La Anthyllis cytisoides o Albaida crece de forma silvestre por el campo con marcado clima mediterráneo junto con el romero y el esparto y es una de esas plantas que ayudan a la buena defensa del suelo contra la erosión. Además, gracias a su capacidad para acumular materia orgánica contribuye eficazmente a aumentar el contenido de la misma en el suelo dónde se encuentra.
Es una planta silvestre que posee una gran aceptación como planta ornamental en jardinería y paisajismo, muy valorada tanto por su follaje como por sus flores. Pero también en la jardinería pública, especialmente plantándolas en isletas, rotondas y medianas de carreteras.
Mata blanca y Albaida
Con los nombres comunes Mata blanca y Albaida se conoce a la Anthyllis cytisoides, una especie silvestre de porte arbustivo que posee grandes posibilidades ornamentales, concretamente en jardinería y paisajismo.
La Anthyllis cytisoides pertenece a la familia Leguminosae y su hábitat en España se sitúa por toda la Región Mediterránea occidental y su influencia climatológica, incluidas las Islas Baleares. También está presente en el noroeste de África.
Se trata de una planta de mata leñosa que puede alcanzar una altura de hasta el metro y medio en estado adulto, aunque lo habitual es encontrarlas alrededor de los 90 ó 100 centímetros.
Sus leñosas ramas son erectas y están cubiertas totalmente por abundantes pelos blanquecinos o grisáceos, muy finos y apretados que adquieren un color blanco-tomentoso.
Las hojas inferiores son unifoliadas, con pecíolo corto y linear-lanceoladas, mientras que las superiores son trifoliadas, sin pecíolo sobre el tallo, con foliolo terminal mucho más largo que los laterales y de forma lanceolado-elíptico.
Florece durante los meses de abril y mayo mediante inflorescencia en forma de espiga con flores agrupadas en 2 ó 3 unidades, insertas en las axilas de las brácteas. Su cáliz es tubuloso, pubescente y la corola de color amarillo.
Las flores fecundadas producen una pequeña legumbre indehiscente y monosperma, con ciertas manchas rojas longitudinales. Sus semillas maduran de julio a agosto, son de color amarillo a verdoso y tienen forma arriñonada.
La Anthyllis cytisoides silvestre
En su hábitat natural la Anthyllis cytisoides podemos encontrarla en colinas áridas, secas y pedregosas, con suelos ricos en cal aunque se desarrolla sobre cualquier tipo de sustrato. Suele formar estructuras vegetales estables, formando parte de comunidades de tipo esclerófilo o xerófilo, dependiendo de su localización.
Necesita de un clima cálido y no tolera bien las heladas. Aun así, es capaz tanto de germinar como de rebrotar después de los incendios.
De forma silvestre, junto con el romero y el esparto constituye una buena defensa del suelo contra la erosión. Además, gracias a su capacidad para acumular materia orgánica, ayuda a aumentar el contenido de la misma en el suelo dónde se encuentre.
La Anthyllis cytisoides en jardinería
En jardinería y paisajismo, la Anthyllis cytisoides o Albaida, es muy valorada tanto por su follaje como por sus flores, siendo ideal para crear manchas de color arbustivas que florecerán en primavera, bien como especie única o combinada con otras especies como Limonium insigne, Phlomis purpurea, Crithmum maritimum, etc.
Los lugares más adecuados para su ubicación en este contexto son en isletas, rotondas y medianas de carreteras. Está demostrado que su uso en este último caso, por el color amarillo de su floración, contribuye a reducir los despistes de los conductores.
También es importante saber que la Anthyllis cytisoides o Albaida, es una planta melífera. De hecho, en el sureste español, sobre todo en Almería, se obtienen a partir de ella mieles monoflorales de consistencia ligera, considerada de primera calidad después de la de azahar y romero.
Cultivo de Anthyllis cytisoides o Albaida
El cultivo de Anthyllis cytisoides o Albaida es relativamente sencillo. Este parte de semilla, por lo tanto, lo primero será recolectarla. La fecha ideal es sobre los meses de julio a agosto una vez que veamos que sus frutos, una pequeña legumbre, se encuentran maduros. Su fructificación suele ser abundante y homogénea para cada localización.
La recolección es relativamente sencilla y se hace mediante el método de ordeño. Seguidamente procederemos a la limpieza de la semilla mediante trillado y aventado.
Si deseamos comprar la semilla, esta se suministra como legumbre con la semilla en el interior (un gramo posee de 300 a 400 semillas). El almacenamiento puede ser bastante prolongado, en condiciones de sequedad y frío, aunque también admite almacenamientos al exterior.
La dificultad de la siembra de Anthyllis cytisoides o Albaida radica en el proceso de separación del fruto y la semilla ya que los frutos presentan indehiscencia. Por ello es conveniente el empleo de tratamientos pre germinativos.
Es también importante conocer las condiciones que requiere la conservación de las semillas. Esta no debe superar el 8% de humedad y su almacenamiento debe darse en condiciones herméticas, a una temperatura de 4/5ºC. Así, pueden prolongar su viabilidad hasta unos 3 años.
En cuanto a los tratamientos pre germinativos recomendados para la Anthyllis cytisoides o Albaida son:
- Escarificado químico en ácido sulfúrico comercial durante 1 hora (con abundante lavado posterior), se eleva la potencia germinativa hasta el 80% y se mejora la simultaneidad de la nascencia.
- Escarificación mecánica (G=58,4%) y eliminación de la cubierta externa da los mejores resultados de germinación (G=80,8%).
- Puede sembrarse con la legumbre y germina a los 15-20 días, sin necesidad de tratamiento pre germinativo.
Su germinación es epígea, saliendo plántulas delicadas de 1 a 3 centímetros con dos cotiledones verdes elipsoidales de 2 a 4 milímetros de largo, con hojas primordiales simples, semejantes a las adultas.
En algunos viveros en vez de semilleros, realizan su siembra directa en envase (alvéolos) de unos 200 centímetros cúbicos.
Si optamos por la siembra directa, es recomendable utilizar alvéolos forestales de más de 15 cm de profundidad. El sustrato debe de ser más bien arenoso con buen drenaje.
En cada alveolo sembraremos de 4 a 6 semillas, regaremos y en condiciones favorables germinará a los 15-20 días. Cuando las plántulas alcancen los 5 u 8 centímetros, las ubicaremos a pleno sol para que crezcan robustas.
Para su implantación en el jardín buscaremos los lugares más soleados y arenosos, como por ejemplo las rocallas. Si es en el campo, convendría utilizar tubos protectores o cualquier otro sistema que proteja a las plantas de la fauna silvestre.
Destacar que la Anthyllis cytisoides también se puede reproducir mediante esqueje tierno en condiciones climáticas controladas tras su floración.
Miel de Anthyllis cytisoides
Como hemos adelantado, la Anthyllis cytisoides es una planta melífera y en zonas donde abunda, los apicultores llegan a obtener una miel de Anthyllis Cytisoides monofloral.
Por lo general es una miel de color claro anaranjado, de aroma poco intenso, floral, con notas ligeras farináceas. A nivel del gusto es dulce sin otras notas y con un aumento del aroma retronasal.
En cuanto a sus propiedades la miel de Anthyllis cytisoides es ideal para endulzar sin alterar, nada más que en el dulzor, el sabor de los alimentos. Esta posee propiedades terapéuticas con efectos antiasmáticos y preventores de resfriados.
Propiedades de la Anthyllis cytisoides
Se sabe de las propiedades de la Anthyllis cytisoides a nivel farmacológico en la que se recomienda para mejorar el asma y prevenir los resfriados, pero también se hace mucho hincapié en que hay que tomar precauciones por su toxicidad.
En otros aspectos de sus propiedades están vinculados con las características de sus ramas: finas, lisas y flexibles. Con ellas en la antigüedad se confeccionaban escobas, servían de leña para prender el fuego en los hogares y se utilizan, entrelazándose entre sí, para crear los marcos usados en la cría del gusano de la seda.