hoja caduca, los de hoja perenne no tienen esos cambios tan llamativos en cuanto al color de sus hojas a lo largo de las diferentes épocas del año. En cambio, aportan igualmente una gran belleza por ejemplo en cuanto a la forma del volumen del árbol, formas y tipos de hojas, matices. etc.
Los árboles de hoja perenne son en jardinería más adecuados para zonas en las que se requiera siempre sombra, crear zonas de ocultación permanente… o que se desee evitar la caída excesiva de hojas como por ejemplo en áreas cercanas a las piscinas.